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Presentación de las cuatro versiones latinas antiguas de los Evangelios: impresionantes calcografías del siglo XVIII

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Alberto José Campillo P.

Jaime Restrepo Z.

Debido a su naturaleza informal, no existe una única Vetus Latina sino más bien una serie de textos manuscritos con traducciones al latín de la Biblia griega, lo que trajo como consecuencia traducciones diferentes y de mala calidad

Normalmente, al pensar en la primera traducción de la Biblia griega (llamada Septuaginta por haber sido supuestamente traducida por 70 traductores) al latín, suele pensarse en la Vulgata, obra encargada a San Jerónimo por el Papa Dámaso I en al año 382 de nuestra era, cuyo nombre vulgata editio, implica que el lenguaje latino utilizado era corriente, en contraposición al latín clásico de Cicerón, haciéndola así más fácil de entender. Sin embargo, la Vulgata no fue ni la primera ni la única traducción de los textos bíblicos griegos a la lengua de Augusto, puesto que antes de su realización diversas comunidades y autores cristianos habían hecho traducciones de mayor o menor calidad, dando lugar a las que hoy se conocen como Veteres Latinae.

Grabado del Codex Vercellensis: "Aquí se acaba el Evangelio según Juan y empieza el Evangelio según Lucas"

Grabado del Codex Vercellensis: “Aquí se acaba el Evangelio según Juan y empieza el Evangelio según Lucas”

Debido a su naturaleza informal, no existe una única Vetus Latina sino más bien una serie de textos manuscritos con traducciones al latín de la Biblia griega, lo que trajo como consecuencia traducciones diferentes y de mala calidad. Debido a lo anterior, las Veteres Latinae nunca fueron consideradas por la Iglesia como traducciones oficiales de la Biblia, por lo que su uso se limitó a actividades internas de comunidades específicas o como apoyo para sermones de evangelización.

Grabado del Codex Veronesis: "El Evangelio según Juan acaba aquí y empieza el de Lucas"

Grabado del Codex Veronesis: “El Evangelio según Juan acaba aquí y empieza el de Lucas”

Esta proliferación de textos bíblicos en latín de regular calidad llevó al surgimiento de estudios filológicos y académicos de los mismos, los cuales buscaban analizar los textos y determinar su grado de fidelidad a la Septuaginta, ya fuese mediante su comparación con la Vulgata o mediante el análisis comparado entre los mismos textos de la Vetus Latina. En el Archivo Histórico de la Universidad del Rosario, tenemos la fortuna de contar con un sesudo estudio de este tipo, en edición de 1749, titulado Evangeliarum quadruplex latinae versionis antiquae seu veteris italicae. Nunc primum in lucem editum ex Codicibus Manuscriptis (…) aliisque plusquam millenaria antiquitatis. Sub auspiciis Joannis V, Regis Fidelissimi Lustitaniae, Algarbiorum. 

Presentación  de las cuatro versiones latinas antiguas de los Evangelios, (conocidas como antiguas itálicas). Se edita ahora por primera vez, a partir de los códices manuscritos y de otros antiguos documentos más que milenarios. Con el patrocinio de Juan V, fidelísimo monarca de Portugal y del Algarve.

Presentación de las cuatro versiones latinas antiguas de los Evangelios, (conocidas como antiguas itálicas). Se edita ahora por primera vez, a partir de los códices manuscritos y de otros antiguos documentos más que milenarios. Con el patrocinio de Juan V, fidelísimo monarca de Portugal y del Algarve.

Su autor, un sacerdote llamado José Bianchini, natural de Verona, hacía parte de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri. Esta orden, fundada en 1575 y cuyos cuarteles se encuentran ubicados en Roma, se caracteriza porque sus miembros, tanto seglares como sacerdotes, no están atados a ningún voto, lo cual la destaca como una de las congregaciones más “libres” de su época, hecho que habría permitido a José de Verona el estudio de los diferentes códices necesarios para escribir este libro. La Enciclopedia Católica lo recuerda por su sabiduría en materias históricas, bíblicas y litúrgicas, los Papas Clemente XII y Benedicto XIV le hicieron diferentes encargos especializados.

En esta edición de lujo que cuenta con cuatro volúmenes impresos en altísima calidad, se hace un análisis comparativo entre diferentes códices de la Vetus Latina como son los de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia, complementándolos con análisis de expertos en el tema, comparaciones con la Vulgata, con el Codice Vaticano y con códices griegos y de otras partes del mundo. Sin embargo, los elementos que más llaman la atención de esta edición son los grabados de fragmentos de los códices antes mencionados.

Diversos grabados de evangelios en griego, con la imagen del apóstol San Pablo

Diversos grabados de evangelios en griego, con la imagen del apóstol San Pablo

Estos grabados se encuentran hechos mediante el método calcográfico, lo que implica que para su producción fue necesaria la talla de numerosas placas de metal de gran tamaño, que contuviesen los caracteres e imágenes que se querían estampar. Dada la gran dificultad que entrañaba esta tarea, es de resaltar la presencia de grabados de fragmentos de los Evangelios Curetorianos, también conocidos como Codex Syriacus, los cuales se encuentran escritos en idioma siríaco antiguo (Esṭrangelā) y según algunos filólogos, son una traducción de los Evangelios originales en arameo, de entre los siglos II y V d.C.

Evangelios Curetorianos, también conocidos como Codex Syriacus

Evangelios Curetorianos, también conocidos como Codex Syriacus

Es de destacar que este códice no fue traído a la luz pública sino hasta 1858 de la mano del orientalista de Oxford William Cureton, quien obtuvo los manuscritos originales del monasterio siríaco de Wadi Natroun, ubicado en el Bajo Egipto, y es una de las dos únicas copias de ese manuscrito que se conservan en la actualidad, ambas encontradas en el Medio Oriente.

Evangelios Curetorianos, también conocidos como Codex Syriacus

Evangelios Curetorianos, también conocidos como Codex Syriacus

Otro grabado que vale la pena destacar está compuesto por dos fragmentos de la Biblia Hebraica, posiblemente copias del texto masorético utilizado por los hebreos, de las cuales el Códice de Leningrado de 1008 d.C. es la más antigua. Este códice fue copiado en el Cairo por Aaron ben Moses ben Asher, y contiene el texto hebreo con las marcas vocálicas Niqud (sistema de puntos que señala las vocales ) y los signos de entonación para el canto.

Grabados de la Biblia Hebraica. A la izquierda fragmento titulado "De los profetas" y a la derecha "Pentateuco"

Grabados de la Biblia Hebraica. A la izquierda fragmento titulado “De los profetas” y a la derecha “Pentateuco”

Datos de la obra:

Título original:

Evangeliarum quadruplex latinae versionis antiquae seu veteris italicae. Nunc primum in lucem editum ex Codicibus Manuscriptis (…) aliisque plusquam millenaria antiquitatis. Sub auspiciis Joannis V, Regis Fidelissimi Lustitaniae, Algarbiorum, &.

Traducción del Título:

Presentación de las cuatro versiones latinas antiguas de los Evangelios, (conocidas como antiguas itálicas). Se edita ahora por primera vez, a partir de los códices manuscritos y de otros antiguos documentos más que milenarios. Con el patrocinio de Juan V, fidelísimo monarca de Portugal y del Algarve.

Autor:

José Bianchini (Natural de Verona) (1704-1764) (Sacerdote de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri)

Nombre del editor o editorial:

Imprenta de Antonio de Rossi (latinizado De Rubeis)“en el Panteón, calle del Seminario Romano”. Roma

 Año de impresión: 1749 

Número de volúmenes: 4

Grabado del Codex S. Basilii

Grabado del Codex S. Basilii

Contenido:

Parte I, tomo I:

Introducción (Carta de Felipe Garbelli sobre el Códice de Brescia, con los Evangelios).

Introducción (de Juan Martianay, Benedictino de San Mauro, sobre la edición antigua de la Vulgata, o Itálica).

Introducción (de Francisco Jerónimo Ruggiero sobre el Código de Vercelli, con los Evangelios).

Introducción de Juan Francisco Muselli.

Texto latino del Evangelio de San Mateo, según los códices manuscritos de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia.

Parte I, tomo II:

Texto latino del Evangelio de San Juan, según los códices manuscritos de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia.

Notas de Ángel María Quirino sobre algunas “lecturas” más importantes del Evangeliario de Brescia.

Concordancias entre el evangelio cuádruple que hemos presentado y el texto griego.

Muestra de calcografías de códices antiguos, con los textos evangélicos.

Descripción de los códices anteriores.

Anotaciones del monje Basiliano Felipe Vitali al paleógrafo José Bianchini (autor de esta obra).

Concordancias de las lecturas del evangelio de San Mateo (Códice de Verona), con las lecturas de las versiones siríaca, árabe, persa, etíope, en aquellos lugares que se apartan de la Vulgata.

Relación de los cuatro más antiguos códices siríacos, con su correspondiente descripción. Por Antonio Francisco Gori.

Parte II, tomo I (en lomo: tomo III)

Texto latino del Evangelio de San Lucas, según los códices manuscritos de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia.

Texto latino del Evangelio de San Marcos, según los códices manuscritos de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia.

Parte II, tomo II:

Concordancias de las lecturas del Evangeliario cuádruple, con las lecturas del texto griego.

Texto (en cinco columnas) del Códice de Fréjus (textos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan).

Anotaciones de Lorenzo de la Torre sobre este Códice.

Códice de Peruggia con fragmentos de los Evangelios.

Anotaciones del P. Juan Bautista Carboni, S. J.

Testimonios (referencias, citas) del Antiguo Testamento, que Cristo, los Apóstoles y los evangelistas utilizan en los Evangelios (en tres columnas).

Descripción de los volúmenes y códices que se citan en esta obra.

Codex Vaticanus Hraecus

Codex Vaticanus Graecus

Algunos detalles físicos:

Encuadernación de calidad, en muy buen estado de conservación. Encuadernación rígida en pergamino (a la romana). Cartón grueso y duro, forrado en pergamino de calidad. Lomo con nervaduras y tejuelo de piel roja para el título (faltante en este ejemplar) y piel negra para letras y números; adornos de calidad en dorado. Guardas delanteras (bordes de pergamino empiezan a despegarse). Anteportada. Portada impresa en rojo y negro. Modelo de organización y distribución elegante. Buena calcografía con el escudo Real de Alfonso V de Portugal, patrocinador de esta obra y a quien se le dedicó. Está firmado: “Lo grabó Petroschi”. Una especialísima dedicatoria, hermosamente impresa. Con cenefa grabada, mayúscula capital especial, de varias páginas. En la cenefa inicial, dos medallones: en el primero, la efigie del Rey, con una leyenda latina que dice: “Salud y vida para Juan V, gran Monarca”; en el otro, un escudo real de Portugal, rodeado por una inscripción latina que dice: “Honor y Cabeza de las Letras”. Entre ambas figuras, la representación simbólica de la Victoria, a cuyos pies está un libro en el que se ve el título de esta obra; también una inscripción latina que dice: “¿Cuándo se podrá encontrar otro igual?”. Esta cenefa también está firmada: “La grabó Silv. Pomarede”. También, un espectacular remate de la Dedicatoria: calcografía que representa un angelito con una azucena. También está firmado: “Lo grabó Juan Petroschi”. Licencias de impresión (Imprimatur). Hermosa mayúscula capital en la Introducción (página 2). Texto hermosa e impecablemente impreso, en una y dos columnas. El texto evangélico del Códice de Vercelli se muestra en una cara (izquierda del lector), dividido en dos columnas, separadas por una línea vertical doble. En su parte inferior, a renglón corrido (una columna), el texto de los Evangelios del Códice de Corbie. En la página de enfrente (derecha del lector), también en dos columnas, el texto evangélico del Códice de Verona. En su parte inferior, y en una sola columna, el texto evangélico del códice de Brescia. Todo ello impreso en un papel grueso, pero muy fino. En los textos inferiores (una sola columna) comentarios y apostillas en los márgenes. Al finalizar el texto de Mateo, y bajo las columnas del texto de Vercelli, hermosa calcografía que representa a San Mateo (Su nombre se lee, en griego, en la parte superior. Dice que es reproducción del que se encuentra en el Códice de Vallicella). En la página enfrentada, calcografía circular con el símbolo iconográfico de San Juan (cuyo Evangelio va a comenzar): menos buena que los otros grabados; en la parte superior dice que está tomado del mosaico de la Iglesia de San Marcos, en Roma. Decoración en cortes con jaspeados rojos y negros. Signaturas.



¿APARECE UNA LECCIÓN DE FRAY CRISTOBAL DE TORRES ?

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Jaime Restrepo Zapata

De entrada, sorprende la profundidad de lo afirmado: no se habla de “saber”, ni de “estudiar”, ni de “aprender” filosofía. Por el contrario, se subraya el valor de la filosofía como actitud vital de reflexión y acción.

En días pasados se hizo en este blog la reseña de uno de los incunables de la Biblioteca Antigua, con los Comentarios del pseudo-Tomás de Aquino a La Consolación de la Filosofía, de Boecio. Este libro perteneció a Fray Cristóbal de Torres, dominico español que fue Arzobispo de Santafé (1635-1654) y fundó este Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en 1653. Este libro es uno más de los que, por donación suya, constituyeron la base de esta Biblioteca.

Encabezado de la obra del Pesudo Tomas de Aquino con nota de Fray Cristobal en el margen derecho

Encabezado de la obra del Pesudo Tomas de Aquino con nota de Fray Cristobal en el margen derecho

Como en muchos de sus libros, hay marcas de propiedad y anotaciones, unas de otras manos y otras que se le pueden atribuir con absoluta seguridad. En los primeros folios impresos, que corresponden al Proemio, encontramos una de sus marcas de propiedad más frecuentes (“Arçobispo de Sta. Fe”) y varias notas marginales, entre las que llama la atención la primera de todas. Con una grafía confusa el Arzobispo, lector acucioso, se detiene para indicar que esto es importante y que hay que tenerlo en cuenta (¿“Nota istud”? ¿”Notandus”?). La nota marginal, la glosa, son -antes que nada- reflexiones que el lector se hace a sí mismo, para destacar partes importantes que no se pueden pasar por alto y que deben retomarse en una nueva lectura… Detenernos a analizar qué es lo que impactó al lector, puede mostrar algunos rasgos de la finura y sensibilidad de su espíritu. Y transmitirnos -¿por qué no?- una lección muy personal y suya.

Detalle de la anotación de Fray Cristobal de Torres, resaltando la importancia del texto donde se lee: “Nota istud” o ”Notandus”

Detalle de la anotación de Fray Cristobal de Torres, resaltando la importancia del texto donde se lee: “Nota istud” o ”Notandus”

Este Proemio y los Comentarios a la obra de Boecio son obra de Fray Thomas Walleys, dominico inglés al que se conoció como Thomas de Anglia o como el Pseudo Tomás de Aquino. Su lectura, por la abundancia de las abreviaturas y convenciones, se hizo difícil y compleja, razón por la cual recurrimos a otras copias de la misma obra. Entre ellas destaca la hermosa edición de Anton Koberger: De consoltione philosopiae, cum comentario Pseudo-Thomae de Aquino. Nüremberg, Antonius Koberger, 2 de mayo de 14831 . También se verificó con algunas transcripciones modernas del mismo texto2.

En esta reflexión, nos limitaremos a los aspectos de fondo que se encuentran en esta Introducción.

¿Qué llamó la atención del Arzobispo Torres? ¿Qué le pareció importante? ¿Qué es lo que hay que “tener en cuenta”?

Philosophiae servias oportet ut tibi contingat vera libertas”, comienza el autor, citando a Séneca3.

  • De entrada, sorprende la profundidad de lo afirmado: no se habla de “saber”, ni de “estudiar”, ni de “aprender” filosofía. Por el contrario, se subraya el valor de la filosofía como actitud vital de reflexión y acción.

  • El verbo servire tiene una connotación de dependencia, de servidumbre, de sujeción, que es la que aquí subraya el autor: Conviene que te entregues a la Filosofía para que se dé en ti la libertad verdadera. Algunas traducciones llegan a decir: “conviene que te hagas esclavo4.

  • La libertad no se considera como un objeto que se pueda adquirir o como algo que se tiene; el ser humano no es libre de la misma forma que es mamífero. La libertad es un bien que puede hacerse realidad en nosotros; que nos puede (y nos debe) pasar si lo sabemos ganar. Ese es el significado del subjuntivo contingat.

  • En la libertad hay matices. Si existe una libertad verdadera (vera libertas), es porque hay otras “libertades” que no son tales.

Séneca, en la misma Carta 8, un poco más adelante, afirma que la libertad consiste precisamente en esa actitud de sumisión y servicio: “Hoc enim ipsum philosophiae servire libertas est” (En este servicio a la Filosofía radica la libertad).

Escena de la "consolación" de la Filosofía. Se ve a Bohecio encarcelado y la Filosofía consolándolo. (tomado de ciencia-arte.blogspot.com)

Escena de la “consolación” de la Filosofía. Se ve a Bohecio encarcelado y la Filosofía consolándolo. (tomado de ciencia-arte.blogspot.com)

No se puede perder de vista que el contexto de esta obra es el libro donde Boecio cuenta cómo la Filosofía va a visitarlo a su celda de condenado a muerte, para consolarlo con la Verdad y cómo él, más allá de su natural rebeldía por la injusticia de su prisión y de su condena, acepta y hace suya la Consolación que ella le ofrece.

Pero ¿quién es la Filosofía para rendirle tal sumisión? ¿Quién es ella para creer que me puede hacer libre, a pesar de los barrotes de una cárcel? Responderemos a estas preguntas con las mismas palabras del autor del Proemio: el dominico Thomas Walleys (Thomas Vallensis).Y nos tomamos la libertad de sugerir que es un ejemplo más de la calidad y variedad de muchos conocimientos medievales. La acusación de edad oscura que pesa sobre la época como una lápida, no se compagina con el conocimiento que se hace evidente en este Proemio.

¿Por qué hacerse servidor de la Filosofía? En primer lugar, “porque es correcto llamar a la Filosofía, ciencia de la verdad”, como dice Aristóteles en su Metafísica5. Su rigor es tal, que nos ofrece “satisfacciones admirables por su solidez y transparencia”, tal como afirma el mismo Aristóteles en el libro X de la Ética6. El autor cita, además, un escrito medieval de origen árabe, que se atribuyó en Occidente a Aristóteles: el tratado De pomo et morte7. En él se nos dice que la filosofía “da lucidez al espíritu y permite que éste se deleite, aun en este mundo, tanto cuando las cosas van bien, como en la persecución”. Ese conocimiento de la verdad, precisamente por ir a las razones últimas de las cosas, está más allá de las circunstancias: sirve a todos, en cualquier situación.

Fray Cristobal de Torres. Arzobispo de Santa Fé y fundador del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario

Fray Cristobal de Torres. Arzobispo de Santa Fé y fundador del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario

A continuación ofrece otras razones para este “servicio” y “dedicación”: “es conveniente servir a aquello que perfecciona el espíritu, organiza la vida, dirige las acciones, muestra lo que ha de hacerse y lo que debe evitarse y sin lo cual nadie está seguro. Y eso sucede con la filosofía”. Afirmación en la que hace una evidente cita de Séneca8. Pero también, porque la Filosofía aporta un notable incremento respecto al conocimiento del último fin y eso significa un enorme crecimiento, como enseña el libro I de la Ética9.

Sólo la Filosofía, enseña sobre el fin último de los seres humanos, que es la felicidad: “la felicidad es el fin último de la vida humana; y su conocimiento nos lo da la filosofía”. En el libro III de la Consolación, prosa segunda, afirma que la felicidad es un estado perfecto por la sumatoria de todos los bienes10. A lo largo de ese mismo libro III, Boecio muestra cómo en la filosofía está la verdadera felicidad y cómo se llega a ella. El autor del Proemio da otro argumento a favor de ese servicio a la Filosofía. Debemos cumplirlo porque sólo la filosofía nos eleva de plano, identificando al ser humano con la divinidad. “Conviene servir a aquello que hace al hombre semejante a Dios” Y lo ratifica citando nuevamente a Séneca11. La ratificación final afirma: “Debe servirse a quien sea maestra de todas las ciencias, nodriza de todas las virtudes, consuelo de los espíritus caídos, que es el premio de la verdadera luz y cuya enseñanza es correcta de por sí, con una dignísima autoridad. Así procede la filosofía”. Así lo enseña la obra de Boecio que se comenta. La filosofía es “maestra de todas las virtudes”12, es “la nodriza de todas las virtudes”13, “gran consoladora de los espíritus que desfallecen”14y “anunciadora de la luz verdadera”15.

Y como siempre han existido los que dudan y recelan de la Filosofía, o quienes dudan de su utilidad real, el autor del Proemio los enfrenta, con los mismos argumentos de Séneca: Pero dirás:¿De qué me sirve la filosofía si existe la fatalidad? ¿De qué me sirve si Dios lo rige todo? ¿Qué utilidad tiene para mí si la casualidad impera?16Y contesta: “aunque los hados nos opriman con ley inexorable, aunque dios –moderador del universo- todo lo disponga, y si la casualidad mezcla las acciones humanas sin orden alguno, debemos afianzarnos en la filosofía”.

Bohecio encarcelado, dentro de una "A" capital. (Tomado de www.catecismo.com.ar)

Bohecio encarcelado, dentro de una “A” capital. (Tomado de http://www.catecismo.com.ar)

El autor del Proemio hace, enseguida, una nueva reflexión que cuestiona e interpela al lector, con matices éticos y de responsabilidad moral. Es verdad, como dijo Aristóteles, que “todos los seres humanos, por su misma naturaleza, desean el conocimiento”17; pero -desafortunadamente- son pocos los que se empeñan en ese camino. Y la causa de ello estriba en que “muchos, menospreciando los deleites del espíritu, se encierran en los deleites materiales”. El autor del Proemio conoce la obra de Boecio, y está aludiendo ahora al tratado De Summo Bono sive de vita philosophi18:

Cum enim omnes homines naturaliter scire desiderant, paucissimi tamen hominum, de quo dolor est, studio sapientiae vacant inordinata concupiscentia eos a tanto bono impediente. Videmus enim quosdam pigritiam vitae sequi, quosdam autem voluptates sensibiles detestabiles et quosdam desiderium bonorum fortunae. Et ita omnes homines hodie impedit inordinata concupiscentia a suo summo bono exceptis paucissimis honorandis viris; quos voco honorandos, quia contemnunt desiderium sensus et sequuntur delectationem et desiderium intellectus insudantes cognitioni veritatis rerum”.

Aunque todos los seres humanos, por naturaleza, desean el conocimiento, lamentablemente son muy pocos los que se dedican con celo al saber, pues deseos sin control los alejan de tan gran bien. Vemos cómo se dejan llevar: unos, de la desidia; otros, de placeres sensibles censurables; otros, del deseo de riquezas. El deseo desordenado aleja hoy a todos los hombres del bien supremo, exceptuados unos pocos, dignos de todo honor. Y digo que éstos son dignos de honra pues dan poca importancia al deseo del sentido y se orientan al deleite y apetencia del intelecto, esforzándose por conocer la verdad de las cosas”

Ese cuestionamiento es indispensable para que el lector se replantee algunos aspectos de su escala de valores. “Dan pena los que se enredan en los deleites sensibles y hacen a un lado el bien interior”19. En el libro de La Consolación (libro IV, Prosa 4), Boecio compara a estas personas con los murciélagos o con algunas aves nocturnas: diciendo que “sus ojos, habituados a la oscuridad no pueden dirigirse a la luz resplandeciente de la verdad; pues se parecen a aquellas aves que ilumina la oscuridad y enceguece la luz”20.

En ese mismo plano de confrontación personal, el autor del Proemio desbarata los argumentos de quienes aplazan y difieren la decisión de “entregarse” a la filosofía, alegando su actual pobreza y escasez de medios: “Me dirás: “no puedo filosofar pues soy pobre; cuando tenga riquezas me dedicaré a la filosofía21. Y podría parecer razonable ya que la naturaleza, por sí sola, no es suficiente para especular y porque es necesario atender a la comida, la bebida y todo lo demás”.

Lucio Anneo Seneca, filósofo Hispano-Romano muy citado por el Pseudo-Tomás de Aquino (Tomado de:  riquezayfuturo.blogspot.com)

Lucio Anneo Seneca, filósofo Hispano-Romano muy citado por el Pseudo-Tomás de Aquino (Tomado de: riquezayfuturo.blogspot.com)

Pero inmediatamente responde: “Tal pretexto, basado en la pobreza, no es válido. Oye a Séneca cuando, en la epístola XVII a Lucilo, dice: ha de sufrirse hasta el hambre, como la que padecieron algunos durante los asedios. ¿Y qué otra cosa era la recompensa de semejante empeño sino la de no sucumbir en poder del vencedor?¡Cuánto mayor es ésta que se nos promete: la libertad perpetua, ningún temor ni a un hombre ni a un dios?22 Para muchos, las riquezas fueron un obstáculo para filosofar. Si quieres consagrarte a tu alma, es necesario que seas o pobre o semejante al pobre. Este empeño no puede resultar provechoso sin la práctica de la frugalidad23; mas la frugalidad es una pobreza voluntaria…”. Cuando los seres humanos estamos llenos de cosas, no hay espacio para recibir ningún don…

 

EN RESUMEN:

  • La Filosofía no se “sabe”, ni se “aprende”, ni se “estudia”. La filosofía no se hace “a ratos”; es una actitud constante de vida que, precisamente por ser crítica e ir al fondo de las cosas, libera.

  • La Filosofía pide una dedicación vital, existencial; que el autor del Proemio denomina dedicación y servidumbre. Por eso, la verdadera filosofía humaniza.

  • La libertad es un bien que puede hacerse realidad en nosotros; que nos puede (y nos debe) pasar si lo sabemos ganar.

  • La filosofía, aunque es saber de causas últimas, no es fin. Es un medio para irnos haciendo libres en las más diversas circunstancias de la vida, por adversas que puedan parecernos.

  • En un medio como el actual, dominado por cosas, por el tener, por el ganar, la Filosofía –y, por tanto, la libertad- requieren un esfuerzo adicional para no dejarnos enredar por lo secundario y accesorio: Este empeño no puede resultar provechoso sin la práctica de la frugalidad”.

POR TODAS ESTAS RAZONES, FRAY CRISTÓBAL DE TORRES ESCRIBE AL MARGEN DE ESTOS TEXTOS: “¡TÉNLOS EN CUENTA!” “¡NO OLVIDES ESTAS PALABRAS!”

TODA UNA LECCIÓN…

Notas:

3 SENECA. Epistles 1-65. Cambridge, Mass. Loeb Classical Library, n° 75. Harvard University Press, 1917, pág, 40: “… adhuc Epicurum complicamus, cuius hanc vocem hodierno die legi: Philosophiae servias oportet ut tibi contingat vera libertas. (Epistola VIII).

4 SÉNECA. Epístolas morales a Lucilo (Libros I-IX). Bogotá, Planeta-De Agostino, 1995, pág. 36 (Libro I, epístola 8,7): “…estoy compilando todavía a Epicuro, de quien en el día de hoy he leído este aforismo: para que alcances la verdadera libertad conviene que te hagas esclavo de la filosofía”.

5 ARISTOTLE. Metaphysics Books 1-9. Cambridge, Mass. Loeb Classical Library, n° 271. Harvard University Press, 1933, pág. 87: “Moreover, philosophy is rightly called a knowledge of truth” (epistemen tes aletheias)(Libro II, capítulo 2). “Con mucha razón se llama a la filosofía la ciencia teórica de la verdad” (Azcárate).

6 ARISTOTLE. Nicomachean Ethics. Cambridge, Mass. Loeb Classical Library, n° 73, pág. 613: “… all events it is held that philosophy or the pursuit of wisdom contains pleasures of mervellous purity and permanence” (Libro X, capítulo 7, 3) “…la actividad de la sabiduría se acepta como la más placentera de las actividades virtuosas: de todos modos se considera que su ejercicio ofrece maravillosos placeres, debido a su pureza y firmeza” (Francisco Gallach). O: “Ciertamente se considera que la filosofía posee placeres admirables en pureza y en firmeza” ARISTÓTELES. Ética Nicomáquea. Bogotá, Planeta-De Agostino, 1995, pág 278 (Libro X, capítulo 7, 3, 25).

7 Es un tratado neoplatónico de origen árabe, que en la Edad Media europea se llamó Tractatus de pomo et morte incliti principi philosophorum Aristotelis.

8 SENECA. Epistles 1-65. Op. Cit., pág, 104: “Animum format et fabricat, vitam disponit, actiones regit, agenda et omittenda demonstrat, sedet ad gubernaculum et per ancipitia fluctuantium derigit cursum”. Carta XVI, 3. SÉNECA. Epístolas morales a Lucilo (Libros I-IX).Op. cit., pág.76: “configura y modela el espíritu, ordena la vida, rige las acciones, muestra lo que se debe hacer y lo que se debe omitir”.

9 ARISTOTLE. Nicomachean Ethics. Op. Cit., pág. 5: “Will not then a knowledge of this Supreme Good be also of great practical importance for the conduct of life? (I, ii, 2). ARISTÓTELES. Ética Nicomáquea. Bogotá, Planeta-De Agostino, 1995, pág. 12 (Libro I, 2,): “¿No es verdad, entonces, que el conocimiento de este bien tendrá un gran peso en nuestra vida…?”

10 BOETHIUS. Theological Tractates. The Consolation of Philosophy. Cambridge, Mass. Loeb Classical Library, n° 74, pág. 232: “Id autem est bonum quo quis adepto nihil ulterius desiderare quaeat. Quod quidem est omnium summum bonorum cunctaque intra se bona continens”. BOECIO. La Consolación de la Filosofía. Madrid. Alianza Editorial, 2008, pág. 87: “Es la suma de todos los bienes y los encierra todos”.

11 El número de la carta que cita el autor del Proemio (49) no corresponde con las ediciones actuales. El texto aludido corresponde a la Carta XLVIII, 11. Ver: SENECA Epistles 1-65.Op. Cit., pág. 320: “Hoc enim est, quod mihi philosophia promittit, ut parem deo faciat”. SÉNECA. Epístolas morales a Lucilo (Libros I-IX).Op. cit., pág. 202: “Porque es ésta la promesa que me hace la filosofía: hacerme igual a Dios” (Carta 48, 11).

12 BOETHIUS. Theological Tractates. The Consolation of Philosophy. Op. cit. pág. 140: “tu in has exilii nostril solitudines o omnium magistra virtutum supero cardine delapsa venisti” (Libro I, Prosa 3). BOECIO. La Consolación de la Filosofía. Op. cit., pág. 39: “… ¿Cómo es que tú…, maestra de todas las virtudes, has caído del alto cielo para venir a la soledad de mi destierro?”.

13 BOETHIUS. Theological Tractates. The Consolation of Philosophy. Op. cit. pág. 190: “o virtutum omnium nutrix” (Libro II, Prosa 4). BOECIO. La Consolación de la Filosofía. Op. cit., pág. 65: “Todo lo que dices es cierto, oh madre verdadera de todas las virtudes”.

14 BOETHIUS. Theological Tractates. The Consolation of Philosophy. Op. cit. pág. 228: “summum lassorum solamen animorum quam tu me vel sententiarum pondere vel canendi etiam iucunditate refovisti”. BOECIO. La Consolación de la Filosofía. Op. cit., pág. 85: “…tú, el mayor consuelo de los espíritus abatidos”

15 BOETHIUS. Theological Tractates. The Consolation of Philosophy. Op. cit. pág. 312: “O…veri praevia luminis quae husque adhuc tua fudit oratio…”. BOECIO. La Consolación de la Filosofía. Op. cit., pág. 127: “…pregonera de la luz verdadera”.

16 Dicet aliquis, ‘quid mihi prodest philosophia, si fatum est? quid prodest, si deus rector est? quid prodest, si casus imperat? Nam et mutari certa non possunt et nihil praeparari potest adversus incerta, sed aut consilium meum occupavit deus decrevitque quid facerem, aut consilio meo nihil fortuna permittit.’ [5] Quidquid est ex his, Lucili, vel si omnia haec sunt, philosophandum est; sive nos inexorabili lege fata constringunt, sive arbiter deus universi cuncta disposuit, sive casus res humanas sine ordine impellit et iactat, philosophia nos tueri debet nos tueri” El párrafo en bastardilla cita textualmente a Séneca. Ver: SÉNECA. Epístolas morales a Lucilo (Libros I-IX). Op. cit., pág. 77, en la Carta XVI. 4-5).

17 ARISTOTLE Metaphysics Books 1-9. Op. cit., pág.3: “All men naturally desire knowledge”.

19 Et ideo dolere debent homines qui tantum delectationis sensibilibus detinentur quod bona intellectualia ommitunt, quia suum sumum bonum numquam attingunt; tantum enim sunt dediti sensibus, quod non quaerunt quod est bonum ipsius intellectus”.

20 BOETHIUS. Theological Tractates. The Consolation of Philosophy. Op. cit. pág. 346: “Nequeunt enim oculos tenebris assuetos ad lucem perspicuae veritatis atollere, similesque avibus sunt quarum intuitum nox inluminat dies caecat” (Libro IV, Prosa 4).

21 SÉNECA. Epístolas morales a Lucilo (Libros I-IX). Op. cit., pág. 80: el texto en bastardilla está trascrito literalmente de aquí: Libro II, Carta XVII, 5: “Fuera por tanto esas excusas: aún no poseo cuanto es suficiente; cuando llegue a poseer ese caudal, entonces me dedicaré por completo a filosofar”.(Tolle itaque istas excusationes: nondum habeo quantum sat est; si ad illam summam pervenero, tunc me totum philosophiae dabo.

22 SÉNECA. Epístolas morales a Lucilo (Libros I-IX). Op. cit., pág. 81, 6:Non est quod nos paupertas a philosophia revocet, ne egestas quidem. Toleranda est enim ad hoc properantibus vel fames; quam toleravere quidam in obsidionibus, et quod aliud erat illius patientiae praemium quam in arbitrium non cadere victoris? Quanto hoc maius est quod promittitur: perpetua libertas, nullius nec hominis nec dei timor:

23 No se entiende muy bien ni corresponde con el contexto la lectura “fragilitas” de otras transcripciones del Proemio.


El Corpus Iuris Civilis: La recopilación más importante del derecho romano

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Por:

Alberto José Campillo Pardo

Jaime Restrepo Z.

El Corpus Iuris Civilis es una obra que vio la luz por primera vez entre los años 527 y 565, cuando Justiniano, en su afán de formalizar el ordenamiento jurídico del Imperio, llevó a cabo la mayor recopilación del derecho romano de la época.

En la actualidad, la mayoría de los Estados occidentales se precian de ser repúblicas democráticas con un sistema de derecho desarrollado, en el cual se tienen en cuenta las necesidades tanto del Estado, como de los ciudadanos que en él habitan. Sin embargo, a pesar de que este parece uno de los mayores logros de la modernidad, inspirada en la Revolución Francesa, sus orígenes se remontan mucho más atrás a la época de las antiguas Roma y Grecia.

Corpus del Derecho Civil.  Con las Pandectas corregidas de acuerdo con el Códice florentino. Y con las Instituciones, el Código y las Novellae, añadiendo el texto griego y de conformidad  con las mejores ediciones. Anotado íntegramente por Dionisio Godofredo. Esta nueva edición se completó con los Edictos de Justiniano; las Novellae de León y de otros emperadores; los Cánones de los Apóstoles (en griego y en latín); los Libros sobre los feudos y las  Leyes de las Doce Tablas y otros tratados relacionados con el Derecho. También se añadieron las Sentencias de Paulo, con notas escogidas de Jacques Cujas (latinizado Cujatius).  A lo largo de todo el texto se incluyeron las observaciones de Antonio  Anselmo sobre derecho civil, canónico, relacionadas cuando hay discrepancias con la práctica recibida. Finalmente se incorporan lecturas y anotaciones selectas de otros autores, debidas al cuidadoso trabajo de Simón van Leeuwen.

Corpus del Derecho Civil. Con las Pandectas corregidas de acuerdo con el Códice florentino. Y con las Instituciones, el Código y las Novellae, añadiendo el texto griego y de conformidad con las mejores ediciones. Anotado íntegramente por Dionisio Godofredo. Esta nueva edición se completó con los Edictos de Justiniano; las Novellae de León y de otros emperadores; los Cánones de los Apóstoles (en griego y en latín); los Libros sobre los feudos y las Leyes de las Doce Tablas y otros tratados relacionados con el Derecho. También se añadieron las Sentencias de Paulo, con notas escogidas de Jacques Cujas (latinizado Cujatius). A lo largo de todo el texto se incluyeron las observaciones de Antonio Anselmo sobre derecho civil, canónico, relacionadas cuando hay discrepancias con la práctica recibida. Finalmente se incorporan lecturas y anotaciones selectas de otros autores, debidas al cuidadoso trabajo de Simón van Leeuwen.

En el caso específico del derecho moderno, es necesario afirmar que este es un descendiente directo del derecho romano, puesto que su tradición se basa en el ordenamiento jurídico que regía a los ciudadanos de la antigua Roma, y posteriormente al Imperio Romano, y que llegó a nosotros gracias a la recopilación hecha por emperador Justiniano I del texto jurídico más importante de la época clásica, el Corpus Iuris Civilis.

… derecho moderno es un descendiente directo del derecho romano

El Corpus Iuris Civilis es una obra que vio la luz por primera vez entre los años 527 y 565, cuando Justiniano, en su afán de formalizar el ordenamiento jurídico del Imperio, llevó a cabo la mayor recopilación del derecho romano de la época. Esta acción fue el resultado de un proceso que venía desarrollándose desde el gobierno de Constantino (306 – 337 d.C.), debido a que “la práctica (de los emperadores) llevó a un uso indiscriminado y generalizado de los rescriptos1, (por lo que Constantino) afirmó que estos no podían contradecir el ius, el cual solo podía ser derogado por razones de equidad y en casos concretos por el emperador (CTh. I,2,2) asumiendo en forma exclusiva la atribución de examinar la interpretación interpuesta entre la equidad y el derecho”2 En otras palabras, el emperador Constantino dio el primer paso para declarar la superioridad del derecho sobre la casuística jurídica, lo cual llevó a que los juristas romanos se vieran obligados a acudir permanentemente a los edicta o leges generales, es decir a las normas de contenido general y abstracto dictadas por el emperador, para dirimir cuestiones jurídicas. 

Busto del emperador Constantino. (tomado de: http://cvc.cervantes.es/img/citas_claroscuro/escultura_romana20.jpg)

Busto del emperador Constantino. (tomado de: http://cvc.cervantes.es/img/citas_claroscuro/escultura_romana20.jpg)

Este proceso fue llevado aún más lejos por los emperadores Valentiniano III y Teodosio II, quienes afirmaron que no todas las disposiciones imperiales tenían la misma importancia “toda vez que los rescripta y los decreta no debían considerarse derecho general (iura generalia) sino aplicables al asunto que resolvían, teniendo valor general solo los edictos o leges generales, rótulo que también cobijó a las orationes dirigidas al senado”3 En este sentido, cada vez más se iba formalizando lo que era y lo que no era derecho, dando al ordenamiento jurídico del Imperio mayor estabilidad. Sin embargo, este proceso no se vio culminado sino hasta la época de Justiniano y la recopilación del Corpus Iuris Civilis4, formado por cinco recopilaciones: el Codex, el Digesto, las Institutas, el Codex Iustinianeus y las Novelas.

Luego de iniciar su mandato, Justiniano ordenó a los juristas Juan de Capadocia, Teófilo y Triboniano, entre otros, a elaborar un nuevo código (Codex) que recopilase toda la legislación imperial de la que se habló anteriormente, teniendo como fundamento los códigos Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano5, así como las normas posteriores, modificándolas y adaptándolas a la legislación de la época de Justiniano.

Al publicarse esta obra, el emperador decretó que sería un crimen no basarse en la misma para dirimir cuestiones judiciales, bajo el cargo de falsedad del uso judicial, afirmando lo siguiente: “sepan absolutamente todos los jueces, que están bajo nuestra jurisdicción, que es ley no solo para la causa que fue proferida, sin además, para todas las análogas (…) o, ¿quien parecerá que es idóneo para resolver los enigmas de las leyes, y para aclararlos a todos, sino aquel a quién únicamente está permitido ser legislador?”6

Mosaico del emperador Justiniano. (En: http://api.ning.com/)

Mosaico del emperador Justiniano. (En: http://api.ning.com/)

Tras la publicación del Codex, la comisión de juristas de Justiniano tuvo como encargo hacer una recopilación de la jurisprudencia dada por grandes jurisconsultos romanos, dándoles carácter de ius generalis, es decir, que tenían el mismo peso que las disposiciones del emperador“cómo si sus opiniones proviniesen de de las constituciones imperiales y hubiesen sido pronunciadas por nuestra sagrada boca”7 De esta manera, se retomaron las opiniones de autores como Quinto Murcio Escévola, Aelio Galo, Ulpiano y Próculo entre otros, cuidándose de evitar contradicciones entre estas, surgiendo lo que hoy se conoce como el Digesto.

La existencia de estas dos grandes recopilaciones del derecho hizo necesaria la creación de un manual para el estudio de las mismas, motivo por el cual Justiniano encargó a Triboniano, Teófilo y Doroteo “elaborar un texto para uso escolar de primer año, que a semejanza del gayano fue llamado Instituciones (Institutas) y dividido en 4 libros”8 y al cual el emperador le otorgó el carácter de fuente del derecho.

Hasta ese momento, Justiniano había logrado oficializar y unificar todo el derecho romano de la época tardía, sin embargo, disposiciones imperiales más antiguas aún seguían siendo interpretadas libremente por los juristas romanos, motivo por el cual en el 534 d.C. el emperador promulga una nueva edición del Codex, que pasaría a conocerse como el Codex Iustinianeus y que contenía todas las constituciones imperiales, desde Adriano hasta Justiniano, en 12 libros. Este código “iniciaba regulando la actividad religiosa (C. 1); continuaba con el procedimiento (C. 2; C. 3); los contratos (C.4); la familia (C.5); la situación jurídica de los esclavos y las herencias (C. 6); bienes, procedimientos y pruebas (C. 7); los interdictos, garantías y aspectos vinculados al ejercicio de la potestad paterna (C. 8); derecho criminal (C. 9); y aspectos tributarios, administrativos y, en general, aspectos del derecho público (C. 10; C. 11; C.12)9 Si se observa detenidamente el contenido de este código, se puede observar que no difiere mucho de los códigos modernos, aspecto que trataremos más adelante.

Emperador Teodosio I "El Grande" según un grabado de 1836  (En: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Theodosius.jpg)

Emperador Teodosio I “El Grande” según un grabado de 1836 (En: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Theodosius.jpg)

El último elemento que compone este Corpus Iuris Civilis son las Novelas, que consisten en las nuevas disposiciones hechas por Justiniano en materia jurídica y que versan de temas tan variados como disposiciones eclesiásticas10 y administrativas, hasta temas hereditarios, patrimoniales y penales, quedando así completo el compendio del derecho romano.

Como se ha podido ver, gracias a las recopilaciones hechas por Justiniano y a sus posteriores reproducciones medievales el derecho romano ha llegado hasta nuestros días. Sin embargo, ¿a qué se debe la afirmación de que este es el padre del derecho moderno? A continuación se presentarán algunos ejemplos que pretenden ilustrar este punto.

El primer elemento que analizaremos es el concepto de “ciudadanía”. Ciudadanía es una palabra que viene del vocablo “ciudad” cuya raíz es el latín civitas que hacía referencia en a la ciudad de Roma. En este sentido, la ciudadanía hace referencia a la pertenencia a una ciudad, el vínculo político con la misma y los derechos que este conlleva. De esta forma, así como la palabra tiene su raíz en la antigua Roma, la figura jurídica también. En Roma no todos los individuos habitantes de la ciudad eran ciudadanos, es decir, no contaban con el status civitatis. Este status civitatis traía consigo una serie de derechos que solo los ciudadanos romanos podían ejercer: el ius suffragii o derecho al voto, el ius comercii o derecho a hacer negocios y el ius conubii o derecho a matrimonio. Así mismo, solo los ciudadanos romanos tenían derechos políticos. En la actualidad las leyes de numerosos Estados occidentales tienen vestigios de esta tradición. Por ejemplo la constitución colombiana en su artículo 100 dice: “Los derechos políticos se reservan a los nacionales (ciudadanos), pero la ley podrá conceder a los extranjeros residentes en Colombia el derecho al voto en las elecciones y consultas populares de carácter municipal o distrital,”11 es decir, que solo los ciudadanos pueden votar o acceder a cargos públicos, al igual que en la antigua Roma.

Dedicatoria de Simón van Leeuwen  a los caballeros de Holanda y de la Frisia Oriental, que están en proceso de sacudir el yugo de la corona española, en el Corpus  Iuris Civilis

Dedicatoria de Simón van Leeuwen a los caballeros de Holanda y de la Frisia Oriental, que están en proceso de sacudir el yugo de la corona española, en el Corpus
Iuris Civilis

Los derechos políticos y la ciudadanía no son el único ejemplo de este punto. Otro caso similar se da en los temas de bienes, como en la usucapión. La usucapión, que se aplica en el derecho actual de la misma forma que se aplicaba en el derecho romano, implica que un sujeto tiene derecho sobre una cosa si ha ejercido el derecho de uso sobre ella por un tiempo determinado, “entendido el usus como posesión o señorío sobre una cosa sin violencia, clandestinidad ni en modo precario (…)”12 Así como los jurisconsultos romanos otorgaban propiedad (potestas) sobre un bien a un ciudadano que cumpliese los requisitos antes mencionados, así mismo lo hace la ley colombiana 791 de 2002 refiriéndose a la usucapión o prescripción adquisitiva: “Artículo 2532. El lapso de tiempo necesario para adquirir por esta especie de prescripción, es de diez (10) años contra toda persona y no se suspende a favor de las enumerados en el artículo 2530″, es decir, que si una persona ejerce derecho de uso sobre una propiedad por más de 10 años, esta pasa a ser de su propiedad, tal como en la época romana.

El Archivo Histórico del Rosario cuenta con numerosas versiones antiguas del Corpus Iuris Civilis que se utilizaron a través de la historia de la Universidad para dictar la asignatura de “Derecho Romano”

Existen innumerables ejemplos como los anteriores, como es el caso de la acción de tutela, el concepto de “Constitución” y los contratos matrimoniales, que no explicaremos aquí por falta de espacio, pero que el lector puede indagar con mayor profundidad. Dada la importancia del derecho romano en el ordenamiento jurídico actual, la enseñanza del mismo es una de las partes vitales en la formación de todo abogado, y la Universidad de Rosario no es la excepción.

El Archivo Histórico del Rosario cuenta con numerosas versiones antiguas del Corpus Iuris Civilis que se utilizaron a través de la historia de la Universidad para dictar la asignatura de “Derecho Romano”. Sin embargo, existe una edición de 1663 que vale la pena resaltar por su calidad de impresión y por la importancia de sus editores. Este texto cuyo título completo en latín es: Corpus Iuris civilis. Pandectis ad florentinum archetypum expressis, Institutionibus, Codice et Novellis, addito textu græco, ut et in Digestis et Codice, legibus et constitutionibus græcis, cum optimis quibusque editionibus collatis; cum notis integris (…) Dionysii Gothofredi, JC. Præter Justiniani Edicta, Leonis et aliorum imperatorum novellas ac Canones Apostolorum, græcè & latinè, Feudorum libros, Leges XII tabul. et alios ad jus pertinentes tractatus (…). huic editioni novè accesserunt Pauli receptæ Sententiæ cum selectis notis J. Cujacii et sparsim ad universum Corpus Antonii Anselmo (…) observationes singulares, remissiones & notæ juris civilis, canonici, & novissimi ac in praxi recepti differentiam continentes. Denique lectiones variæ et notae selectae (…) aliorum opera & studio Simonis van Leeuwen (… )13, es una edición que cuenta con una encuadernación rígida de primera calidad (a la romana): cartón duro forrado en pergamino fino blanco con un ligero deterioro en las esquinas y en la unión con el lomo. Lomo con repujados decorativos; nervaduras sobre costuras y un tejuelo de piel, para el título de la obra, en dorado. Las tapas tienen repujados sencillos en los bordes, en forma de marco y un repujado muy especial en el centro de ambas tapas, donde se muestra una mujer con un ancla, rodeada de emblemas de la abundancia (cornucopias). (Se tiene información de que la encuadernación de este libro estuvo sometida a trabajos de restauración).

Repujado que representa una mujer con un ancla, rodeada  de emblemas  de la abundancia (cornucopias)

Repujado que representa una mujer con un ancla, rodeada de emblemas de la abundancia (cornucopias)

Antes de la portada, hay un grabado espectacular, de una página entera: en la parte superior de una composición de arquitectura clásica, la figura que representa a la justicia; ésta se apoya en un medallón con la efigie del Emperador Justiniano. Rodeada por otras dos figuras femeninas (¿alegorías del trabajo y de la sabiduría?), y una cartela con algunos datos sobre la obra. En la parte inferior, se encuentran los emblemas de la abundancia, junto con el casco alado y el caduceo de Mercurio y vuelve a aparecer el ancla. El grabado está firmado: “Lo grabó C. van Dalen”. Datos que aluden al famoso grabador holandés Cornelis van Dalen (1638-1664), considerado uno de los representantes de la edad de oro del grabado holandés. 

Impresionante garabado de la contraportada de esta edición.

Impresionante grabado previo a la portada de esta edición.

La portada es sencilla, impresa en negro, con tipos de diverso tamaño. Cuenta con un grabado sencillo que representa una puesta de sol (¿o un amanecer?), enmarcado por un elemento decorativo clásico, en cuyos bordes se lee, escrito en latín “Que todo lo demás se haga a un lado”. Así mismo, nos recuerda que este libro fue impreso como Privilegio Imperial de Leopoldo I (Viena, febrero 1662). Por otra parte, hay una dedicatoria de Simón van Leeuwen a los caballeros de Holanda y de la Frisia Oriental, que están en proceso de sacudir el yugo de la corona española.

Portada de la edición

Portada de la edición

Los textos jurídicos que van a ser comentados, están impecablemente impresos (caracteres romanos), en las dos columnas centrales, separadas por una línea vertical. Los comentarios y anotaciones respectivos, como era muy tradicional, están impresos con letra romana más pequeña, en columnas que enmarcan y rodean el texto que se comenta. Según los casos, texto impreso en cuatro, cinco o seis columnas, todo un alarde de composición e impresión, si se tiene en cuenta que es un período en el que cada página aún se componía a mano.

Grabado sencillo que representa una puesta de sol (¿o un amanecer?), enmarcado por un  elemento decorativo clásico, en cuyos bordes se lee, escrito en latín “Que todo lo demás se haga a un lado”

Grabado sencillo que representa una puesta de sol (¿o un amanecer?), enmarcado por un elemento decorativo clásico, en cuyos bordes se lee, escrito en latín “Que todo lo demás se haga a un lado”

Sin embargo, lo que enmarca esta edición de una mayor importancia son sus editores-impresores Blaeu y Elzevier. Willem Blaeu pertenece a la familia a de los más importantes impresores de mapas de la época y fue un reconocido cartógrafo holandés, cuyos mapas conformaron el que hoy se conoce como el Atlas Maior, y son elementos ambicionados por los coleccionistas actuales. Por su parte, la estirpe de los Elzevier corresponde a los editores-impresores más importantes del momento en la parte de los Países Bajos que se separa (Holanda) de Flandes, por razones de religión. Estos editores se caracterizaron por la impresión de libros en formatos pequeños y de precios accesibles, lo cual les dio una gran popularidad en su época. Sin embargo, los Elzevir también se caracterizaron por impresiones fraudulentas, de libros con títulos que no correspondían al contenido o por plagio a obras de otros grandes impresores de la época. A pesar de esto, tan importante es el editor que en el tejuelo del lomo la obra se identifica por su título y por el nombre del editor; no por el del autor de los comentarios. 

Tejuelo del lomo la obra  se identifica por su título y por el nombre del editor; no por el del autor de los comentarios.

Tejuelo del lomo la obra se identifica por su título y por el nombre del editor; no por el del autor de los comentarios.

Aunque esta edición es la que se encuentraen mejor estado de conservación, no todas las ediciones de la Biblioteca Antigua corrieron con la misma suerte. De hecho, dado el amplio uso que se hacía de los Códigos, la mayoría de ejemplares se encuentran muy deteriorados aunque aún conservan características extraordinarias. Claro ejemplo de lo anterior es el ejemplar de 1595 titulado Corpus Iuris Civilis. Prudentum responsa caesarumque rescripta complectens. In quatuor tomos distributum. Adjectae sunt praeter accursii glossas clarissimorum iurisconsultum Goveani, Conani, Duarenii, Cuiacii et Hottomanni aliorumque eximiae observatione, el cual cuenta con una encuadernación en pergamino que se encuentra desencuadernada y presenta deterioro del pergamino en lomo y en las pastas. Así mismo la obra presenta deterioro en las primeras páginas, por lo que solo se conservan fragmentos recompuestos de la portada. 

Portada a dos tintas, muy deteriorada y con reparaciones precarias.

Portada a dos tintas, muy deteriorada y con reparaciones precarias.

Sin embargo, lo que cabe resaltar verdaderamente de este ejemplar, es la impresión de gran calidad para la época, la cual fue realizada a dos tintas, rojo y negro, y en siete columnas. El texto por comentar se incluye en el centro y los comentarios se hacen en columnas que lo enmarcan, y a pesar del deterioro, el texto de la obra está completo. Así mismo, cabe resaltar que en la anteportada, se leen las siguientes marcas de propiedad: “El Doctor Don Joaquín Caycedo. Año de 1730″ ; “Doctor Don Miguel Rocha” ; “Del Real Mayor de Nuestra Señora del Rosario” y en los restos de la portada, vuelve a encontrarse la misma marca del Doctor Caycedo. Debido a estas carácterísticas esta edición es de gran valor, y su regular estado de conservación demuestra el gran uso que se le dió en su época.

Impresión de alta calidad a dos tintas, rojo y negro, en siete columnas.

Impresión de alta calidad a dos tintas, rojo y negro, en siete columnas.

 NOTAS:

1Herramienta jurídica que utilizaban los emperadores romanos para legislar y dirimir las controversias planteadas en temas jurídicos.

2Espitia Garzón, Fabio. Historia del Derecho Romano, 2a Edición. Universidad Externado de Colombia. 2006. Pág. 348

3Espitia Garzón, Fabio. Historia del Derecho Romano, 2a Edición. Universidad Externado de Colombia. 2006. Pág. 349

4Este nombre dado a la recopilación del derecho romano hecha por Justiniano procede del Renacimiento, cuando fue impreso por primera vez por Dionisio Godofredo en Ginebrael año 1583.

5Prf. Espitia Garzón, Fabio. Historia del Derecho Romano, 2a Edición. Universidad Externado de Colombia. 2006

6Espitia Garzón, Fabio. Historia del Derecho Romano, 2a Edición. Universidad Externado de Colombia. 2006. Pág. 360

7Deo Auctore. 6. Codex Iustinianeus I, 17, I.

8Espitia Garzón, Fabio. Historia del Derecho Romano, 2a Edición. Universidad Externado de Colombia. 2006. Pág. 393

9Espitia Garzón, Fabio. Historia del Derecho Romano, 2a Edición. Universidad Externado de Colombia. 2006. Págs. 400- 402

10En esta época Teodosio ya había oficializado el cristianismo como religión del Imperio.

11Constitución Política de Colombia, artículo 100.

12Espitia Garzón, Fabio. Historia del Derecho Romano, 2a Edición. Universidad Externado de Colombia. 2006. Pág 182

13 Corpus del Derecho Civil. Con las Pandectas corregidas de acuerdo con el Códice florentino. Y con las Instituciones, el Código y las Novellae, añadiendo el texto griego y de conformidad con las mejores ediciones. Anotado íntegramente por Dionisio Godofredo. Esta nueva edición se completó con los Edictos de Justiniano; las Novellae de León y de otros emperadores; los Cánones de los Apóstoles (en griego y en latín); los Libros sobre los feudos y las Leyes de las Doce Tablas y otros tratados relacionados con el Derecho. También se añadieron las Sentencias de Paulo, con notas escogidas de Jacques Cujas (latinizado Cujatius). A lo largo de todo el texto se incluyeron las observaciones de Antonio Anselmo sobre derecho civil, canónico, relacionadas cuando hay discrepancias con la práctica recibida. Finalmente se incorporan lecturas y anotaciones selectas de otros autores, debidas al cuidadoso trabajo de Simón van Leeuwen.


La destrucción de Cartago y la Rebelión de los Comuneros: mitos clásicos en la historia colombiana

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Por: Alberto José Campillo Pardo

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.25

Uno de los episodios más sonados de la historia nacional colombiana es el apresamiento y posterior ejecución del líder comunero José Antonio Galán por parte de las autoridades españolas. Corría el año de 1781 y en España el rey Borbón Carlos III estableció una serie de reformas administrativas y económicas para sus colonias de ultramar, con el fin de contrarrestar la ineficiencia administrativa que había caracterizado los últimos años de la monarquía Habsburgo y así corregir las fugas fiscales mediante el aumento de impuestos y el retiro de privilegios administrativos a los criollos, poniendo la economía directamente bajo la mano férrea de la Corona.1

Como era de esperarse, estas medidas no sentaron nada bien a las élites criollas del Virreinato de la Nueva Granada, quienes enfurecidas por la entrada en vigencia de estas nuevas disposiciones, en acto de público desacato, rasgaron los carteles de proclamación de los nuevos impuestos sobre los estancos de tabaco y el aguardiente. En un hecho sin precedentes, reunieron una fuerza sublevada de unos 15.000 hombres, en su mayoría campesinos e indígenas descontentos con la corona, e iniciaron una marcha desde la provincia del Socorro, en Santander, al norte del Virreinato, cuyo destino era la capital, Santafé.2A pesar de las buenas intenciones y su considerable número, esta rebelión de los Comuneros3 terminó con unas capitulaciones que, aunque parecían favorables a los revolucionarios, fueron objeto de perjurio por parte de las autoridades de Santafé y posteriormente fueron derogadas por el Virrey español.

José Antonio Galán. (tomada de: somoslarevista.com )

José Antonio Galán. (tomada de: somoslarevista.com )

Sin embargo, uno de los líderes de la revuelta, José Antonio Galán, separándose del grueso de los sublevados, se lanzó al galope a través del Virreinato encendiendo los ánimos de los sectores más oprimidos de la sociedad: indígenas, esclavos negros y campesinos principalmente. De tal manera, desató una verdadera revuelta nacional.4 No obstante, esta empresa también terminó en el desastre para los rebeldes, pues Galán, traicionado por sus compañeros, fue apresado y condenado de la siguiente manera:

Condenamos -decía el fallo- a José Antonio Galán a que sea sacado de la cárcel, arrastrado y llevado al lugar del suplicio donde sea puesto en la horca hasta que naturalmente muera, que bajado se le corte la cabeza, se divida su cuerpo en cuatro partes y pasado el resto por las llamas (para lo que se encenderá una hoguera delante del patíbulo), su cabeza será conducida a las Guaduas, teatro de sus escandalosos insultos: la mano derecha puesta en la plaza del Socorro; la izquierda en la Villa de San Gil; el pie derecho en Charalá, lugar de su nacimiento; y el pie izquierdo en el lugar de Mogotes: declarada por infame su descendencia, ocupados todos sus bienes y aplicados al real fisco; asolada su casa y sembrada de sal, para que de esta manera se dé al olvido su infame nombre y acabe con tal vil persona, tan detestable memoria, sin que quede otra que del odio y espanto que inspira la fealdad del delito”5 

La última parte de la condena, referente a la siembra de sal de la casa del acusado para que se olvide su nombre, es realmente curiosa pues nos remonta a castigos de épocas antiguas. Sin embargo, es aún más peculiar la anotación que hace al respecto el historiador David Bushnell en su libro Colombia, una nación a pesar de sí misma, donde refiriéndose a lo anterior afirma:

El cuerpo de Galán fue descuartizado y sus partes se exhibieron en diferentes poblaciones. Su casa fue arrasada y en el suelo se esparció sal, como hicieran los romanos a la caída de Cartago6

Esta última frase llama nuestra atención, pues ninguna fuente clásica menciona que los ejércitos de Escipión Emiliano sembraran con sal el suelo cartaginés tras la destrucción de esta ciudad en la Tercera Guerra Púnica que concluyó en el año 146 a.C. 

"Colombia, una nación a pesar de si misma" de David Bushnell

“Colombia, una nación a pesar de si misma” de David Bushnell

Sobre este punto, R.T. Ridley refutó ya en los años 1980 la tesis de que el suelo de la ciudad de Cartago fue rociado con sal tras su derrota frente a los romanos como símbolo de “su total destrucción y tal vez como un modo de asegurar la infertilidad del suelo…”7. Ridley argumenta que este hecho no aparece referenciado por ninguno de los historiadores clásicos, como se verá a continuación.

En su “Historia de Roma”, en el libro 51, Tito Livio menciona la destrucción de Cartago de la siguiente forma:

Cn. Cornelio L. Mummio coss. per Scipionem Carthago expugnata et direpta. Qui cum etiam arcem inflammavisset, uxor Hasdrubalis se ipsa cum duobus filiis in medium iecit incendium, in potestaem victoris veniret. Scipio exemplo Aemili, a quo Perseus victus era, ludos fecit.

En el consulado de Gnaeo Cornelio y Lucio Mummio, Cartago fue tomada y saqueada por Escipión. Cuando este incendió la ciudad, la esposa de Hasdrúbal se lanzó junto con sus dos hijos dentro de las llamas, para no caer en manos del conquistador. Escipión continuó con el precedente fijado por Emiliano, el conquistador de Perseo, ofreciendo juegos”.8

Como se puede ver, en la cita no existe ninguna referencia a la siembra con sal del suelo cartaginés, haciendo simplemente alusión a la destrucción y el saqueo de la ciudad. Sin embargo este no es el único ejemplo de este hecho.

Tito Livio "Ab Urbe Conditia" Edición de 1573 del Archivo Histórico UR

Tito Livio “Ab Urbe Conditia” Edición de 1573 del Archivo Histórico UR

 También Apiano, en su libro “Las Guerras Púnicas”, incluido dentro de su Historia Romana, cuenta lo siguiente:

Σκιπίωνδ᾽,ἐπεὶ κατέσκαπτο Καρχηδών, ἐπὶ μέν τινα ἡμερῶν ἀριθμὸνἐπέτρεψε τῇ στρατιᾷ διαρπάζειν ὅσα μὴ χρυσὸς ἢ ἄργυρος ἢ ἀναθήματα ἦν, μετὰ δὲ τοῦτ᾽ ἀριστεῖα πολλὰ διαδοὺς ἅπασι, χωρὶς τῶν ἐς τὸ Ἀπολλώνιον ἁμαρτόντων, ναῦν ὀξυτάτηνκοσμήσας λαφύροις ἄγγελον τῆς νίκης ἔστειλεν ἐς Ῥώμην, ἐς δὲ Σικελίαν περιέπεμπεν, ὅσα Καρχηδόνιοι σφῶν ἀναθήματα κοινὰπολεμοῦντες ἔλαβον, ἐλθόντας ἐπιγιγνώσκειν καὶ κομίζεσθαι: ὃκαὶ μάλιστα αὐτὸν ἐδημαγώγησεν ὡς μετὰ τοῦ δυνατοῦφιλάνθρωπον. ἀποδόμενος δὲ τὴν λείαν τὴν περισσήν, ὅπλα καὶμηχανήματα καὶ ναῦς ἀχρήστους Ἄρει καὶ Ἀθηνᾷ διαζωσάμενοςαὐτὸς ἔκαιε κατὰ τὰ πάτρια.

Siendo destruido Cartago, Escipión dio a los soldados cierto número de días para saquear, reservando el oro, la plata y ofrendas de los templos. También repartió numerosos premios entre quienes se habían distinguido en por su valentía, expetuando a aquellos que habían violado el santuario de Apolo. Él envió un barco rápido, adornado con el botín, a Roma para anunciar la victoria. También envió mensajes a Sicilia para que pudieran recuperar cualquier ofrenda de los templos identificada como robada por los Cartaginenses in antiguas guerras. Así se hizo querer del pueblo por ser aquel que unió la clemencia con el poder. El resto del botín lo vendió, y, a modo de sacrificio, quemó las armas, máquinas de asedio y barcos averiados como ofrenda a Marte y Minerva, de acuerdo a la costumbre romana.”9

El anterior es sólo un fragmento del total del texto de Apiano sobre la destrucción de Cartago (Pun.122-135) que ilustra incluso los rituales y sacrificios religiosos llevados a cabo por los romanos, sin nombrar en ningún momento la siembra del suelo con sal, como símbolo de su total destrucción.

Estatuas y obras de arte llevadas a Roma. En: Plutarch's Lives. 1881, copia disponible en el Archivo Histórico UR.

Estatuas y obras de arte llevadas a Roma. En: Plutarch’s Lives. 1881, copia disponible en el Archivo Histórico UR.

De la misma manera, Estrabón en su Geografía nos habla de este hecho así:

γένοιτο δ᾽ ἂν εὔδηλος ἡ δύναμις αὐτῶν ἐκ τοῦ ὑστάτου πολέμου, ἐν ᾧ κατελύθησαν ὑπὸ Σκιπίωνος τοῦ Αἰμιλιανοῦ, καὶ ἡ πόλις ἄρδην ἠφανίσθη… τοιαύτη δ’ οὖσα Καρχηδὼν ὅμως ἑάλω καὶ κατεσκάφη. 

Su poderío (el de los cartaginenses) quedó claramente en evidencia durante la última guerra (Púnica), en la cual fueron derrotados por Escipión Emiliano y su ciudad fue completamente erradicada (…) (y) a pesar de que Cartago contaba con numerosos recursos, aún así fue capturada y arrasada hasta los cimientos” 10

En el caso de Estrabón hay una mención detallada de los recursos militares y económicos de Cartago durante la guerra, pero ninguna referencia a la sal supuestamente esparcida sobre sus suelos.

Por su parte, Cicerón menciona la destrucción de Cartago “una docena de veces en sus cartas y discursos y media docena en sus trabajos filosóficos”,11 pero en ninguna ocasión se refiere al ejército de Escipión sembrando sal sobre el suelo cartaginés. Claro ejemplo de esto está en su discurso “Sobre la ley agraria”, cuando al atacar a la comisión de tierras afirma:

… tum (vero) ipsam veterem Carthaginem vendunt, quam P. Africanus nudatam tectis ac moenibus sive ad notandam Carthaginesium calamitatem sive ad testificandam nostram victoriam sive oblata aliqua religione ad aeternam hominum memoriam consecravit.

… después ellos venden a la antigua Cartago, la cual fue consagrada por Publio Africano a ser recordada eternamente, despojada de sus edificios y murallas, ya fuera para marcar el desastre de los Cartaginenses, o como evidencia de nuestra victoria, o después de ordenar una ceremonia religiosa” 12

Este ejemplo es verdaderamente ilustrativo, pues nos habla de la consagración de la antigua Cartago hecha por Escipión para que su derrota fuera recordada eternamente, pero en ningún momento habla de la sal como parte de este rito. Teniendo en cuenta el carácter de jurista minucioso de Cicerón, es poco probable que hubiese pasado por alto un elemento de esta importancia.

Publio Cornelio Escipión Emiliano, conquistador de Cartago (tomado de: http://commons.wikimedia.org/)

Publio Cornelio Escipión Emiliano, conquistador de Cartago (tomado de: http://commons.wikimedia.org/)

Por su parte Floro, en sus Epítomes de la Historia de Roma, también se refiere al episodio de la esposa de Hasdrúbal mencionada anteriormente, y sobre la destrucción de la ciudad escribe lo siguiente:

Quanta urbs deleta sit, ut de ceteris taceam, de ignis mora probari potest. Quippe per continuos decem et septem dies vix potuit incendium extingui quo domibus ac templis suis sponte hostes inmiserant; ut, quatenus urbs eripi Romanis non poterat, triunphus arderet.

Cuan poderosa era la ciudad que fue destruida (Cartago) se demuestra, por nombrar solamente un hecho, con la extensa duración del incendio; ya que fue solamente después de diecisiete días de esfuerzo continuo que las llamas fueron apagadas con mucha dificultad, las cuales fueron encendidas por los propios enemigos en sus casas y templos, para que, ya que la ciudad no podía ser salvada de los romanos, el material para un Triunfo se quemara” 13

Nuevamente, en el texto de Floro no hay mención de la sal aunque el autor presenta una descripción detallada de la destrucción de la ciudad y de su incendio. Por lo tanto, sería improbable que, si hubiese ocurrido este evento, no se hubiese mencionado.

El último ejemplo que tomaremos aquí es el caso de Macrobio, el cual en el libro tercero de su Saturnalia nos habla del hechizo utilizado para invocar a los dioses patrones de una ciudad fuera de ésta, cuando se estaba llevando a cabo un sitio, con el fin de poderla tomar. Para esta fórmula Macrobio usa como ejemplo a Cartago de la siguiente forma:

si deus, si dea est, cui populus civitasque Carthaginiensis est in tutela, teque maxime, ille qui urbis huius populique tutelam recepisti, precor venerorque veniamquea vobis peto tu vos populum civitatemque Carthaginiensem deseratis, loca templa sacra urbemque eorum relinquatis, absque his abeatis. Eique populo civitatique metum formidinem oblivionem iniciatis, propitiique Romam ad me meosque veniatis, nostraque vobis loca templa sacra urbs acceptior probatiorque sit, mihique populoque Romano militibusque meis propitii sitis. Si -haec- ita feceritis tu sciamus intellegamusque, voveo vobis templa ludosque facturum.

Yo llamo a aquel bajo cuya protección están el pueblo y la comunidad de Cartago, así sea un dios o una diosa, y a vosotros sobre todo, que habéis tomado bajo su protección esta ciudad y sus habitantes, y os solicito vuestro favor: pueda ser que vosotros abandonéis a al pueblo y la comunidad de Cartago, dejando sus lugares sagrados, templos y ciudad, y partáis lejos de ellos, y que dentro de este pueblo y esta comunidad se acumulen el miedo, el temor y el olvido; y vengáis a Roma, a mí y a mi gente, con espíritu generoso, y pueda que nuestros lugares sagrados, templos y ciudad sean más aceptables y aprobados a vuestros ojos, y pueda que estéis bien dispuestos hacia mí y hacia el pueblo Romano de mi ejército. Si vosotros hacéis estas cosas de forma que nosotros las entendamos, yo juro que construiré templos y celebraré juegos en vuestro honor.” 14

 En este texto, más que en ninguno de otro autor clásico, se detallan los ritos y costumbres usados por los romanos al asediar una ciudad, pero ninguno de ellos consta de sembrar el suelo con sal o algo que se le asemeje. Ridley cita a otros autores que tratan el tema de la destrucción de Cartago como Diodoro (32. 4. 5, 32. 14. 1, 32. 26. 2), el cronista bizantino Zonaras en su descripción de la Tercera Guerra Púnica (9. 26 – 39), Salustio (Cat. 10. 1) y Cornelio Graco (10 – 11) entre otros.15 En ninguna de sus obras se toca el tema de la sal.

 En este punto cabe preguntarse: ¿de dónde viene entonces la noción, por demás ampliamente difundida, de que los romanos sembraron con sal el suelo cartaginés tras la destrucción de la ciudad? Y ¿por qué un historiador de la talla de Bushnell cae en el error de comparar la siembra de sal de la casa de Galán con la que supuestamente se llevó en Cartago?

Ruinas de Cartago, en el actual Tunez. (tomado de: www.clubviaje.com)

Ruinas de Cartago, en el actual Tunez. (tomado de: http://www.clubviaje.com)

 Ridley propone que esta costumbre, a pesar de no ser nombrada por los clásicos, era una práctica común entre los pueblos del cercano oriente.

Tenemos una serie de escritos Judíos, Hititas y Asirios, de un periodo que abarcó aproximadamente un milenio y medio, donde se describe la siembra de una serie de minerales y plantas sobre el sitio que ocupaba una ciudad o una tierra destruida, donde en un solo caso fue sal (Siquem) y en otro sal y alguna clase de planta (Elam). El denominador común que une todas estas instancias es el deseo de declarar el sitio inhabitable.”16

Así en la Biblia, en el libro de los Jueces (9:45), se narra la toma de Siquem por parte de Abimelec, hijo del juez Gedeón y pretendiente al trono de Israel, donde se cuenta lo que sucedió de la siguiente forma:

Y peleó Abimelec contra la ciudad todo aquel día, capturó la ciudad y mató a la gente que había en ella; entonces arrasó la ciudad y la sembró de sal”.17

El objetivo de Abimelec era que nadie volviese a habitar Siquem. Teniendo en cuenta que el objetivo de los romanos era que Cartago dejase de ser una ciudad, es posible causa que en algún punto se haya asociado el uso de la siembra de sal a la destrucción de esta ciudad.

Muerte de Abimelec, hijo de Gedeón.

Muerte de Abimelec, hijo de Gedeón.

Como lo demuestra la anterior cita de Macrobio, los rituales llevados a cabo en Cartago para este fin fueron invocaciones religiosas. Por otro lado, S.S. Stevens ilustra cómo Modesto, un jurista del siglo III d.C. “cuyas opiniones legales fueron citadas en el Digesto (7. 4. 21), usa específicamente a Cartago como ejemplo de una ciudad privada de usufructo mediante el arado de su suelo:”

si usus fructus civitati legetur et aratrum in ea inducatur, civitas esse desinit, ut passa est Carthago, ideoque quasi morte desinit habere usum fructum.

 Si se quita el usufructo a la ciudad y se le pasa el arado, la ciudad deja de serlo, como le sucedió a Cartago, por lo tanto deja de tener usufructo como si hubiera muerto.”18

Los textos de Macrobio y de Modesto dejan en evidencia que los romanos procedían a “hechizar” o a arar el suelo de una ciudad que deseaban destruir de manera permanente. En cuanto a la supuesta práctica romana de regar sal sobre una ciudad hostil destruida, es posible que la afirmación haya surgido primero en las obras de historiadores subsecuentes al período romano. De hecho, como lo ilustra B.H. Warmington, en la Alta Edad Media se encuentra la que tal vez es la primera referencia a la supuesta siembra de sal en Cartago, cuando una bula del Papa Bonifacio VIII describe la toma de la fortaleza de Palestrina:

En 1299 el Papa Bonifacio VIII se encontraba en los últimos momentos de su cruzada contra la Familia Colonna, de quienes Palestrina (antigua Praeneste) era su última plaza fuerte. La ciudad se rindió, sin embargo fue destruida y como Bonifacio dice en una bula papal, ipsam … aratro subjici ad veteris instar Carthaginis Africanae, ac salem in ea etiam fecimus seminari ut nec rem nec nomen aut titulum habeat civitatis.”19 (Y la sometí al arado como a la antigua Cartago de África, y también hicimos sembrar sal en ella para que no tenga ni la entidad ni el título de ciudad.)

Bonifacio VIII. Grabado del "Bullarium Romanum"  1638. Copia disponible en el Archivo Histórico UR.

Bonifacio VIII. Grabado del “Bullarium Romanum” 1638. Copia disponible en el Archivo Histórico UR.

 Tanto Bonifacio VIII, un estudioso del Derecho, como Modesto en el Digesto se refieren a la pérdida del estatus de “ciudad” (civitas) de una urbe destruida: Modesto con la expresión civitas esse desinit y Bonifacio con nec nomen aut titulum habeat civitatis. Es posible, por lo tanto, que Bonifacio, al sugerir que esparcir sal sobre un territorio es una manera simbólica de demostrar que este nunca debe volver a ser habitado, haya fusionado la tradición romana y aquella Bíblica oriental; según la primera, ciertos rituales son llevados acabo para que una ciudad conquistada pierda su nombre y su estatus de “ciudad” y por ende tampoco vuelva a ser habitada; en la segunda, existe la práctica del esparcimiento de sal sobre una ciudad devastada. Como escribe B.H. Warmingon: 

Seguramente, la autoridad del jurista del siglo III (Modesto) no puede ser tenida en cuenta por su alto detalle histórico, pero debió ser la fuente seguida por Bonifacio, conocido por ser un hombre culto y específicamente por ser un experto en Derecho Romano.”20

Comentario de Bonifacio VIII sobre temas jurídicos. En: "Clarissimi Juris utriusque monarche interpretisque profundissimi Dni.Dnici. de sancto geminiano lectura super sexto libro decretalium : cum apostillis clarissimorum virorum Bernardini ex capitaneis de Landriano. Joanis quoque de gradibus et postremo Celsi Hugo … Eiusdemque Celsi singularium materiarum índice sive repertorio ad numeros qui cum materiarum varietatem innovantur et folia remittente huicusque antea opera nusquam adhibito." 1541. Copia disponible en el Archivo Histórico UR.

Comentario de Bonifacio VIII sobre temas jurídicos. En: “Clarissimi Juris utriusque monarche interpretisque profundissimi Dni.Dnici. de sancto geminiano lectura super sexto libro decretalium : cum apostillis clarissimorum virorum Bernardini ex capitaneis de Landriano. Joanis quoque de gradibus et postremo Celsi Hugo … Eiusdemque Celsi singularium materiarum índice sive repertorio ad numeros qui cum materiarum varietatem innovantur et folia remittente huicusque antea opera nusquam adhibito.” 1541. Copia disponible en el Archivo Histórico UR.

Las afirmaciones de Bonifacio VIII terminarían influenciando a los historiadores modernos. De hecho, la conquista de Palestrina, así como su siembra con sal y su referencia a Cartago, están incluidas en la obra del historiador alemán Ferdinand Gregorovius (1821 – 1891), un experto en el período medieval romano cuya obra fue ampliamente leída durante el siglo XIX. De esta manera se puede explicar la mención de la siembra de sal de Cartago por B. Hallaward en su aporte en la obra Cambridge Ancient History21. Warmington escribe lo siguiente al respecto:

Las acciones de Bonifacio son extensamente narradas en el libro de Gregorovius “Rome in the Middle Ages” (vol. 5.2 [London, 1900], pp. 551-56 en la traducción inglesa), un libro que sin lugar a dudas fue mucho más leído hace cincuenta años que hoy en día. Es posible que Hallaward leyese este trabajo y recordara este pasaje cuando escribió su trabajo en la Cambridge Ancient History; conscientemente o inconscientemente él debió asociar el arado del sitio, que efectivamente ocurrió (si le creemos a Modesto), con la siembra de sal, que no ocurrió.”22

Ahora bien, el hecho de que B. Hallaward hubiese incluido este aspecto como un hecho probado en un trabajo tan prestigioso como The Cambridge Ancient History23 influenció a una serie de escritores. Tal como afirma Ridley:

A partir de este momento (la publicación del trabajo de B. Hallward) la historia (de la siembra de sal de Cartago) puede ser rastreada paso a paso. Siguiendo a Hallaward vinieron H. Schullard, G. Walter, G. Picard, B. Warmington, S. Raven, G. Herm y S. Tlatli.”24

Al ser estos autores historiadores de renombre y de escuelas de la talla de Oxford y Cambridge, es comprensible que sus obras hayan sido leídas por autores americanos. Jorge Luis Borges, en su poema Límites, incluye la siguiente estrofa:

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.
25

Por su parte, Bushnell, quien se formó en Historia en la Universidad de Harvard, ha podido tener contacto con la literatura británica que menciona el episodio de la sal dispersada sobre el suelo cartaginés. Al encontrarse con el episodio de la siembra de sal de la casa de José Antonio Galán durante sus estudios de la historia de Colombia, Bushnell aparentemente hizo una asociación, de manera consciente o inconsciente, con el episodio de Cartago tratado en este texto. Esto sucedió a pesar de que la discusión sobre la veracidad de esta afirmación es anterior a la publicación del libro de Bushnell, quien, al ser experto en un campo de la historia completamente diferente, posiblemente no la conocía. 

Jorge Luis Borges, 1982 Fuente:Archivo de la Nación Argentina Fotografía de: Sara Facio (tomado de: http://commons.wikimedia.org/)

Jorge Luis Borges, 1982
Fuente: Archivo de la Nación Argentina
Fotografía de: Sara Facio (tomado de: http://commons.wikimedia.org/)

1A.P. Ortiz Rodriguez. Reformas Borbónicas: Mutis, catedrático, discípulos y corrientes ilustradas (1750-1816). Centro Editorial Rosarista. Bogotá, 2003. 6-12.

2E. Caballero. Incienso y pólvora: comuneros y precursores. Editorial Pluma. Bogotá, 1980. 91 -102.

3Nombre que se daban a sí mismos los sublevados haciendo alusión a su origen común, para distanciarse de la nobleza española.

4Caballero, 127-133.

5“Sentencia de Muerte contra los Capitanes Comuneros Galán, Ortiz, Molina Y Alcantuz”, en: Lievano Aguirre, I. Los Grandes Conflictos Sociales y Económicos de Nuestra Historia. Editorial Intermedio. Bogotá, 2002. p. 433.

6D. Bushnell. Colombia, una nación a pesar de sí misma. De los tiempos precolombinos a nuestros días: Bogotá, 1996. 57

7R.T. Ridley. “To be Taken with a Pinch of Salt: The Destruction of Carthage,” en Classical Philology 81, No. 2. (1986). 140-146. 140.

8Tito Livio, LI.

9Apiano, pun. 133.

10Estrabón. 17. 3. 15.

11Ridley, 141.

12Cicerón. Leg. Agr. 1. 5

13Floro. I. 31.

14Macrobio. III. 9. 7-8.

15Ridley, 141.

16Ridley, 145.

17Libro de Los Jueces, 9:45.

18S.S. Stevens. “A Legend of the Destruction of Carthage,” en Classical Philology 83, No. 1. (1988). 39-41. 40

19B.H. Warmington. “The Destruction of Carthage: A Retractatio,” en Classical Philology 83, No. 4 (1988). 308-310. 309

20Warmington, 309.

21Warmington, 310.

22Warmington, 310.

23Hallaward escribió sobre la destrucción de Cartago lo siguiente: “Buildings and walls were razed to the ground; the plough passed over the site, and salt was sown in the furrows made.” Cambridge Ancient History VIII (1954), 484

24Ridley, 144.

25 J.L. Borges. Obras Completas: Buenos Aires, 1974.   

Bibliografía:

 

  • D. Bushnell. Colombia, una nación a pesar de sí misma. De los tiempos precolombinos a nuestros días: Bogotá, 1996
  • I. Lievano Aguirre. Los Grandes Conflictos Sociales y Económicos de Nuestra Historia: Bogotá, 2002.
  • A.P. Ortiz Rodriguez. Reformas Borbónicas: Mutis, catedrático, discípulos y corrientes ilustradas (1750-1816): Bogotá, 2003
  • E. Caballero. Incienso y pólvora: comuneros y precursores. Bogotá, 1980
  • J.L. Borges. Obras Completas: Buenos Aires, 1974.
  • B.H. Warmington. “The Destruction of Carthage: A Retractatio”, en Classical Philology 83, No. 4 (1988). 308-310 
  • R.T. Ridley. “To be Taken with a Pinch of Salt: The Destruction of Carthage”, en Classical Philology 81, No. 2 (1986). 140-146
  • S.S. Stevens. “A Legend of the Destruction of Carthage”, en Classical Philology 83, No. 1 (1988). 39-41

  

Fuentes antiguas 

  • Appian. (in four volumes) (with an English translation by White, H. / Loeb Classical Library) Cambridge, Cambridge, Mass., 1912
  • Cicero. (in twenty-nine volumes) (with an English translation by Freese, J.H / Loeb Cassical Library) Cambridge, Mass., 1930
  • Florus. (with an English translation by Forster, E.S. / Loeb Cassical Library). Cambridge, Mass., 1984
  • Livy. (in fourteen volumes) (with an English translation by Schlesinger, A. – General index by Geer, R.M. / Loeb Cassical Library). Cambridge, Mass., 1967
  • Macrobius. (with an English translation by Kaster, R.A. / Loeb Cassical Library). Cambridge, Mass., 2011
  • Strabo. (with an English translation by Jones, H.L. / Loeb Cassical Library). Cambridge, Massa., 1949

LOS INCUNABLES DE LA BIBLIOTECA ANTIGUA DEL COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO (Bogotá) PARTE VIII

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Repetitiones domini Joannis Calderini

INCUNABLE 8: “Lecciones”, por Juan Calderini y otros (1496)

(N° topográfico antiguo: Estante 22 n° 69; N° Topográfico actual: E 22 N037 Ej.1)

Título: Estrictamente hablando, el libro incluye diversas obras, perodado que la parte más extensa de la obra está conformado por lecciones de Juan Calderini, puede considerarse como válido el título que se da en el encabezamiento del folio 1 (no numerado): “Repetitiones domini Joannis Calderini” [Lecciones del señor Juan Calderini].

“Índice” inicial de los temas que se incluyen: Lección sobre el Proemio a las Decretales, Lecciones  sobre los rescriptos, Lecciones sobre la elección…

“Índice” inicial de los temas que se incluyen: Lección sobre el Proemio a las Decretales, Lecciones sobre los rescriptos, Lecciones sobre la elección…

Autores: En el folio 1 hay un índice donde se mencionan varios autores. Ciertamente la mayoría de las lecciones (19) son de Juan Calderini. Pero hay otros. Al final del folio 42 V (col. 1) dice: “Concluyen las lecciones de Juan Calderini, Doctor en Ambos Derechos”. Y al inicio de la columna siguiente dice: “Comienza la lección de Gaspar Calderini sobre penitencias y perdones”. En el folio 49 V (col. 2) se lee: “Comienza la lección del ilustre doctor en Ambos Derechos, el florentino Alejandro de Antilla, sobre el capítulo “tibi qui”. Y en el folio 51 V (col 2), dice: “Comienza la lección del paduano Francisco Zebarelli, ilustre doctor en Ambos Derechos y Vicario del Obispo de Florencia sobre el capítulo “ut animarum”.

Datos de la impresión:Libro en latín, impreso en Venecia, por los hermanos Juan y Gregorio de Gregoriis, el día 17 de octubre de 1496. Impresión muy buena y nítida, en dos columnas densas (74 líneas cada una), sin ninguna clase de separación de párrafos. En caracteres góticos de tres tamaños, sobre papel grueso y de calidad. Márgenes amplios. Deja espacios en blanco para letras capitales.

Sobre la elección. Rúbrica “cum in iure”.  Comienzo de una sección; se deja en blanco el espacio para la mayúscula capital, sugiriendo cuál debe dibujarse.

Sobre la elección. Rúbrica “cum in iure”. Comienzo de una sección; se deja en blanco el espacio para la mayúscula capital, sugiriendo cuál debe dibujarse.

Presentación actual: No es la encuadernación original. En la actualidad tiene una encuadernación rígida: cartón forrado en piel marrón (levemente deteriorada en las esquinas). Guardas modernas, de papel ordinario.

Contenido: Esta obra incluye: 1) Lecciones de Juan Calderini sobre: El Proemio de las Decretales. Los rescriptos. Las elecciones. El parentesco. Los rangos de parentesco. La propiedad y la posesión. Las pruebas. La selección de testigos. La coacción a los testigos. Las apelaciones. La cohabitación de los clérigos. La concesión de prebendas. Los bienes eclesiásticos no enajenables. Las donaciones. Los raptores. La usura… 2) Lección de Gaspar Calderini sobre las penitencias y remisiones (o rebajas). 3) Lección de Alejandro de Antilla sobre el capítulo “tibi qui” y 4) Lección de Francisco Zebarelli sobre el capítulo “ut animarum”.

Colofón: “Impressum Venetiis per Joannem et Gregorius de Gregoriis Fratres anno domini. 1496. Die XVII Octobris” [Impreso en Venecia por  los hermanos Juan y Gregorio de Gregoriis, el día 17 de octubre del año del Señor de 1496].

Colofón: “Impressum Venetiis per Joannem et Gregorius de Gregoriis Fratres anno domini. 1496. Die XVII Octobris” [Impreso en Venecia por los hermanos Juan y Gregorio de Gregoriis, el día 17 de octubre del año del Señor de 1496].

Características: 1) Sin portada inicial. 2) Encabezamiento, redactado según el esquema tradicional. Se transcribe uno de ellos: “Incipiunt Repetitiones quedam solemnes excellentissimi doctoris dni Jo. Calderini et primo super Proemio Decretalium” [Comienzan algunas lecciones solemnes del ilustre doctor, el señor Juan Calderini. En primer lugar, sobre el Proemio de las Decretales]. Forma que repetirá en forma semejante para cada una de las secciones que conforman la obra. 3) Libro foliado (tiene 53 folios), con numeración en caracteres arábigos (errores en impresión de numeración: folio 17, marcado 2 veces). 4) Impresión impecable, en dos columnas (74 líneas cada una), con caracteres góticos de tres tamaños. 5) Espacios de mayúsculas capitales, sin imprimir, al comienzo de los parágrafos. Nadie “iluminó” esas letras capitales; aunque alguno las trazó con tinta. Se indica, con otro tipo de letra pequeña, qué mayúscula debe hacer el iluminador. 6) Papel de calidad y grueso calibre. 7) Márgenes amplios. 8) Abundancia de abreviaturas y signos convencionales, que dificultan la lectura seguida. 8) Signaturas. 9) Colofón, redactado en la forma típica: “Impressum Venetiis per Joannem et Gregorius de Gregoriis Fratres anno domini. 1496. Die XVII Octobris” [Impreso en Venecia por los hermanos Juan y Gregorio de Gregoriis, el día 17 de octubre del año del Señor de 1496]. 10) Registro final de cuadernillos.

Valores adicionales: El Catálogo antiguo de la Biblioteca del Archivo Histórico expresamente anota (página 10) que es una donación del Rector Mons. Rafael María Carrasquilla.

Jaime Restrepo Z.


LOS INCUNABLES DE LA BIBLIOTECA ANTIGUA DEL COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO (Bogotá) PARTE IX

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Por: Jaime Restrepo Z.

INCUNABLE 9: “Sermones”, por Fray Francisco de Mayronis (1493)

(N° topográfico antiguo: Estante 22 n° 58; N° Topográfico actual: E 22 N025 Ej.1)

Título: Tomado del encabezamiento (folio 1): “Sermones de laudibus sanctorum et dominicales per totum annus cum aliquibus tractatib. utilimis. pro predicandi officio per clarissimi sacre theologie doctoris illuminati magistri Francisci de Mayronis ordinis minorum, feliciter incipiunt” [Aquí empiezan felizmente los sermones dominicales y en alabanza de los santos, para todo el año. Con temas útiles para los que ejercen el oficio de predicar. Por el clarísimo e iluminado doctor y Maestro Francisco de Mayronis, de la Orden de Frailes Menores].

“Aquí empiezan felizmente los sermones  dominicales y en alabanza de los santos, para todo el año. Con temas útiles para los que ejercen el oficio de predicar. Por el clarísimo e iluminado doctor y Maestro Francisco de Mayronis, de la Orden de Frailes Menores”. Espacio disponible para dibujar la mayúscula capital.

“Aquí empiezan felizmente los sermones dominicales y en alabanza de los santos, para todo el año. Con temas útiles para los que ejercen el oficio de predicar. Por el clarísimo e iluminado doctor y Maestro Francisco de Mayronis, de la Orden de Frailes Menores”. Espacio disponible para dibujar la mayúscula capital.

Autor: Fray Francisco de Mayronis (O. F. M.) (1288-1328). Estudió artes y teología en la universidad de París y fue admirador y seguidor de Duns Scoto. También citado como: Meyronnes, Mayrone o Mairón. Por la sutileza recargada de sus escritos, fue llamado “Doctor illuminatissimus” (Doctor iluminadísimo o Doctor inspiradísimo) y “Magister abstractionum” (Maestro de las sutilezas). En ello coinciden el encabezamiento y el colofón, que lo llaman “iluminado” (o inspirado).

Datos de la impresión: Impreso en Venecia en 1493, por Peregrino de Pasquale (Pelegrinus de Pasqualibus), natural de Bolonia, el “11 de febrero del año del Señor de 493, día de abstinencia”.Impresión en latín; texto en dos columnas (48 líneas de texto), con caracteres góticos. Algunas apostillas marginales, con caracteres del mismo tamaño, indican división y separación de los temas (capítulos, consideraciones, artículos). Guardas rotas y llenas de escritos y rayados a mano. Libro foliado: 241 folios marcados (curiosamente, con numeración arábiga: llama la atención la manera de escribir las cifras entre el 210 y el 218). Varios errores en numeración de páginas. Al final, marca del impresor.

“Aquí concluye la importantísima y utilísima obra en alabanza de los Santos, con algunos otros tratados editado por el conocido doctor en teología, el inspirado maestro Francisco de Mayronis, de la santa Orden de los Menores. Fue impreso en Venecia por Peregrino de Pasquali, tipógrafo de Bolonia, en el año del Señor 493, el día 11 de febrero;  día de abstinencia”.

“Aquí concluye la importantísima y utilísima obra en alabanza de los Santos, con algunos otros tratados editado por el conocido doctor en teología, el inspirado maestro Francisco de Mayronis, de la santa Orden de los Menores. Fue impreso en Venecia por Peregrino de Pasquali, tipógrafo de Bolonia, en el año del Señor 493, el día 11 de febrero; día de abstinencia”.

Presentación actual: Encuadernación en pergamino (no parece la original: evidentes huellas de pegado). Descuadernado. Primeras páginas, mal dobladas y ajadas. Revés de las tapas y primeras páginas (guardas desprendidas) llenas de escritos varios a mano. Hoy el folio 235 está prácticamente desprendido.

Contenido: Sermones para todo el año (fiestas de los Santos) con material de ayuda para los predicadores. Por ejemplo: Sermones en alabanza del Nacimiento de Jesús. Sermón en la fiesta de San Esteban. Sermones para la fiesta de la Circuncisión y la Epifanía del Señor. Sermón para la fiesta de Santa Inés. Sermón para la fiesta de los mártires Vicente y Anastasio… (Etc.).

Tratados: (Guías para predicación). Por ejemplo: Sobre el Padre Nuestro. Sobre la penitencia. Tratado sobre el ayuno. Tratado sobre los artículos de la fe. Exposición sobre el Magnificat. Tratado Sobre el cuerpo de Cristo. Tratado sobre los siete dones del Espíritu Santo. Tratado sobre el Juicio Final… (Etc.).

Una nota en latín explica, al comienzo, por qué no se encuentran los sermones para los domingos, a pesar de haberlos anunciado en el título: “Scias tamen quicunque (sic) legis quod in opere isto non ponuntur dominicales sermones sicut in titulo huius libri promitebatur: quod quidem factum est ut nimia operis magnitudo evitetur illos tamen alio in volumine imprimendos dimissimus” [Quienquiera que leas esto: debes saber que en esta obra no se incluyen los Sermones para los domingos, como anunciaba el título de este libro. Esto se hizo para evitar un excesivo tamaño de la obra. Los dejamos para imprimir en otro volumen].

 Primer sermón. Conmemoración de todos los fieles difuntos: cuatro “condiciones” de los muertos.

Primer sermón. Conmemoración de todos los fieles difuntos: cuatro “condiciones” de los muertos.

Características: 1) Sin portada inicial. 2) Datos bibliográficos en el encabezamiento. Redacción típica de éste (folio 1): “Aquí comienza felizmente la obra de…”. El impresor lo subraya, imprimiendo esta parte en rojo (única en todo el libro). 3) Libro foliado. 4) Impresión en dos columnas, con caracteres góticos. 5) Abundancia de abreviaturas y signos convencionales, que hoy hacen difícil su lectura. 6) Espacios de mayúsculas capitales, sin imprimir; dejados en blanco para que los iluminadores hicieran después su trabajo, con indicación de la letra que corresponde a cada lugar. 7) Márgenes amplios. 8) Signaturas. 9) Registro final de cuadernillos. 10) Importante la marca del impresor (o marca tipográfica), en el último folio: xilografía primitiva con uno de los emblemas antiguos de la tipografía, con las iniciales del tipógrafo-impresor: P. P. (de Pelegrino de Pasquali: impresor nacido en Bolonia, que estuvo activo entre 1483 y 1494). 11) Colofón, redactado en la forma típica: Dice el texto latino del colofón: “Explicit preclarissimum opus de laudibus sanctorum utillissimum cum nonnullis tractatibus. Editum a clarissimo Sacre theologie doctore illuminato magistro Francisco de Mayronis ex divo minorum ordine. Impressum Venetiis per Pelegrinum de Pasqualibus Bononiensis. Anno dnii 493 die vero XI februarii in die carnis privus” [Aquí concluye la importantísima y utilísima obra en alabanza de los Santos, con algunos otros tratados editado por el conocido doctor en teología, el inspirado maestro Francisco de Mayronis, de la santa Orden de los Menores. Fue impreso en Venecia por Peregrino de Pasquali, tipógrafo de Bolonia, en el año del Señor 493, el día 11 de febrero; día de abstinencia].

“Scias tamen quicunque (sic)  legis quod in opere isto non ponuntur dominicales sermones sicut in titulo huius libri promitebatur: quod quidem factum est ut nimia operis magnitudo evitetur illos tamen alio in volumine imprimendos dimissimus” [Quienquiera que leas esto: debes saber que en esta obra no se incluyen los Sermones para los domingos, como anunciaba el título de este libro. Esto se hizo para evitar un excesivo tamaño  de la obra. Los dejamos para imprimir en otro volumen].

“Scias tamen quicunque (sic) legis quod in opere isto non ponuntur dominicales sermones sicut in titulo huius libri promitebatur: quod quidem factum est ut nimia operis magnitudo evitetur illos tamen alio in volumine imprimendos dimissimus” [Quienquiera que leas esto: debes saber que en esta obra no se incluyen los Sermones para los domingos, como anunciaba el título de este libro. Esto se hizo para evitar un excesivo tamaño de la obra. Los dejamos para imprimir en otro volumen].

Valores adicionales: En las antiguas fichas del Archivo Histórico y en el antiguo Catálogo de su Biblioteca (página 10), se indica que esta obra fue donada por Monseñor Rafael María Carrasquilla, Rector del Colegio Mayor. 


JOYAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA ANTIGUA DEL COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO (Bogotá)

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Jaime Restrepo Z.

Con este título se da comienzo a varias Notas destinadas a mostrar algunos libros muy especiales de esta Biblioteca Antigua. “Especiales”, en razón de su antigüedad, de sus impresores-editores y de las características bibliográficas que muestran. Especiales por su antigüedad, por su presentación y por sus temas. 

Explicaciones sobre el Título De las acciones” de Jasón de Mayno. (1515)

(N° topográfico antiguo: E1 n° 156. N° topográfico actual: E01 N077 Ej. 1)

 El autor de estas explicaciones es el jurista italiano Giasone del Maino (Jasón de Mayno) (1435-1519)

Título: En la portada se lee claramente: “Lectura preclarissima D. Jasonis Mayni sup [er] nodoso ti [tulo] de actionibus insti [tutionum] cum eiusdem additionibus necnon apostillis e plurium clarissimorum doctorum nuperrime impressa cum tabula per modum numeri et alphabetum ordine suo novit [er] edita” [Lecciones famosísimas del doctor Jasón de Mayno sobre el complejo Título de las Instituciones, acerca de las “Acciones”. Con adiciones del mismo autor y anotaciones de muchos ilustres doctores. Impresa recientemente y editada con un índice con orden numérico y alfabético].

“Lecciones famosísimas  del doctor Jasón  de Mayno  sobre el complejo Título de las Instituciones, acerca de las “Acciones”. Con  adiciones del mismo  autor  y anotaciones de muchos ilustres doctores. Impresa  recientemente  y editada con  un índice con  orden numérico y alfabético”

“Lecciones famosísimas del doctor Jasón de Mayno sobre el complejo Título de las Instituciones, acerca de las “Acciones”. Con adiciones del mismo autor y anotaciones de muchos ilustres doctores. Impresa recientemente y editada con un índice con orden numérico y alfabético”

Título que se ratifica y matiza con lo que dice el encabezamiento (folio 2): “Eximii ac prestantissimi iuris utriusque doctoris consummatissimi ac oratoris discretissimi, magnifici comitis atque equitis D. Jasonis Mayni civis Mediolanensis (…) super dificili ac perutili titulo institutionum de actionibus interpretatio. In florentissimi ticinensi gymnasio feliciter edita. Cum multis additionibus nuper per eumdem adiunctis locisque suis insertis. Una etiam cum nonnullis apostillis D. Benedicti de Uadis de Fori Sempronii… doctoris. Quas in voluminibus hactenus impressis non reperies” [Explicación sobre el difícil y útil título de las Instituciones acerca de las Acciones, del ilustrísimo, prestante y consumadísimo doctor en Ambos Derechos, orador discretísimo, personaje magnífico y caballero, Jasón de Mayno, natural de Milán. Publicadas felizmente en la floreciente universidad de Pavía. Con muchas adiciones, hechas recientemente por el mismo autor e insertadas en sus respectivos lugares. También con algunas apostillas de Benedicto de Vadis, doctor de Fossombrone, que no encontrarás en los volúmenes que se imprimieron antes].

Autor: El autor de estas explicaciones es el jurista italiano Giasone del Maino (Jasón de Mayno) (1435-1519), importante comentarista del Derecho Romano, formado en la escuela de Bartolo de Sassoferrato.

Texto jurídico sobre el parágrafo Fuerat: impreso en una sola columna, con caracteres góticos. Cabe destacar la cantidad de abreviaturas que presenta el texto

Texto jurídico sobre el parágrafo Fuerat: impreso en una sola columna, con caracteres góticos. Cabe destacar la cantidad de abreviaturas que presenta el texto

Datos de la impresión. Se trata de un libro que se terminó de imprimir el 16 de julio de 1515, por Pedro Olivier. No hay dato claro sobre la ciudad de impresión. La mención a la ciudad de Angers (Andegavi), parece hacer referencia al lugar donde puede encontrarse la obra: “Venundatur Andegavis apud edes (sic) Caroli Bongne librarii generalis ac custodis librarie universitatis in calceya Sancti Petri sub Divo Nicolao” [Está a la venta en Angers, en el local de Carlos Bongne, librero general y custodio de la biblioteca de la Universidad. En la calzada [calle] de San Pedro, bajo el emblema de San Nicolás]. Podría, ciertamente, ser la ciudad de impresión, pues se sabe que Angers fue centro impresor desde 14761.

El texto está impreso en latín, con caracteres góticos en una columna (explicaciones) y en dos columnas (índice final). Mancha impresa constituida por 45 líneas de texto (más una de signaturas y otra de encabezamiento-foliación). Tiene 360 folios marcados (números romanos) y 47 folios finales sin numerar, correspondientes al Índice (Tabula). Algunos párrafos numerados. Papel de calidad (fino y delgado). No tiene reclamos.

“Termina el índice de esta preclarísima explicación de D. Jasón de Mayno sobre el difícil Título de las Instituciones  acerca De las Acciones.  Publicado en orden numérico y alfabético,  por el mencionado antes Benedicto de Vadis, de Fossombrone. En alabanza a Dios y a la Virgen María. Amén”

“Termina el índice de esta preclarísima explicación de D. Jasón de Mayno sobre el difícil Título de las Instituciones acerca De las Acciones. Publicado en orden numérico y alfabético, por el mencionado antes Benedicto de Vadis, de Fossombrone. En alabanza a Dios y a la Virgen María. Amén”

Presentación actual: La encuadernación actual no es la original. Tiene una encuadernación rígida: cartón forrado en papel jaspeado, con lomo de tela encolada. En el lomo, letras (Jasonis Mayni. De Actionibus) y líneas decorativas en dorado; en la parte inferior, la marca “C. M. DEL R. BIBLIOTECA”. Conserva la portada, impresa en dos colores (rota y deteriorada). El texto se conserva completo. En el folio 360 (V) inscripción manuscrita, en la que se lee: “Auxilio divino favente imposui finem huius operis anno domini 1519 die vero 22 mensis decembris” [Con el favor del auxilio divino terminé [la lectura] de esta obra el 22 de diciembre del año del Señor de 1519]. Texto con subrayados y glosas marginales, de diferentes caligrafías y épocas.

Después del colofón, hay unos versos latinos, alusivos a la dureza de los trabajos: “Postquam suscepti per tempora multa laboris / finis adest. Portum fessa carina petat. /Si non remisio melior datur ulla facultas /Suspensam hic teneat anchora iacta ratem” [Después de largo tiempo, llega el final del trabajo recibido. Para que la nave, cansada, se encamine al puerto. Como no hay permiso para un mejor descanso, que aquí quede suspendida y segura el ancla lanzada].

Contenido: Explicación, en treinta y seis capítulos, sobre el Título de las Instituciones que trata sobre las Acciones. Un índice temático sobre ese mismo Título. Al final, un breve apéndice sobre las penas para quien blasfeman contra Dios y sus Santos.

Sobre la pena para quienes blasfeman contra Dios y los santos. Clara muestra de esa vinculación entre el derecho civil y el derecho eclesiástico. Un tema de moral, como la blasfemia, tenía perfecta cabida en un comentario a las Instituciones.

Sobre la pena para quienes blasfeman contra Dios y los santos. Clara muestra de esa vinculación entre el derecho civil y el derecho eclesiástico. Un tema de moral, como la blasfemia, tenía perfecta cabida en un comentario a las Instituciones.

Características: 1) Portada muy primitiva, impresa en dos colores y con datos incompletos sobre la obra. 2) Encabezamiento: a pesar de tener portada, imprime un extenso encabezamiento al comienzo de la obra (folio 2) y otro al comienzo del índice, redactados en la forma convencional. 3) Libro foliado y folios marcados con números romanos. 4) Impresión en caracteres góticos muy densa, con muchas abreviaturas y signos convencionales. Apostillas marginales impresas. 5) Papel delgado, de muy buena calidad. 6) Márgenes amplios. 7) Colofón (folio 360 V) redactado con los parámetros tradicionales: “Explicit perutilis lectura d. Jasonis mayni super nodoso titulo actionum cum additionibis nuper per eundem additis Do. Benedicti de vadis de forosempronii legum doc. Impressa novissime per D. Petrum Olivier. Anno domini 1515. Die xvi julii” [Aquí terminan las lecciones del señor Jasón de Mayno sobre el complicado título De las Acciones. Con las adiciones añadidas recientemente por el mismo señor Benedicto de Vadis, doctor en leyes, natural de Fossombrone. Impresas recientemente por Pedro Olivier, el 15 de julio del Año del Señor de 1515].

Portada de una edición  de 1533 de esta obra. (Tomada de: http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k54634x)

Portada de una edición de 1533 de esta obra. (Tomada de:
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k54634x)

También redacta un colofón para el Índice: “Explicit tabula huius preclarissime Lecture. D. Jasonis Mayni super difficili titulo de actio. insti. per modum numeri et alphabetum ordine suo per prefatum D. Benedictum Vadum foroseproniensem edita. Laus deo et gloriose virgini mariae. Amen” [Termina el índice de esta preclarísima explicación de D. Jasón de Mayno sobre el difícil Título de las Instituciones acerca De las Acciones. Publicado en orden numérico y alfabético, por el mencionado antes Benedicto de Vadis, de Fossombrone. En alabanza a Dios y a la Virgen María. Amén]. 8) Signaturas. 9) Registro final de cuadernillos, en la página última del Índice. 10) Carácter primitivo de la impresión: texto torcido en el folio 135 (V), 353 (V) y en varias páginas del índice.

 

1 FEVRE, Lucien – MARTIN, Henri-Jean. La aparición del libro. Op. cit., pág. 210.


Conferencia: La libertad económica en el pensamiento católico: de Juan de Mariana a Evelyn Waugh

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  • Fecha: 29 de noviembre, 2013
  • Lugar: Archivo Histórico de la Universidad del Rosario. Calle 12C  No. 6-25, segundo piso, Claustro.
  • Ponencias:

Juan de Mariana y la Escuela americana moderna monetaria: Salamanca, Cervantes, Jefferson y la Escuela Austriaca”, Dr. Eric Graf

La charla del Dr. Graf explora los paralelos entre el pensamiento económico del pensador español Juan de Mariana (1536-1624) y la oposición al sistema bancario central en la política moderna.

La odisea de Scott King y el pensamiento político de Evelyn Waugh”, Daniel Raisbeck, M.A. 

Daniel Raisbeck examina el pensamiento político del escritor inglés Evelyn Waugh (1903-1966), en especial su posición frente al rol del Estado en la sociedad europea de la posguerra.                                              

  • Ponentes:

Eric Clifford Graf

EC-Graf-Wesleyan2

Recibió su PhD en Español en la Universidad de Virginia. Ha enseñado cursos de lengua, literatura y cultura en el Smith College, la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, la Universidad de Chicago, el College de William & Mary, la Universidad de Virginia y la Universidad Wesleyan. Se ha especializado en la España medieval y de la modernidad temprana, aunque sus intereses también incluyen la ficción moderna latinoamericana, el romanticismo del siglo XIX, la poesía de “avant-guard” y el Popol Vuh.

Es el autor de varios ensayos académicos sobre el Poema del mio Cid, Garcilaso de la Vega, El Greco, San Juan de la Cruz, Miguel de Cervantes, Juan de Mariana, Pedro Calderón de la Barca, José Cadalso, Vicente Aleixandre, y Julio Cortázar, los cuales han aparecido en un amplio rango de publicaciones académicas dedicadas al Hispanismo y los estudios literarios, como son: Diacritics, Publications of the Modern Language Association of America (PMLA), Modern Language Notes (MLN), La corónica, Cervantes, Revista Hispánica Moderna, Hispanic Review, Romanic Review, Journal of Spanish Cultural Studies, Theatralia, Bulletin of Hispanic Studies, Hispanófila, Romance Notes, y L’Érudit franco-espagnol.

Su libro Cervantes and Modernity (Bucknell University Press, 2007), investiga la relación entre Don Quijote y la antigüedad clásica tardía, evaluando la influencia en la obra de autores como Apuleyo y Sulpicio Severo, y además investiga la relación entre Don Quijote y la Ilustración, indicando la influencia de la novela en tres de los más importantes filósofos modernos: Voltaire, Benito Jerónimo Feijóo, y Thomas Hobbes. Actualmente se encuentra trabajando en un segundo libro, titulado Neoplatonism and Race in the Spanish Golden Age.  http://egraf.faculty.wesleyan.edu/

 

Daniel Sean Raisbek

daniel-raisbeck

Director del Archivo Histórico de la Universidad del Rosario. Doctoral Fellow (2009-2012) Freie Universität Berlín, Master of Arts en Clásicos, Tulane University (2009), Post-Baccaulaureate en Clásicos, Georgetown University (2005-2006), Bachelor of Arts en Clásicos, George Washington University (2005).

 

 



Patrick Leigh Fermor

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Por: Daniel Raisbeck

En la tarde del 26 de abril de 1944 ocurrió uno de los más espectaculares episodios de la resistencia contra la ocupación nazi de Grecia (1941-1945).

Mapa de la Isla de Creta (Tomado de www.viajesaeuropa.org)

Mapa de la Isla de Creta (Tomado de http://www.viajesaeuropa.org)

El Mayor General Heinrich Kreipe, comandante de la 22 División de Infantería de la Wehrmacht, la fuerza nazi que ocupaba la isla de Creta, se dirigía desde su base en Archanes hasta su residencia cerca de Knossos, la señorial Villa Ariadne construida por el arqueólogo inglés Sir Arthur Evans (1851-1941), descubridor del palacio que formó el centro de la antigua civilización minoica (ca. 3650 -1100 a.C.). Cuando el suboficial que conducía el vehículo de Kreipe paró en un retén militar, al parecer alemán, fue abatido por Patrick Leigh Fermor y William Moss, dos oficiales del Special Operations Executive (organización de espionaje británica) quienes, disfrazados de cabos de la policía nazi, lideraban una unidad de luchadores de resistencia cretenses (Αντάρτης), tres de los cuales procedieron a asegurar al General Kreipe bajo la silla trasera del coche.

"Villa Ariadne" (Tomada de: http://www.interkriti.org/knossos/en116.htm)

“Villa Ariadne” (Tomada de: http://www.interkriti.org/knossos/en116.htm)

Con Moss disfrazado de chofer y Leigh Fermor, quien llevaba puesto el sombrero de Kreipe, haciéndose pasar por el General, los Aliados lograron pasar 22 retenes alemanes sin que su complot fuera descubierto. Esta fabulosa operación (en la cual se basa la película Ill Met by the Moonlight de 1956 con Dirk Bogarde) concluyó unas semanas después, cuando una lancha británica llevó a Kreipe desde Creta hasta el Cairo, centro administrativo británico en el sur del Mediterráneo. Antes de esto, sin embargo, transcurrió un evento que seguramente perdurará por generaciones en la memoria de los clasicistas e historiadores militares. El siguiente es el relato de Leigh Fermor:

Los azares de la guerra me condujeron a los peñascos de la Creta ocupada, donde me encontraba con una banda de guerrilleros cretenses y un general alemán cautivo, a quien habíamos detenido y llevado a las montañas tres días atrás. La guarnición alemana de la isla llevaba a cabo una persecución intensa pero, por fortuna, temporalmente descaminada. Era un tiempo de ansiedad y peligro y, para nuestro prisionero, de adversidad y angustia. Cuando, en medio del acecho, hubo un momento de calma, despertamos sobre las rocas justo cuando un amanecer brillante irrumpía sobre el Monte Ida (el lugar de nacimiento de Zeus según la mitología griega). Durante los últimos dos días, habíamos pasado sobre él, entre la nieve y luego la lluvia, con grandes dificultades. Al ver la cúspide de la montaña resplandecer a través del valle, el general se susurró a sí mismo:

Vides ut alta stet nive candidum

Soracte

Era una de las odas de Horacio (I.9 o Ad Thaliarchum) que yo conocía bien. Continué desde donde él había parado:

nec iam sustineant onus

Silvae laborantes, geluque

Flumina constiterint acuto,

y de tal manera recité las cinco estrofas restantes hasta el final. Los ojos azules del general habían girado desde la cima de la montaña para mirar los míos. Cuando terminé, después de un largo silencio, dijo: Ach so, Herr Major! Fue muy extraño, como si, por un momento largo, la guerra hubiese dejado de existir. Ambos habíamos bebido de la misma fuente mucho tiempo atrás; y las cosas entre nosotros fueron muy distintas durante el resto del tiempo juntos”.

Tal es la legendaria anécdota del instante en el cual la enemistad entre soldados de naciones hostiles fue diluida por la musa de la educación clásica, común para los oficiales tanto británicos como alemanes de la época. La educación de Leigh Fermor, sin embargo, había sido todo menos convencional.

En 1933, Leigh Fermor, con 18 años de edad, partió de Londres para recorrer Europa a pie desde la costa de Holanda hasta Constantinopla. Consigo llevaba tan solo un morral con algunas prendas de vestir y un ejemplar del Oxford Book of English Verse. Pronto lo acompañaría también una copia de las Odas de Horacio, gracias a las cuales pudo conmover al General Kreipe años después.

 El periplo de Leigh Fermor, inmortalizado décadas más tarde en las magníficas obras (basadas en sus diarios) A Time of Gifts (1977) y Between the Woods and the Water (1986), fue la verdadera educación secundaria del autor soldado, descrito por el diario Daily Telegraph como “una de las pocas figuras genuinas del Renacimiento que produjo Gran Bretaña en el siglo XX”. Habiendo sido expulsado del antiguo King’s School en Canterbury, donde un maestro lo describió comouna peligrosa mezcla entre la sofisticación y la osadía”, Leigh Fermor pensó en entrar a la academia militar de Sandhurst- para lo cual pasó meses estudiando latín, griego, las obras de Shakespeare e Historia europea- pero decidió que la vida del oficial en épocas de paz no era lo suyo. Por ende, se lanzó en una aventura que lo llevaría a conocer como muy pocos ingleses contemporáneos la Alemania de Hitler, los vestigios del majestuoso Imperio Austro-Húngaro y el enigmático mundo de los Balcanes.

Durante su peregrinaje, Leigh Fermor se alojaba en los establos que le ofrecían bondadosos campesinos y en los novelescos campamentos de los gitanos, pero también en los grandiosos Schlösser de condes y barones centroeuropeos, donde era bienvenido ya fuera por conexiones familiares o por los efectos de su propio encanto. En sus propias palabras: “los castillos raramente estuvieron fuera de vista”.

Como escribe un crítico, el conocimiento de Leigh Fermor del latín fue “sorpresivamente útil” en su viaje, durante el cual aprendió varios idiomas modernos empezando por el alemán (“estaba en aquella edad, escribe, cuando la memoria para la poesía o para el lenguaje- o para cualquier otra cosa- toma forma como la cera y, hasta cierto punto, dura como el mármol”.) En A Time of Gifts, su estilo lírico adorna con gentileza, y a la vez con una potencia terrible, su extenso y erudito conocimiento de la geografía, de la historia y del arte de Europa. La siguiente es su descripción de la vista hacia al sur desde la ciudad de Ulm durante el invierno:

Al sur del río (Danubio), el campo se desplegaba en una extensión blanca que cedía al Jura de Suabia. El borde oriental de la Selva Negra los desdibujaba; luego, ascendían y se incorporaban a la falda de los Alpes y, entre las estribaciones, yacía el Lago de Constanza, invisible en una depresión con el Rin fluyendo hacia él desde el sur y hacia afuera de nuevo en el norte. Claramente discernible, y ascendiendo cumbre por cumbre, toda la elevación de Suiza relucía en la pálida luz del sol.

Era una vista asombrosa. Pocos trechos de Europa central han sido el teatro de tanta Historia. ¿Detrás de cuál cuenca yacía el paso donde los elefantes de Aníbal se habían resbalado cuesta abajo? A tan sólo unas pocas millas de distancia había comenzado la frontera del Imperio Romano. En la profundidad de aquellos míticos bosques, los cuales reflejaba el río durante muchos días de marcha, las tribus germanas, Némesis de Roma, habían esperado la hora de atacar. El limes romano seguía la orilla sur del río todo el camino hasta el Mar Negro.

El mismo valle, funcionando de la manera opuesta, encaminó a la mitad de los bárbaros asiáticos hacia Europa central y, justo debajo de mis ojos, los hunos, dirigiéndose río arriba, entraron y salieron antes de obligar a sus caballos a nadar a través del Rin… hasta que, frenados por un milagro, apretaron las riendas a poca distancia de París.

Carlomagno acechó a los Ávaros a través de esta esquina de su Imperio hasta destruirlos en Panonia y, a algunas leguas hacia el suroccidente, las ruinas de Hohenstaufen, asiento de la familia que, durante siglos, arrojó a Emperadores y Papas a la vendetta, todavía se desmoronaba. Vez tras vez, ejércitos de mercenarios, acarreando armas de asedio, se arrastraron sobre este mapa.

La Guerra de los Treinta Años, la peor de todas, se estaba convirtiendo en una obsesión para mí: un conflicto horripilante, ruinoso y nefasto, una guerra de creencias y dinastías, inútil y desesperada, donde los principios cambiaban sin cesar al barajarse constantemente y re-repartirse los actores. Porque, aparte de los eventos- las defenestraciones y batallas campales y asedios históricos, la masacre y la hambruna y la plaga- revoloteaban en las sombras presagios astrológicos y el rumor del canibalismo y de la brujería. Quiérase o no, los comandantes políglotas de los ejércitos rufianes y multilingües captivan nuestra mirada con sus solemnes ojos y sus bigotes de Velásquez al poblar la mitad de las galerías de Europa. Posando emplumados contra un relieve de carpas y escuadrones en colisión, qué tan serenamente apuntan sus bastones; o, con magnanimidad y cabeza descubierta, a pie y entre una arboleda de lanzas, aceptan llaves claudicadas, ¡o una espada! Los rizos fluyen y el encaje o los cuellos almidonados irrumpen sobre la armadura negra y la incrustación dorada; lanzan miradas desde sus marcos con una melancolía distante y de gran espíritu que es tan aterradora como enigmática.

Tilly, Wallenstein, Mansfeld, Bethlen, Brunswick, Spinola, Maximiliano, Gustavo Adolfo, Bernard de Saxe-Weimar, Piccolomini, Arnim, Königsmark, Wrangel, Pappenheim, el Cardinal-Infante de los Países Bajos Españoles, Le Grand Condé. Los estandartes destructores se mueven a través del paisaje como banderas en un mapa de campaña: las águilas dobles del Emperador con su aureola, los rombos azules y blancos de la casa Wittelsbach del Palatinado Renano y Baviera, el desenfrenado león bohemio, las barras negras y doradas de Sajonia, las tres coronas Vasa de Suecia, el cuadrillé blanco y negro de Brandenburgo, los leones y castillos de Castilla y Aragón, las azucenas francesas azules y doradas. Desde ese entonces, la distribución en forma de rompecabezas entre católicos y protestantes se ha mantenido como estaba después de la Paz de Westfalia. Cada enclave enlazado dependía de la fe de su soberano y, ocasionalmente, por alguna rareza de la sucesión, un príncipe de la fe opuesta gobernaba tan pacíficamente como el Nizam musulmán sobre sus sujetos hindúes de Hyderabad.

Si el paisaje en realidad fuese un mapa, estaría salpicado por aquellas pequeñas espadas cruzadas que indican las batallas. La aldea de Blenheim (cerca de Höchstädt) se encontraba a tan solo un día de marcha sobre la misma orilla, y Napoleón derrotó al ejército austríaco al lado del río algo más allá de la barbacana. El cañón se hundió en los campos inundados mientras los armones y los artilleros se dejaban llevar por la corriente. Mirando hacia abajo, podía ver un estandarte rojo con una esvástica sobre un círculo blanco que aleteaba en una de las vías, insinuando que vendrían problemas más adelante. Viéndolo, alguien versado en la profecía y en el significado de los símbolos hubiera podido predecir que tres cuartos de la ciudad subyacente sería consumida por las explosiones y las llamas algunos años después, para surgir de nuevo en una geometría de rascacielos con forma de bloques concretos.

¡La primera vista del Danubio! Fue una tremenda visión…”

Como reporta el Telegraph, Leigh Fermor completó su travesía el primero de enero de 1935 al llegar a Constantinopla, pero, en vez de regresar a Londres, se dirigió hacia Grecia, donde terminó involucrado en la revolución venizelista de ese año, luchando del lado monárquico con sable en mano durante un ataque de caballería. Al empezar la Segunda Guerra Mundial, Leigh Fermor se encontraba en la región moldava de Rumania, donde vivía con la aristócrata Balasha Cantacuzene mientras, como escribe el Telegraph, “se sumergía en la literatura de media docena de culturas incluyendo la francesa, la alemana y la rumana”.

En septiembre de 1939, Leigh Fermor ingresó al regimiento Irish Guards del ejército británico, donde permaneció poco tiempo ya que, en las palabras de un superior, “poco servía como oficial regular”, aunque tenía un gran potencial para “servir bien al ejército de otras maneras”. Transferido al Cuerpo de Inteligencia por su conocimiento de los Balcanes, Leigh Fermor peleó junto a las fuerzas griegas contra los italianos en Albania y, habiendo sobrevivido la conquista alemana de Creta en 1941, “fue enviado de regreso a la isla por el Special Operations Executive para liderar operaciones de guerrilla extremadamente peligrosas contra los nazis invasores”.

En una carta a su amigo Xan Fielding, compañero suyo en Creta, Leigh Fermor explica cómo la educación clásica preparó a ambos hombres para su labor durante la guerra:

La indiferencia a la miseria de las cuevas y la velocidad al acercarse el peligro han podido parecer las aptitudes más probables para la vida en la Creta ocupada. Pero, de manera inesperada en una guerra moderna, fue la elección obsoleta del estudio del griego antiguo en el colegio lo que en realidad nos había depositado sobre la caliza. Con una perspicacia considerada rara en épocas pasadas, el ejército se había dado cuenta de que la lengua antigua, aunque dominada de manera imperfecta, era un atajo hacia el aprendizaje del griego moderno. Por ende el repentino rocío de figuras extrañas entre los peñascos de la tierra firme y de las islas griegas. Extraño, porque el griego hace mucho había dejado de ser una materia obligatoria en los colegios donde todavía era enseñado: era tan solo la opción entusiasmada- inspirada, sospecho, de manera inconsciente por haber oído las fábulas de héroes griegos de (Charles) Kingsley recitadas durante la niñez- de una minoría excéntrica y perversa: anhelos tempranos que impusieron un sello difuso pero agradable sobre todos estos improvisados habitantes de las cuevas”.

Heródoto

Heródoto

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Patrick Leigh Fermour, habiendo sido admitido a la Orden del Imperio Británico por su servicio militar en 1943, vivió en la costa del Peloponeso con su esposa Joan Rayner (née Eyres-Monsell), hija del Primer Vizconde Monsell. Murió el 10 de junio del 2011.


Escultura de águila romana hallada en el centro de Londres

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Por: Daniel Raisbeck y Alberto José Campillo

En el año 55 a.C., Gayo Julio César, proconsul en Galia, se convirtió en el primer comandante romano en llegar a las costas de Gran Bretaña con sus tropas. Pese al regreso de César a la isla durante el año siguiente., los romanos sólo pudieron conquistar Britannia de manera definitiva en el 43 d.C., cuando el Emperador Claudio (41-54 d.C.), un hombre con poca experiencia militar que necesitaba legitimar su posición como princeps, ordenó a cuatro legiones y a miles de soldados auxiliares invadir la costa suroriental de Inglaterra (la fuerza invasora partió desde la costa del Canal en la provincia de Galia, probablemente Gallia Belgica). Durante el segundo siglo d.C., la frontera de la provincia romana de Britannia se estableció en el norte de Inglaterra, desde los pantanos del Fiordo de Solway en occidente hasta la desembocadura del río Tyne en el oriente (fue a lo largo de esta línea que el Emperador Adriano (117-138 d.C.) mandó construir su famoso muro). Más allá se encontraban los Caledonios, un pueblo guerrero celta, y otras tribus que habitaban Escocia, un territorio que los emperadores Domiciano, Trajano y sus sucesores decidieron no ocupar de manera permanente.

Durante los primeros cuatro siglos d.C., los romanos construyeron carreteras, villas, teatros, templos y baños públicos en Britannia, mientras que Londinium (Londres), centro establecido en el 43 d.C. en las orillas del Témesis, se convirtió en un emporio con vínculos a la economía imperial. Sin embargo, la provincia de Britannia se ha considerado periférica por su ubicación y por su relativa pobreza frente a las regiones prósperas del Imperium Romanum (en la época del Emperador Augusto, el geógrafo Estrabón escribió que los romanos “no sacarían ventaja alguna al conquistar y ocupar” Britannia, pues “obtienen más ingresos de los impuestos al comercio de los británicos de lo que obtendrían con un tributo directo” tras una invasión). No obstante, la percepción del relativo aislamiento de la Britannia romana ha venido cambiando gracias a algunos inusuales descubrimientos arqueológicos, tal como la escultura de un águila del primer o segundo siglo d.C. hallada el mes pasado cerca de la Torre de Londres (Minories), donde se encontraba el antiguo cementerio de Londinium.

El águila, de mil novecientos años de antigüedad, fue encontrada por el arqueólogo David Sankey durante el último día de excavaciones sobre un terreno en el que se construirá un hotel de 16 pisos. Esculpida con singular maestría en piedra caliza, la pieza de 65 cm de alto por 55 cm de ancho se encuentra en un excelente estado de conservación.

Escultura el Aquila en varios ángulos (http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/encuentran_una_escultura_de_un_aguila_romana_en_londres/encuentran_una_escultura_de_un_aguila_romana_en_londres.asp)

Escultura el Aquila en varios ángulos (http://www.elcolombiano.com)

El águila de la escultura, la cual representa a Júpiter, padre de los dioses y encarnación del bien, está devorando a una serpiente que representa al mal. La escultura hacía parte de un ajuar funerario y, ya que la talla en su espalda es tosca y poco pulida, puede inferirse que estaba ubicada al fondo de una tumba, contra una pared.

Como explica el periodista Harry Mount, la belleza de la escultura demuestra una excelente habilidad en su creación, pues cuenta con gran vitalidad y movimiento; la serpiente se enrolla alrededor del cuerpo del águila, mientras que sisea con su lengua en el cuello de esta. Por su parte, las alas, curvadas en varias direcciones, y el detalle de las plumas del cuello, las cuales se encuentran erizadas, evocan la agitación de una brutal batalla.

 Según Michael Marshal, historiador del Museo de Londres, lugar donde será expuesta la estatua, “las esculturas funerarias son poco frecuentes en el Londres romano. Este ejemplo, que proviene quizás del interior de un mausoleo, es una pieza de una calidad extraordinaria que nos ayudará a comprender cómo estaban construidos los cementerios y tumbas que se alineaban al borde de los caminos que salían de la ciudad”.

Aquila romana encontrada en el centro de Londres (http://blogs.telegraph.co.uk/)

Aquila romana encontrada en el centro de Londres (http://blogs.telegraph.co.uk/)

Cabe destacar que esta escultura, hecha en Britannia con piedra local, cuenta con una técnica superior a las de otras esculturas encontradas en regiones menos marginales del Imperio como los territorios de la costa asiática, lo cual resalta su importancia como hallazgo arqueológico. Como afirma Marshal, se trata de “la mejor escultura romana creada por un artista local que se ha hallado hasta ahora en Londres”. Para Mount, la escultura, a diferencia de otras piezas similares de Londinium que fueron importadas del continente, demuestra que la ciudad era un “importante núcleo metropolitano del Imperio Romano” donde se producían “obras de belleza asombrante que igualaban lo mejor que ofrecía Roma”.

La ocupación romana de Britannia terminó (en términos generales) en el año 383 d.C., cuando el gobernador Magnus Maximus condujo a la mayoría de las tropas bajo su mando a Galia, convirtiéndose en Emperador Romano de Occidente. Durante el siguiente siglo, los habitantes de Britannia tuvieron que asumir su propia defensa contra una serie de invasores del norte, razón por la cual muchos historiadores consideran que en el siglo V d.C. comienza la época post-romana en lo que hoy es Gran Bretaña.


JOYAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA ANTIGUA DEL COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO (Bogotá) Parte II

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Varios. “Singularia utilissima ac admodum necessaria singularia preclarissima profundissimorum in memoria et excellentissimorum iurisconsultorum….” (1517)

(N° topográfico antiguo: E2 n° 156. N° topográfico actual: E02 N109 Ej. 1)

Singularia (Temas especiales) del señor Ludovico Romano…con los complementos de Juan Bautista de Castigliones… Destacar la calidad de las letras capitales. Y la presentación del texto impreso.

Singularia (Temas especiales) del señor Ludovico Romano…con los complementos de Juan Bautista de Castigliones… Destacar la calidad de las letras capitales. Y la presentación del texto impreso.

Por: Jaime Restrepo Z.

Titulo: No existe un título propiamente dicho, pues se trata de una obra de recopilación, en la que se reúne la obra de diferentes juristas. El título propuesto se toma de la portada (que no existe en el ejemplar que posee esta Biblioteca): “Singularia. Utilissima ac admodum necessaria singularia preclarissima profundissimorum in memoria et excellentissimorum iurosconsultorum dominorum: videlicet: Singularia Lodovici Romani: cum additionibus Joannis Baptiste Castellionei. Singularia Matthei Matthesilani cum ornamentis additis per eunden Joanem Baptistam. Singularia Francisci Cremensis; cum lucubrationibus et aditionibus: et allegationibus inde appositis per suprascriptum Joanem Baptista Singularia Antonii Corseti Siculi. Singularia Hippoloti de Marsiliis Bononiensis. Singularia Petri Gerardi de Pietrasancta. Singularia Guilielmi de Ludo. Singularia Amaneli de Claris Aquis. Singularia Petri de Castro. Cum aliis utilissimis additionibus nunquam adhuc impressioni commendatis. Necnon cum emuncta ac tersa castigatione domini Joannis Thierry…” [Temas escogidos. Muy útiles, famosísimos y hasta necesarios conceptos, recopilados en memoria de eruditos y destacados juristas: Conceptos de Ludovico Romano; con las adiciones de Juan Bautista Castiglione. Temas escogidos de Mateo de Matesilani, con ampliaciones del mismo Juan Bautista. Conceptos jurídicos de Francisco De Crema, con las disquisiciones, complementos y discusiones del citado Juan Bautista. Temas singulares de Antonio Corseti, natural de Sicilia. Temas escogidos de Hipólito de Marsella, natural de Bolonia. Conceptos jurídicos de Pedro Gerardo de Pietrasanta. Temas singulares de Guillermo de Ludo, de Amanel de Aguas Claras y de Pedro de Castro. Con adiciones muy útiles que nunca antes se habían dado a la imprenta. Con una limpia y pulida corrección hecha por Juan Thierry…]

Autor: Los mencionados anteriormente.

Comienzo de los “Conceptos” de Mateo de Matesilani. Mayúscula capital, con el notable grabado de una abeja.

Comienzo de los “Conceptos” de Mateo de Matesilani. Mayúscula capital, con el notable grabado de una abeja.

Datos de la impresión: Este libro, como consta en el colofón, se imprimió en Lyon, en el año de 1517, por Juan de Jonvelle, “llamado Pistón”. El texto está impreso en latín, con caracteres góticos: en una columna que en ocasiones se enmarca con los comentarios y en otras se completa con extensas apostillas marginales. En otras partes, el texto está impreso en dos columnas. Párrafos numerados. Libro foliado: se conserva hasta el folio 241. Introduce y termina cada una de las partes de la obra con un encabezamiento y colofón, redactados en el estilo tradicional. Interesantes mayúsculas capitales (alguna de ellas repetida) con las que comienza la mayoría de las obras; las otras están decoradas con letras capitales más pequeñas y sencillas. La mancha impresa incluye 54 líneas (más una, de signaturas y otra de encabezado y foliación).

Algunas discusiones sostenidas por el señor Juan Bautista de Castiglione en ejercicios prácticos que se celebraron en la Universidad de Pavía.

Algunas discusiones sostenidas por el señor Juan Bautista de Castiglione en ejercicios prácticos que se celebraron en la Universidad de Pavía.

Presentación actual: La encuadernación no es la original. Tiene una encuadernación rígida: cartón forrado en papel jaspeado, con lomo de tela encolada. En el lomo, letras (Ludovicus Romanus. Singularia Subtilia) y líneas decorativas en dorado; en la parte inferior, la marca “C. M. DEL R. BIBLIOTECA”. Faltan páginas al principio (incluida la portada) y al final. Subrayados y glosas; algunas muy antiguas. Versos latinos de elogio al autor en el folio 204 (V) y en el folio 240 (V).

Contenido: Recopilación de “Conceptos jurídicos” de diferentes autores. Según la portada, se incluyen nueve colecciones de conceptos jurídicos especiales.

“Empiezan felizmente los Conceptos  Selectos, recopilados y redactados por el Maestro en Ambos Derechos, Pedro Gerardo de Pietrasanta, que superan los que se han publicado hasta ahora. Para alabanza y gloria del Redentor, de la Gloriosa Virgen y de toda la corte celestial”.

“Empiezan felizmente los Conceptos Selectos, recopilados y redactados por el Maestro en Ambos Derechos, Pedro Gerardo de Pietrasanta, que superan los que se han publicado hasta ahora. Para alabanza y gloria del Redentor, de la Gloriosa Virgen y de toda la corte celestial”.

Características: 1) Portada muy primitiva, con datos incompletos sobre la obra: insiste, sobre todo, en la diversidad de autores y sus nombres. 2) En cada una de las obras, introduce y concluye con un encabezamiento (Incipiunt) y un remate (excipiunt), redactados en la forma tradicional.3) Libro foliado y folios marcados con números romanos. 4) Impresión en caracteres góticos, muy densa, con muchas abreviaturas y signos convencionales. Apostillas marginales impresas, a veces muy extensas. 5) Papel delgado, de muy buena calidad. 6) Márgenes amplios, a pesar de incluir siempre apostillas o el texto de los comentarios. 7) No tiene un patrón definido a la hora de imprimir el texto; tales variaciones son claros indicios de primitivismo. 8) Colofón final (que no se conserva en el ejemplar de esta Biblioteca), redactado con fórmulas convencionales: “Anno a nativitate domini 1517… Lugduni Joannes de Jonvelle dictus piston imprimebat” [Lo imprimía Juan de Jonvelle, apodado Pistón, en la ciudad de Lyon, el año 1517 del Nacimiento del Señor]. 9) Signaturas. 10) Sin registro de cuadernillos.


La momia Heráclides y la pirámide de Cayo Cestio: la influencia egipcia en la cultura romana

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Por: Alberto José Campillo Pardo

Las civilizaciones romana y egipcia estuvieron en contacto permanente durante cientos de años, lo cual generó un importante intercambio cultural entre ellas.

Las civilizaciones romana y egipcia estuvieron en contacto permanente durante cientos de años, lo cual generó un importante intercambio cultural entre ellas. Existen dos hallazgos arqueológicos que muestran explícitamente la influencia que tuvo la cultura egipcia en la cultura romana: la momia Heráclides y la pirámide de Cayo Cestio.

Hallada cerca del 150 d.C. en Egipto, la momia Heráclides es una momia romano-egipcia en la cual se fusionan elementos del arte romano con las tradiciones religiosas de la vida después de la muerte típicas del Antiguo Egipto.

El cuerpo de Heráclides pasó por el proceso completo de momificación, consistente en la remoción de los órganos internos y el posterior embalsamamiento del cuerpo para lograr su conservación. Sin embargo, a diferencia de la practica común en Egipto, este no fue colocado en un sarcófago para su posterior decoración, sino que las decoraciones, similares a las encontradas en la tumba del rey Tutankamón, fueron pintadas sobre los lienzos que envuelven el cadáver.

Detalle del rostro de la momia Heráclides (www.redhistoria.com)

Detalle del rostro de la momia Heráclides (www.redhistoria.com)

Esta momia, cuya fecha de embalsamamiento se calcula alrededor del año 30 d.C. durante el dominio romano de Egipto, cuenta con la singularidad de que los embalsamadores romanos que la llevaron a cabo extrajeron el corazón del cuerpo, lo cual no se hacía en la práctica egipcia ya que para esta cultura este órgano representaba la sede de la inteligencia, necesaria para el paso al más allá. El cuerpo, al igual que aquellos de los egipcios, se encuentra embalsamado con una serie de sales, lociones y resinas, así como envuelto en yardas de lino. Sin embargo, a diferencia de las momias egipcias tradicionales que usaban al escarabajo como amuleto predilecto al enterrar el cuerpo, en la Heráclides se encontraron gran cantidad de imágenes de pájaros.

En el pecho de la momia se pueden ver jeroglíficos típicamente egipcios que representan pájaros hechos con trazos negros y decoradas con pan de oro (semejantes a las representaciones del dios Horus) y más abajo, en el abdomen, se ve una figura de perfil en blanco y verde y unas alas a los lados simbolizando la protección en el más allá, similar a la diosa Maat. Cabe resaltar que las imágenes están decoradas con oro y piedras preciosas (lapislázuli, turquesa y coralina) y se consideran una imitación egipcia plasmada en la cultura romana.

Detalle del torso de la momia Heráclides (www.redhistoria.com)

Detalle del torso de la momia Heráclides (www.redhistoria.com)

Sin embargo, a pesar de que el proceso de embalsamamiento es típicamente egipcio, el modo de entierro muestra tradiciones puramente romanas, ya que el cuerpo fue colocado en un sarcófago tallado en relieve por los lados, el cual contaba con una tapa plana sobre la cual reposaba una estatua. Así mismo, a diferencia de las máscaras egipcias, la momia Heráclides cuenta con una pintura personalizada de la cara del difunto. Así mismo, los pies de la momia se encuentran envueltos juntos y sobre ellos se puede leer en letras griegas el nombre del difunto, algo que lo caracteriza y lo individualiza. La ausencia de máscaras también muestra una clara huella de la cultura romana sobre la momio Heráclides.

Por su parte, la pirámide de Cayo Cestio es una pirámide de estilo egipcio, ubicada en plena Roma, junto a la puerta de San Pablo. Este monumento fue construido en el año 12 a.C. como tumba para el magistrado del Septemviri Epulonum, Cayo Cestio Epulón. Tiene una base cuadrada, de treinta metros de lado y cuenta con una altura de 36,4 metros, y su construcción está evidentemente basada en las pirámides egipcias de la época Ptolemáica, las cuales cuentan con una base mas pequeña en proporción a la altura que las pirámides de la época del Imperio Antiguo.

Pirámide de Cayo Cestio, Roma. (http://www.exploraroma.com/)

Pirámide de Cayo Cestio, Roma. (http://www.exploraroma.com/)

La pirámide está construida en ladrillo y cuenta con una cubierta de mármol. En el interior se encuentra la cámara funeraria, la cual es una bóveda rectangular que mide 5,95 metros de largo, 4,10 m de ancho y 4,80 m de alto. Cuando fue redescubierta en 1660, la cámara fue encontrada decorada con frescos, que fueron grabadas por Pietro Santi Bartoli, pero sólo los rastros de estos frescos permanecen ahora. Actualmente no se conserva ningún ajuar funerario de esta cripta, ya que esta fue saqueada en la antigüedad a pesar de que, al igual que sus homólogas egipcias, esta tumba fue sellada en el momento de su construcción para proteger al difunto de saqueadores y garantizar su paso al más allá.

Pirámide de Cayo Cestio junto a la Puerta de San Pablo, Roma (nowheretrip.blogspot.com)

Pirámide de Cayo Cestio junto a la Puerta de San Pablo, Roma (nowheretrip.blogspot.com)

La pirámide cuenta con diversas inscripciones en latín, dentro de las que se destacan la dedicatoria, tallada en los lados este y oeste de la pirámide. Dice lo siguiente:

C · CESTIVS · L · F · POB · EPULO · PR · TR · PL
VII · VIR · EPOLONVM
(Caius Cestio, hijo de Lucio, de las gens Pobilia, miembro del Colegio de Epulones, Pretor, tribuno de la plebe, Septemvir de las Epulones)

Así mismo, bajo la inscripción del lado oriental hay otra inscripción que cuenta las circunstancias de la construcción de la pirámide: 

OPVS · APSOLVTVM · EX · TESTAMENTO · DIEBVS · CCCXXX
ARBITRATV
PONTI · P · F · CLA · MELAE · HEREDIS · ET · POTHI · L
(El trabajo fue completado, de acuerdo con la voluntad, en 330 días, por la decisión del heredero [Lucio] Pontus Mela, hijo de Publius de la Claudia, y Pothus)

Como se puede ver, el hecho de que un pretor, tribuno de la plebe y miembro de uno de los cuatro Grandes Colegios de Roma esté enterrado en una pirámide, muestra nuevamente la gran influencia cultura que Egipto tuvo sobre Roma y el deseo de los habitantes de esta de adoptar las costumbres egipcias.


JOYAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA ANTIGUA DEL COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO (Bogotá) PARTE III

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Por: Jaime Restrepo Z.

El contenido de este libro es tan diverso que, para su estudio, lo dividiremos en dos partes. La Primera incluye los libros de Eutropio sobre historia de Roma, las adiciones que hizo Pablo Diácono a dicha obra y el tratado de este último sobre la historia de los Lombardos. En la Segunda Parte, se tratará de los escritos de los Santos Padres que se encuadernaron en este mismo volumen.

(N° topográfico antiguo: E3 n° 131. N° topográfico actual: E03 N056 Ej. 1)

Parte I: “De inclytis totius Italice provinciis ac romanorum gestis libri XVIII…”, de Eutropio y Pablo Diácono (1512-1513-1514)

OBRA 1 y 2

“Del destacadísimo historiógrafo Eutropio, a quien sucedió Pablo Diácono, comienza, con feliz auspicio, el Libro Primero sobre las célebres provincias de Italia y las hazañas de los Romanos”.

“Del destacadísimo historiógrafo Eutropio, a quien sucedió Pablo Diácono, comienza, con feliz auspicio, el Libro Primero sobre las célebres provincias de Italia y las hazañas de los Romanos”

 Titulo: Las dos primeras obras tienen una portada común (que falta en el ejemplar que posee esta Biblioteca). Dice esta primera portada, según el ejemplar consultado en línea1:Eutropii historiographi clarissimi Paulique Diaconi eiusdem emuli excellentissimi: de inclytis totius Italice provinciis ac Romanorum gestis libri XVIII cum quibusdam marginis apendicum annotationibus (…) carthatim additis. Opus sane utile nuper (nec antea citra montes) accuratiore lima politum Parrysiisque in lucem editum [Del ilustre historiador Eutropio y de su seguidor insigne, Paulo Diácono, los dieciocho libros sobre los hechos destacados de los romanos en las famosas provincias de Italia. Con algunas anotaciones marginales impresas en el papel. Obra muy útil, pulida con una lima muy fina y publicada recientemente por primera vez en París, pues no se había editado más allá de los Alpes].

Título que se matiza en los respectivos encabezamientos. Dice el primero (folio I): “Clarissimi Eutropii hystoriographi (quem subsequitur Paulus diaconus) de inclytis Italice provincia ac Romanorum gestis liber primum foelici orditur auspice” [Inicia con feliz comienzo el libro primero del ilustre historiador Eutropio, a quién siguió Paulo Diácono, sobre las hazañas de los romanos en las famosas provincias de Italia]. Y se afirma en el segundo (folio XXXVIII Verso): “Pauli Diaconi de gestis Romanorum liber primus ad Eutropii Historiam additus” [Libro Primero de Paulo Diácono, sobre las hazañas de los Romanos, que se anexó a la Historia de Eutropio]

Todos los capítulos e adornan con imágenes de reyes, antes de las mayúsculas capitales. Notar el anacronismo en las “representaciones” de los emperadores romanos.

Todos los capítulos e adornan con imágenes de reyes, antes de las mayúsculas capitales. Notar el anacronismo en las “representaciones” de los emperadores romanos.

Autor: El autor de esta primera parte de la Historia de Italia y de los romanos es Flavio Eutropio, historiador romano del Siglo IV, que sirvió a varios emperadores (Constancio II, Juliano y Valente, a quién dedicó esta obra; que otros autores citan como Breviarium Historiae Romanae o como Breviarium ab Urbe condita. La continuación de esta obra (y el libro que sigue) fueron escritos por Paulo Diácono (o Pablo Warnefred), noble lombardo, educado en la corte de Pavía y después monje benedictino de Monte-Cassino.

Datos de la impresión: Estos dos primeras obras tienen una hermosa portada que podría denominarse gótica, por la mayoría de sus caracteres y por el tipo de decoración escogida. Los datos sobre los autores y el contenido de las obras se escriben en la parte superior. En las tres cuartas partes inferiores, dentro de una “construcción” de partes separadas (orlas) y a modo de marco, donde se observan personas y decoraciones vegetales, se encuentra el emblema del editor-impresor. En el marco del rectángulo central está su nombre: Jehan [Juan] Gourmont. Acompañado de una inscripción en francés medieval que dice: “Quien no tiene suficiente, no tiene nada. Todos deben estar satisfechos con sus bienes”. En el centro, el Espíritu Santo ilumina dos ángeles que sostienen una faja donde se lee “Spes mea Deus” [Dios es mi esperanza]. También en el recuadro, en la parte inferior, dos leones rampantes y tenantes sostienen un escudo sobre el emblema de los impresores, a cuyos lados se ven las iniciales I G (Iehan Gourmont). En la parte inferior, y en caracteres romanos, dice: “Quae omnia a Goffrido de Marnet sub Pellicano; Egidio de Gourmont e regione collegii Cameracensis & et Galliotto du Pre, sub secundo Palatii pilari Regio: venalia prostant” (Están a la venta donde Godofredo de Marnet, bajo el emblema del pelícano; donde Egidio de Gourmont, en la zona del Colegio de Cambrais. Y donde Galeoto du Pré, en la segunda columna del Palacio Real]. En medio de la portada, una inscripción latina (que se repite en otros lugares de la obra): “Virtuti omnia parent” [Todas las cosas destacan con la virtud].

Estas obras, como se lee en el folio LXVI (R) se imprimió en Paris, por Egidio Gourmont, en el año de 1512.

Ejemplo de folio impreso en una sola columna, con caracteres romanos. Destacar las apostillas marginales, en las que resume los contenidos del texto y las glosas manuscritas de los lectores.

Ejemplo de folio impreso en una sola columna, con caracteres romanos. Destacar las apostillas marginales, en las que resume los contenidos del texto y las glosas manuscritas de los lectores.

Los dos libros están impresos en latín, en una sola columna, sin separaciones de párrafos, con caracteres romanos, y apostillas marginales en ambos márgenes laterales, con síntesis del contenido de los párrafos. La impresión no es muy nítida. Papel fino y delgado. Los márgenes superior e inferior son muy amplios. Mayúsculas capitales (blancas sobre fondos negros), precedidas con grabados de buena calidad que representan siempre reyes o guerreros (ver folios I Recto, VIII Verso, XX Verso…). Algunos corresponden a representaciones anacrónicas de los Emperadores romanos y no vacila en repetir el mismo para referirse a emperadores distintos. Al final del libro de Eutropio y después de los versos latinos que cierran la obra de Paulo Diácono, añade la palabra griega “telos” [final].

Presentación actual: Conserva la encuadernación original, de pergamino flexible (deteriorada en ambas tapas. Faltan páginas iniciales, incluida la portada de las dos primeras obras. Y unas páginas del Índice inicial. Bastantes anotaciones, glosas y subrayados, debidos a diferentes manos

Contenido: De Eutropio: Diez libros sobre los Hechos famosos de los romanos en las provincias itálicas. Y de Pablo Diácono: Complemento a la Historia de Eutropio en Ocho libros.

“Libro Primero” de Pablo Diácono sobre las hazañas de los Romanos, que se añade a la Historia de Eutropio”.

“Libro Primero” de Pablo Diácono sobre las hazañas de los Romanos, que se añade a la Historia de Eutropio”.

Características: El libro muestra las siguientes características que complementan su clasificación como incunable. 1) Portada gótica, imágenes de tipo medieval, con elementos aislados, que se adicionan ocasionalmente primitivos. 2) A pesar y además de la portada, encabezamiento al principio de la primera obra, escrito en la forma tradicional. 3) Libro foliado; marcado con números romanos. 4) Impresión con caracteres romanos (no siempre nítida y limpia); hay sombras de tinta debajo de algunos renglones. 5) Márgenes amplios. 6) Colofón, al final de la primera obra (folio XXXVIII (R): “Hucusque Hystoriam Eutropius composuit. Cui tamen aliqua Paulus Diaconus addidit: iubente domina Adilperga Christianissima Beneuenti ductrice: coniuge Domini Archisapientissimi Principis; et ideo quae sequuntur idem Paulus ex diversis autoritatibus proprio stilo conexuit” [Hasta aquí la Historia que escribió Eutropio, a la cual Paulo Diácono añadió algunas cosas, por mandato de la Señora Adilperga, cristianísima duquesa de Benevento y esposa del sapientísimo Señor Príncipe. Lo que sigue, tomado de distintas autoridades, lo redactó Pablo con su estilo propio]. Hay otro colofón, completo, al final de la segunda obra, en el folio LXVI (R): “Habetis igitur candidissimi litterarum cultores verissimique historiarum scrutatores hanc Eutropii Paulique diaconi de rerum Romanarum gestis egregiam explanationem (…) Quae omnia emunctis ab Egidio Gourmont caracteribus in alma parrhysiorum Lutetia Anno salutis incarnatione Millessimo quingentessimo duodecimo… impressa sunt. Soli deo Laus honor et gloria” [Aquí tienen, cultivadores de las letras e investigadores de las historias ciertas, esta famosa explicación de Eutropio y de Paulo Diácono sobre las cosas y las hazañas de los Romanos. (…) Todo ello se imprimió en la célebre París, por Egidio Gourmont, con caracteres selectos, en el año 1512 de la Encarnación. Sólo a Dios sea la gloria].

OBRA 3

Portada de los Seis Libros de Pablo Diácono sobre los Lombardos. Se unen elementos medievales con decoraciones renacentistas. Son de destacar: la marca de imprenta de Juan (Jehan) Petit, célebre impresor parisino. Y la mención de Iodoco Badio Ascencio, personaje del Humanismo francés y de los primeros pasos de la imprenta en París.

Portada de los Seis Libros de Pablo Diácono sobre los Lombardos. Se unen elementos medievales con decoraciones renacentistas. Son de destacar: la marca de imprenta de Juan (Jehan) Petit, célebre impresor parisino. Y la mención de Iodoco Badio Ascencio, personaje del Humanismo francés y de los primeros pasos de la imprenta en París.

Titulo: Esta obra, en su portada, menciona: “Pauli Diaconi Ecclessiae Aquileggiensis Historiographi percelebris de Origine et gestis Regum Langobardorum Libri VI cum índice et argumentis” [De Pablo Diácono, ilustre historiador de la Iglesia de Aquileya: VI libros sobre el origen y las hazañas de los Reyes Lombardos, con índice y sumarios de contenidos].

Autor: Ver lo dicho sobre Pablo Diácono, en la obra anterior.

La calidad de la edición y de la impresión se pueden apreciar en estas mayúsculas capitales (S – P – H).

La calidad de la edición y de la impresión se pueden apreciar en estas mayúsculas capitales (S – P – H).

Datos de la impresión: Esta obra tiene una portada, que también puede denominarse gótica, aunque hay asomos de una construcción con motivos más clásicos en la conformación de la orla decorativa, montada con elementos independientes, como puede comprobarse por los “blancos” que quedan en la impresión de las líneas. En el centro, un emblema del impresor: con reminiscencia de escudos de impresores que penden de un árbol (Fust y Schöffer), se ve un escudo colgado de las ramas de un roble y sostenido también por un león y un tigre, rampantes y tenantes. En el escudo, se aprecian las iniciales (I P) de uno de las primeros y más importantes impresores de París, Jehan [Juan] Petit. Muy importante el dato de la parte inferior, porque une esta obra a personajes muy destacados de la historia de la impresión en Francia: “Venundatur ab Joanne Paruo et Iodoco Badio Ascensio” [Se vende donde Juan Petit y donde Jodoco Badio Ascencio].

Por las palabras de la Dedicatoria, en la Portada (V), escrita por el mismo Jodoco Badio, se deduce que estas obras no se unieron por azar y que responden a un mismo proyecto editorial. Se recuerda allí (“Huius illud est in divinis Ut queant laxis resonare fibris…”2 que fue obra de Pablo Diácono, el Himno para la liturgia de San Juan Bautista, del cual salieron los nombres de las notas musicales. La obra, como lo informa el colofón (folio XXXVIII) se imprimió por el trabajo de Ascencio; tarea que finalizó en el año de 1514. Si en la portada se hace evidente la impresión por obra de Juan Petit, este “trabajo de Ascencio” [opera Ascenciana] se refiere, como cuenta la Historia del libro, al trabajo editorial de Jodoco Badio. Por estos datos, aunque el libro no lo menciona en ninguna parte, se puede inferir que éste también fue impreso en París.

Lista  de los Reyes Lombardos que cita Pablo Diácono en su obra. Explica que uno de ellos (Partarito o Pertarito) aparece duplicado porque reinó en dos períodos diferentes.

Lista de los Reyes Lombardos que cita Pablo Diácono en su obra. Explica que uno de ellos (Partarito o Pertarito) aparece duplicado porque reinó en dos períodos diferentes.

Presentación actual: El texto se encuentra completo; en latín, impreso en una sola columna, con caracteres romanos. Notoria presencia de abreviaturas y signos convencionales, que incrementan su carácter primitivo y antiguo. Apostillas marginales, impresas sólo en los márgenes externos. Especialmente valiosas las mayúsculas capitales (blancas sobre fondo negro), principalmente las más grandes (Folio I Recto: S. Folio X Verso: I. Folio XXIIII Recto: C. Folio XXX Verso: D). Papel con algunas manchas de humedad en los bordes. Por la misma causa, papel con algunos abombamientos. Al final de la obra, se añade, con caracteres griegos, la palabra “telos” [fin]. Glosas y anotaciones, sobre todo al principio.

Contenido: De Pablo Diácono. Origen y gestas de los reyes lombardos. Tratado precedido de un índice de personas y de temas (Index literarius) y de un Elenco de reyes lombardos (Catalogus Regum XXX). No es correcta la afirmación hecha por algún comentarista de este libro, de aquí se inserten “algunos de sus tratados filosóficos”, refiriéndose a Pablo Diácono.

El editor escribe, con caracteres griegos, la palabra FIN (telos). Y escribe en el colofón de esta obra: “Por obra de Ascencio se imprimió esta Historia, de Pablo Diácono, sobre los hechos de los Lombardos. Logró su fin  la víspera de San Lorenzo del año  1513 de la Salvación humana. Gracias a Dios”.

El editor escribe, con caracteres griegos, la palabra FIN (telos). Y escribe en el colofón de esta obra: “Por obra de Ascencio se imprimió esta Historia, de Pablo Diácono, sobre los hechos de los Lombardos. Logró su fin la víspera de San Lorenzo del año 1513 de la Salvación humana. Gracias a Dios”.

Características: El libro muestra las siguientes características que complementan su clasificación como incunable. 1) Portada gótica, imágenes de tipo medieval, con elementos aislados, que se adicionan ocasionalmente, primitivos. 2) Libro foliado; marcado con números romanos. 3) Impresión con caracteres romanos, de mejor calidad y sobre papel más grueso que el utilizado en las dos obras anteriores. 4) Márgenes amplios, a pesar de impresión de apostillas al margen. 5) Colofón: “Impressa est haec Pauli Diaconi de Gestis Langobardorum historia opera Ascenciana: finemque optatum cepit in vigilia diui Laurentii Anno salutis humanae: MDXIIII. Deo gratiae” [Por obra de Ascencio se imprimió esta Historia, de Pablo Diácono, sobre los hechos de los Lombardos. Logró su fin la víspera de San Lorenzo del año 1513 de la Salvación humana. Gracias a Dios]. 6) Errores en la paginación (ver folio XXX, duplicado).

 

Referencias

2 Ut queant laxis / Resonare fibris / Mira gestorum / Famuli tuorum / Solve polluti / Labii reatum / Sancte Ioannes [Para que puedan resonar con toda la fuerza / de estos siervos tuyos / las hazañas / Perdona las faltas de este labio manchado, oh San Juan]. Aunque la atribución de estas sílabas a las notas musicales se atribuye a Guido d’Arezzo (siglos X-XI). Y lo ratifica Jodoco Badio en la Dedicatoria de este libro.


Científicos abren sarcófago Romano de 1.600 años de antigüedad

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Por: Alberto José Campillo Pardo

En el mes de octubre de 2013 fue descubierto en Inglaterra, por los entusiastas de la búsqueda de objetos metálicos Chris Wright y Steve Waterall, un sarcófago de más de 1.600 años de antigüedad, el cual pertenece a un niño romano, y representa un importante hallazgo arqueológico que permitirá conocer más sobre la provincia romana de Britannia.

Imagen del sarcófago tras la excavación para su extracción. (www.bbc.co.uk)

Imagen del sarcófago tras la excavación para su extracción. (www.bbc.co.uk)

El sarcófago, que se encuentra recubierto en plomo, fue hallado enterrado en un campo en Witherley, al oeste de Leicestershire. Según Stuart Palmer, líder del equipo de arqueólogos de Warwickshire a cargo de la investigación, con este hallazgo los científicos esperan obtener nuevas evidencias acerca de las costumbres, rituales funerarios, la dieta, las vestimentas, las enfermedades e incluso de las medicinas usadas por los habitantes de la Britannia romana. Sobre el sarcófago en sí, el arqueólogo afirmó: “Un sarcófago recubierto en plomo indica riqueza. Sabemos que hubo un fuerte romano en Mancetter, el cual no se encontraba lejos (del sitio del hallazgo) y pudo haber habido villas romanas en el área. Hubo una industria de cerámica en el área, la cual pudo haber sido significativamente próspera”

Arqueólogo excavando en el lugar del hallazgo.  (www.bbc.co.uk)

Arqueólogo excavando en el lugar del hallazgo. (www.bbc.co.uk)

Tras su hallazgo y su posterior extracción, el sarcófago fue trasladado a los cuarteles generales de arqueología de Warwickshire, donde, mediante la introducción de un endoscopio, se determinó que el sarcófago se encontraba lleno de limo arcilloso. Una vez llevado a cabo este procedimiento Palmer afirmó: “Estamos esperando encontrar únicamente limo una vez abramos el sarcófago, puesto que ya introdujimos un endoscopio hasta el fondo del mismo. Puede que encontremos fragmentos de hueso, como puede que no, ya que al ser un cuerpo de niño, los huesos no se habrían terminado de formar debidamente, por lo tanto se habrían descompuesto.”

Foto del sarcófago siendo analizado por uno de los arqueólogos de Warwickshire (www.bbc.co.uk)

Foto del sarcófago siendo analizado por uno de los arqueólogos de Warwickshire (www.bbc.co.uk)

Sin embargo, las esperanzas del equipo arqueológico no se vieron defraudadas, puesto que el pasado 11 de noviembre el sarcófago fue abierto en un ambiente controlado, y tras la delicada tarea de remover las numerosas capas de limo arcilloso, el equipo encontró una cuenta negra y lisa, que puedo haber pertenecido al niño, así como algunos fragmentos de hueso que serán analizados. Este es un hallazgo realmente inusual ya que como lo afirma Palmer “En el país, solo pueden existir un puñado de sarcófagos romanos recubiertos de plomo, que contengan cuerpos de niños”

Fragmentos de hueso descubiertos al interior del sarcófago. (www.coventrytelegraph.net)

Fragmentos de hueso descubiertos al interior del sarcófago. (www.coventrytelegraph.net)

Cooperando con los especialistas de Warwickshire, un equipo de arqueólogos de la Universidad de York se encuentra trabajando en el sitio del descubrimiento, tratando de reunir más información sobre el contexto en el cual el niño fue enterrado. “Ellos buscarán otros objetos que pudieron haber sido enterrados con el niño. Así mismo examinarán el suelo buscando semillas, polen y cualquier fragmento de hueso que pueda haber sobrevivido”, afirmó Palmer.

El sarcófago abierto, con los huesos encontrados en su interior. (www.coventrytelegraph.net)

El sarcófago abierto, con los huesos encontrados en su interior. (www.coventrytelegraph.net)

Tras finalizar el análisis del sarcófago y sus contenidos es probable que este vuelva a ser enterrado, a menos que estos representen hallazgos históricos de importancia. Lo anterior es factible ya que la cobertura de plomo del sarcófago permite un ambiente sellado en su interior, por lo que el contenido del mismo puede contar con evidencia que en otras condiciones se habría destruido, convirtiéndolo en una especie de cápsula del tiempo.


JOYAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA ANTIGUA DEL COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO (Bogotá) PARTE IV

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Por: Jaime Restrepo Z.

(N° topográfico antiguo: E3 n° 131. N° topográfico actual: E03 N056 Ej. 1)

Parte II: “Obras varias…”, de S. Gregorio de Nisa, S. Basilio y S. Gregorio Nacianceno (1512-1513-1514)

Titulo: Una aproximación a los títulos la da la portada: “Divini Gregorii Nissae Episcopi qui fuit frater Basilii Magni libri VIII (…) Item oratio Gregorii Nazianzeni (sic). Basilius de differentia Vsiae & Hypostasis et quaedam alia… [Ocho libros de San Gregorio, Obispo de Nisa y hermano de Basilio el Grande. Un sermón de Gregorio Nacianceno. Basilio [escribe sobre] la diferencia entre ousía e hypóstasis. Y algunas otras cosas…]. Se precisarán mejor al tratar de los contenidos.

Portada que anuncia las obras de los Padres de la Iglesia: Gregorio de Nisa, Gregorio Nacianceno y Basilio el Grande.

Portada que anuncia las obras de los Padres de la Iglesia: Gregorio de Nisa, Gregorio Nacianceno y Basilio el Grande.

Autor: San Gregorio de Nisa (siglo IV): Padre de la Iglesia Griega, es uno de los llamados “Padres Capadocios”. Fue nombrado obispo de Nisa. Se distinguió en su lucha teológica contra los arrianos. Fue autor de muchas obras, de las cuales aquí se publican ocho. San Basilio el Grande: Obispo de Cesarea de Capadocia. Teólogo y Padre de la Iglesia griega; hermano mayor del anterior. Formado en Atenas, se refugia luego en el desierto. Sustituye a Eusebio como Obispo de Cesarea. Defensor y exponente de la doctrina católica contra los arrianos y contra la forma peculiar del arrianismo que expresaba Eunomio. Elaboró profundas formulaciones teológicas sobre la Encarnación y la naturaleza divina del Espíritu Santo. San Gregorio Nacianceno: Como los anteriores, teólogo defensor del dogma católico contra las tesis de los seguidores de Arrio y de Apolinar. Participó activamente en el II Concilio Ecuménico de Constantinopla.

La pieza más valiosa de esta portada es el grabado que representa una imprenta antigua, con la marca de imprenta de Iodoco Badio (I B) y el rótulo de identificación que se ve en la prensa: “Prensa de Ascencio”. Se destaca el que maneja la prensa (torculator), el encargado de entintar las formas (batidor) y el encargado de armar, letra por letra, la forma de cada página (cajista). Frente a él  se ve el “ejemplar” que mostraba el texto correcto.

La pieza más valiosa de esta portada es el grabado que representa una imprenta antigua, con la marca de imprenta de Iodoco Badio (I B) y el rótulo de identificación que se ve en la prensa: “Prensa de Ascencio”. Se destaca el que maneja la prensa (torculator), el encargado de entintar las formas (batidor) y el encargado de armar, letra por letra, la forma de cada página (cajista). Frente a él se ve el “ejemplar” que mostraba el texto correcto.

Datos de la impresión: Esta obra tiene una portada, gótica, aunque con incipientes elementos del clasicismo renacentista en la conformación de la orla decorativa, formada con elementos independientes, como puede notarse por los “descuadres” de las líneas. En el centro, con un matiz mucho más antiguo, un hermoso grabado que representa una escena de la antigua imprenta, de muy especial importancia. Se observa al operario que maneja la prensa (tirador), al batidor que alista las “balas” para entintar la forma que se va a imprimir. Al lado el cajista, sentado frente a las pequeñas cajas de su mesa, ordena los tipos en el componedor que tiene en la mano derecha. En la prensa hay un rótulo latino en el que se lee: “Prensa de Ascencio” [Jodoco Badio]. Y en la parte inferior, con el emblema de los impresores las iniciales I B (de Iodocus Badius). Para corroborar todo esto, en la parte inferior del grabado se escribe: “Venundatur cum quibusdam aliis in aedibus Ascensianis” (Está a la venta, con otras cosas, en los talleres de Ascencio].

En el colofón, al término de las obras que conforman este conjunto, se dice que se imprimió en los talleres de Ascencio y que los trabajos concluyeron en 1513 (folio XXXVI).

Texto impreso en caracteres romanos. Mayúsculas capitales de calidad. Texto en latín. Algunas líneas en griego, escritas con caracteres muy primitivos. Dice el encabezamiento: “Dos cartas de Gregorio Nacianceno al [filósofo] peripatético Temistio, traducidas por Beato Renano de Sélestat [Schlettstadt]”.

Texto impreso en caracteres romanos. Mayúsculas capitales de calidad. Texto en latín. Algunas líneas en griego, escritas con caracteres muy primitivos. Dice el encabezamiento: “Dos cartas de Gregorio Nacianceno al [filósofo] peripatético Temistio, traducidas por Beato Renano de Sélestat [Schlettstadt]”.

Presentación actual: El texto se encuentra completo; en latín, impreso en una sola columna, con caracteres romanos. Notoria presencia de abreviaturas y signos convencionales, que incrementan su carácter primitivo y antiguo. Apostillas marginales, impresas sólo en los márgenes externos. Especialmente valiosas las mayúsculas capitales (blancas sobre fondo negro), principalmente las más grandes (Portada, verso: L. Folio III Recto: L). Papel con algunas manchas de humedad en los bordes y en la parte inferior. Intercaladas en el texto hay palabras y expresiones en griego. En las guardas posteriores, un “alfabeto” sin identificar y unos renglones con ensayos de transcripciones en el mismo. Por descuadernamiento, visibles “maculaturas” reforzando el lomo, con trozos de pergaminos manuscritos (negro y rojo). En la guarda posterior, claramente visible la marca de agua del papel (una mano).

 “Libro Primero”: Sobre el hombre. De qué está compuesto el hombre. Si el hombre fue creado como mortal o como inmortal. Todas las cosas fueron hechas para el hombre… “Libro Segundo: Sobre el alma.  Opinión de los antiguos filósofos sobre la naturaleza del alma. Objeciones de Cleantes y de Crisipo y su refutación…

“Libro Primero”: Sobre el hombre. De qué está compuesto el hombre. Si el hombre fue creado como mortal o como inmortal. Todas las cosas fueron hechas para el hombre… “Libro Segundo: Sobre el alma. Opinión de los antiguos filósofos sobre la naturaleza del alma. Objeciones de Cleantes y de Crisipo y su refutación…

Contenido: De San Gregorio de Nisa. Ocho libros: Sobre el hombre. El alma. Los elementos. Las fuerzas del alma. Lo voluntario y lo involuntario. El hado. El libre albedrío. La Providencia. De San Gregorio Nacianceno: Sermón y discurso de confirmación de Gregorio de Nisa, al día siguiente de su elección. Cartas (3) al filósofo peripatético Temistio, traducidas por Beato Renano de Selestadt. De San Basilio el Grande: Libro sobre las diferencias entre ousía e hypóstasis, conceptos importantes en la teología católica de la Trinidad y de la Encarnación.

Características: El libro muestra las siguientes características que complementan su clasificación como incunable. 1) Portada gótica, imágenes de tipo medieval, con elementos aislados, que se adicionan ocasionalmente, primitivos. 2) Libro foliado; marcado con números romanos. 3) Impresión con caracteres romanos. 3) Márgenes amplios, a pesar de impresión de apostillas al margen. 4) Colofón: “In aedibus Ascensianis sabbato post Pentecosten. MCCCCCXIII” [En los talleres de Ascencio, el sábado después de Pentecostés de 1513].



Los Jardines Colgantes de Babilonia, ¿en Nínive?

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Por: Alberto José Campillo Pardo

…los Jardines Colgantes no pertenecían a Babilonia sino a Nínive, y que fueron construidos bajo el reinado de Senaquerib, hijo del emperador asirio Sargón II, alrededor del 700 A.C.

La historia recuerda algunos de los monumentos más imponentes de la antigüedad clásica como las “Siete Maravillas del Mundo Antiguo”, ya fuese debido a su tamaño, belleza o importancia. Este listado llega a nosotros como parte de una tradición helenística, donde se buscaba ilustrar a los viajeros griegos sobre los sitios del mundo conocido que debían visitar durante los siglos II y I A.C. De estos listados el más conocido es el de Philo de Bizancio, que compila siete lugares alrededor del Mediterráneo.

Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo (http://1.bp.blogspot.com/)

Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo (http://1.bp.blogspot.com/)

De estos siete lugares enunciados por Philo de Bizancio, hay uno que llama especialmente la atención, pues no ha podido ser ubicado con certeza por los historiadores modernos: los Jardines Colgantes de Babilonia. Esta los ha cubierto con un hálito de misterio y leyenda, llegando hasta el punto de que algunos autores niegan su existencia. Sin embargo, investigaciones recientes de especialistas de la Universidad de Oxford han dado nuevas luces sobre el posible emplazamiento de los jardines, pero no en Babilonia, sino en la más septentrional Nínive, que era conocida como la “Antigua Babilonia”1, tal y como se verá a continuación.

Los Jardines Colgantes de Babilonia (http://www.telegraph.co.uk/)

Los Jardines Colgantes de Babilonia (http://www.telegraph.co.uk/)

Las primeras referencias a los Jardines Colgantes de Babilonia las tenemos en cinco fuentes clásicas, las cuales los nombran de forma sucinta y vaga, dejando abiertos muchos interrogantes. Brevemente, las fuentes clásicas que nombran a los jardines son las siguiente: en primer lugar está Josefo2, quien nombra los Jardines citando al sacerdote de Babilonia Beroso el Caldeo en su descripción del reinado de Nabucodonosor II; en segundo lugar, el ya nombrado listado de las Siete Maravillas del Mundo de Philo de Bizancio; en tercer lugar la descripción más detallada hecha por Diodoro Sículo3, al parecer basándose en la “Historia de Alejandro” de Clitarco de Alejandría; en cuarto lugar, la referencia a los jardines que hace Estrabón en su “Geografía”4; y en quinto lugar, el pasaje de Quinto Curcio Rufo5, en su “Historia de Alejandro el grande” basado también en el texto de Clitarco.6

El estudio de estas pocas fuentes clásicas, especialmente de Josefo, y la carencia de otros documentos que hablen de los Jardines, han llevado a los historiadores a atribuirle la construcción de los mismos al rey Nabucodonosor II, quien reinó en Babilonia entre el 605 y el 562 A.C. A pesar de esto, las numerosas excavaciones arqueológicas hechas en el emplazamiento de Babilonia (actual Irak) no han mostrado ninguna evidencia de la existencia de estos jardines, poniendo en tela de juicio las afirmaciones de los clásicos.

Ruinas de Babilonia en la actualidad (http://arquehistoria.com)

Ruinas de Babilonia en la actualidad (http://arquehistoria.com)

Lo anterior se ve reforzado por las últimas evidencias sacadas a la luz por la investigadora de Oxford Stephanie Dalley, quien ha dedicado sus esfuerzos a probar esta hipótesis y ha publicado varios artículos al respecto. Dalley, descifrando un documento cuneiforme, de la colección del Museo Británico, ha descubierto evidencia de que los Jardines Colgantes no pertenecían a Babilonia sino a Nínive, y que fueron construidos bajo el reinado de Senaquerib, hijo del emperador asirio Sargón II, alrededor del 700 A.C. El texto descifrado por Dalley, describe la vida de Senaquerib, quien vivió 100 años antes de Nabucodonosor, y describe el palacio del monarca junto con un jardín que este construyó y que es tratado como una “maravilla para todos los pueblos”. Esta información se ve corroborada por un bajorrelieve hallado en Nínive, y que también se halla en el Museo Británico, el cual muestra el palacio de Senaquerib con un gran jardín de árboles colgando en el aire sobre terrazas y plantas suspendidas sobre arcos.

Ruinas de Nínive (http:// churrasconmerinas.blogspot.com)

Ruinas de Nínive (http:// churrasconmerinas.blogspot.com)

El hecho de que esta información se hubiese ignorado por tanto tiempo, se debía a la gran distancia existente entre Nínive y Babilonia, sin embargo Dalley ha encontrado pruebas de que el Imperio Asirio conquistó Babilonia, de manera que Nínive pasó a ser conocida como la Antigua Babilonia y Babilonia, la nueva capital del Imperio, como la Nueva Babilonia, lo cual pudo generar la confusión entre los nombres.7

Así mismo, la investigación ha mostrado que los jardines de Senaquerib constaban de una serie de terrazas escalonadas en forma de anfiteatro, con un lago en su base, y tal como lo muestra una inscripción hallada por Dalley, para la irrigación de las mismas el emperador habría usado el mismo principio que el “tornillo de Arquímedes”, máquina que, mediante un molino o alguna otra fuerza mecánica, sirve para elevar el agua y llevarla a lugares por encima de la fuente original. De esta manera era posible llevar el agua del lago en la base de los jardines hasta el punto más alto de los mismos, garantizando su supervivencia. Esta evidencia se ve soportada por las fotografías aéreas, recientemente desclasificadas, de satélites estadounidenses que muestran una estructura con estas características de 100 metros de largo y 20 de ancho, que habría requerido de unos 300.000 litros de agua al día para su funcionamiento.

Emplazamiento donde la doctora Dalley piensa que se encuentran los Jardines. (http://www.telegraph.co.uk/)

Emplazamiento donde la doctora Dalley piensa que se encuentran los Jardines. (http://www.telegraph.co.uk/)

Sin embargo, dada la inestabilidad política de la zona debido a los conflictos religiosos, las excavaciones arqueológicas en este enclave son imposibles de llevarse a cabo. Tal como lo dijo la propia Dalley a The Telegraph: “Ahora es necesaria más investigación en el sitio, pero tristemente no creo que eso sea posible en lo que me queda de vida”. Por ahora la hipótesis sigue inconclusa hasta que la arqueología la compruebe y se pueda afirmar con total certeza que se han encontrado los legendarios Jardines Colgantes de Babilonia.

Bibliografía:

1Dalley, Stephanie. “Ancient Mesopotamian Gardens and the Identification of the Hanging Gardens of Babylon Resolved”. Garden History, Vol. 21, No. 1 (Summer, 1993), pp. 1-13.

2Joseph. contr. Appion. lib. 1. c. 19

3Diodorus Siculus II.10-1-10

4Strabo, “Geography” XVI.1.5

5Quintus Curtus Rufus. “History of Alexander” V.1.35-5

6Polinger Foster, Karen. “The Hanging Gardens of Nineveh”. Iraq, Vol. 66, Nineveh. Papers of the 49th Rencontre Assyriologique Internationale, Part One (2004), pp. 207-220.


JOYAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA ANTIGUA DEL COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO (Bogotá) PARTE V

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Por: Jaime Restrepo Z.

Obras varias de San Dionisio Areopagita, San Ignacio de Antioquía y San Policarpo de Esmirna (1502)

(N° topográfico antiguo: E3 n° 135. N° topográfico actual: E03 N058 Ej. 1)San Ignacio de Antioquía (http://commons.wikimedia.org/)

San Ignacio de Antioquía (http://commons.wikimedia.org/)

 

San Dionisio Areopagita (http://commons.wikimedia.org/)

San Dionisio Areopagita (http://commons.wikimedia.org/)

 

San Policarpo de Esmirna (http://www.fluvium.org/)

San Policarpo de Esmirna (http://www.fluvium.org/)

Titulo: También este libro incluye la edición de varias obras de diferentes autores. Se especificarán en el apartado que trata de los contenidos, con el fin de no duplicar la información.

“De San Dionisio Areopagita, obispo de los atenienses y apóstol de las Galias, Libro sobre la Jerarquía Celestial” [dedicado] a Timoteo, obispo de la ciudad de Éfeso”.

“De San Dionisio Areopagita, obispo de los atenienses y apóstol de las Galias, Libro sobre la Jerarquía Celestial” [dedicado] a Timoteo, obispo de la ciudad de Éfeso”.

Autor: Dionisio Areopagita: Según la tradición, fue discípulo de San Pablo y luego Obispo de Atenas. Otra tradición muy antigua lo hace misionero y apóstol de las Galias (Saint- Denis). Tradiciones ambas que recoge el editor de esta obra, que lo llama Santo y apóstol de las Galias. Pero, en realidad, su identidad es incierta y parece tratarse de un teólogo que vivió en el siglo V; por lo que muchos autores hablan hoy de Dionisio Pseudo-Areopagita. Sin entrar en detalles de su origen, se muestra como neoplatónico en sus escritos filosóficos; y alegórico en su interpretación de las Escrituras. Sus obras tuvieron mucha difusión en la antigüedad. Algunas de sus obras (tratados y cartas) ocupan la mayor parte de este volumen. San Ignacio de Antioquía y San Policarpo de Esmirna pertenecen al grupo de los “Padres Apostólicos”, en donde se incluyen aquellos obispos (siglos I y II) de las primeras comunidades que tuvieron contacto con los Apóstoles de Jesús. Ambos se llaman con el nombre de las diócesis que presidieron. Son conocidos por sus cartas de exhortación, dirigidas a diferentes comunidades cristianas.

Grabado xilográfico, representando los tres niveles de las jerarquías celestes: en el “inferior” están los Ángeles, Arcángeles y los Principados.  En el “intermedio”, las Potestades, Virtudes y Dominaciones. En el “superior”, los Tronos, Querubines y Serafines.

Grabado xilográfico, representando los tres niveles de las jerarquías celestes: en el “inferior” están los Ángeles, Arcángeles y los Principados. En el “intermedio”, las Potestades, Virtudes y Dominaciones. En el “superior”, los Tronos, Querubines y Serafines.

Datos de la impresión: Los datos básicos de la impresión de esta obra están tomados del colofón (folio CXXXXIII). Se trata de un libro impreso en Venecia por Juan Tacuino de Trino (Tridini), cuyo trabajo concluyó el 21 de noviembre de 1502, siendo Dux de Venecia Leonardo Loredano. Indudablemente, este impresor pertenecía de la familia de los Tacuino, que destacó en la época de los mejores impresores venecianos1. Libro sin ningún tipo de portada. En cada una de las obras, al comienzo, encabezamientos en la forma convencional. Por ejemplo, en la obra primera de Dionisio: “Divini Dionysii Areopagitae Atheniensium Episcopi et galliarum Apostoli Caelestis Hierarchiae liber ad Timotheum Ephesinae civitatis episcopum” [Libro de las Jerarquías celestiales, de San Dionisio Areopagita, Obispo de Atenas y Apóstol de las Galias, dedicado a Timoteo, Obispo de la ciudad de Éfeso].

“Libro sobre los Nombre de Dios, de San Dionisio Areopagita, Obispo de Atenas, [dedicado] a Timoteo, Obispo de Éfeso”.  Destacar mayúscula capital (impresión xilográfica).

“Libro sobre los Nombre de Dios, de San Dionisio Areopagita, Obispo de Atenas, [dedicado] a Timoteo, Obispo de Éfeso”. Destacar mayúscula capital (impresión xilográfica).

Presentación actual: La encuadernación actual, rígida (cartón forrado en piel), no es la original. Es notorio por el refilado del papel en los bordes superiores, casi a ras de la mancha impresa (ver folios CXXIV y CXXV). El texto está impreso en latín, en una sola columna, con caracteres romanos, sobre papel grueso. Párrafos numerados con letras mayúsculas y números marginales, con referencias y síntesis de contenidos. Es interesante cómo en la carta introductoria se explica qué significan estas dos “novedades”: “Quid laterales numeri designent. Numeri ad latus: ad litteralium sententiarum distinctionem adiecti sunt. Quid laterales litterae. Litterae uero: ut ad consimilia litterarum elementa (quae litterae respondent) quaerantur scholia” [¿Qué muestran los números laterales? Los números que están al lado se añaden para la distinción literal de las frases. ¿Qué significan las letras laterales? Se ponen para que se busquen los escolios a los temas relacionados con las letras]. Encabezamientos y remates, al comienzo y al final de cada una de las obras que se editan. Letras mayúsculas capitales de diferentes tamaños y calidades. Presenta algunos grabados xilográficos para ilustración del texto. Muchas anotaciones marginales y subrayados (folio CXL). Dos introducciones de Jacques Lefèvre d’Etaples (Iacobus Faber Stapulensis), personaje de estos primeros años del libro impreso. Algún folio del principio, cortado en la parte inferior; otros, con indicios de intervenciones de restauración.

Contenido: 1) Obras de Dionisio, Pseudo-Areopagita: Sobre las jerarquías celestiales. Sobre las jerarquías eclesiásticas (“…nam sit Ecclesiasticae hierarchiae traditio: & quae illius intentio” [si existe tradición de una jerarquía eclesiástica y cuál es su propósito]. Sobre los Nombres de Dios. Libro sobre la teología mística. Cartas. 2) Obras de San Ignacio de Antioquía: once cartas a diferentes comunidades cristianas. 3) Carta de San Policarpo de Esmirna a los cristianos de Filipos.

“Fin de las Obras de San Dionisio, de las once Cartas de San Ignacio, Obispo de la iglesia de Antioquía y de la carta única de San Policarpo, Obispo de los de Esmirna, todos ellos discípulos de los Santos Apóstoles y  dichosos mártires por Jesús, Salvador del mundo. A este mismo Jesús, Sabio de sabios y Rey de los Mártires, sea todo el honor. En la célebre ciudad de Venecia, [se imprimió] por Juan Tacuino de Trino, maestro en el arte de la composición. El 21 de noviembre  del año 1502 de la Encarnación del mismo Señor Nuestro Jesucristo. Gobernando el Dux Leonardo Loredano. Gloria a Dios”.

“Fin de las Obras de San Dionisio, de las once Cartas de San Ignacio, Obispo de la iglesia de Antioquía y de la carta única de San Policarpo, Obispo de los de Esmirna, todos ellos discípulos de los Santos Apóstoles y dichosos mártires por Jesús, Salvador del mundo. A este mismo Jesús, Sabio de sabios y Rey de los Mártires, sea todo el honor. En la célebre ciudad de Venecia, [se imprimió] por Juan Tacuino de Trino, maestro en el arte de la composición. El 21 de noviembre del año 1502 de la Encarnación del mismo Señor Nuestro Jesucristo. Gobernando el Dux Leonardo Loredano. Gloria a Dios”.

Características: El libro muestra las siguientes características que complementan su clasificación como incunable. 1) No existe portada al comienzo de ninguno de los libros. 2) Encabezamiento al comienzo de cada una de las obras. Se imprime con tinta roja y tipos de mayor tamaño el primer encabezamiento. También va en rojo la primera mayúscula capital. 3) Abundancia de abreviaturas y signos convencionales. 4) Libro foliado; marcado con números romanos. 4) Signaturas. 5) Colofón (folio CXXXXIII (sic) Recto), redactado en la forma tradicional y muy interesante: “Operum Beatissime Dionysii: & undecim Epistolarum diuini Ignatii Antiochensis ecclesiae Episcopi, & unius beati Polycarpi Smyrneorum antistitis: discipulorum sanctorum Apostolorum, & et martyrum Iesu salvatoris mundi foelicissimorum: ad ipsius Iesu salvatoris sapientiae sapientium: & Regis martyrum omnium honorem. Finis. In inclyta civitate Venetiarum per Ioanne tacuinum de Tridino formulariae artis magistrum: Anno ab incarnatione eiusdem Dni nri Iesu Christi Mcccccii. Die xxi. Mensis Nouembris. Principe Leonardo Lauretano. LAUS DEO” [Fin de las Obras de San Dionisio, de las once Cartas de San Ignacio, Obispo de la iglesia de Antioquía y de la carta única de San Policarpo, Obispo de los de Esmirna, todos ellos discípulos de los Santos Apóstoles y dichosos mártires por Jesús, Salvador del mundo. A este mismo Jesús, Sabio de sabios y Rey de los Mártires, sea todo el honor. En la célebre ciudad de Venecia, [se imprimió] por Juan Tacuino de Trino, maestro en el arte de la composición. El 21 de noviembre del año 1502 de la Encarnación del mismo Señor Nuestro Jesucristo. Gobernando el Dux Leonardo Loredano]. 6) Registro de cuadernillos (“Speculum hvivs operis”), relacionando las primeras palabras de los folios rectos que lo forman. 7) Marca de agua o filigrana, con un toro; claramente apreciables en dos últimas hojas del libro (sin imprimir). 8) Marca del impresor, donde se leen las iniciales Z. T. (¿de Tacuino?).

1 FEVRE, Lucien – MARTIN, Henri-Jean. La aparición del libro, Op. cit., pág. 214.


Video de la conferencia “LA LIBERTAD ECONÓMICA EN EL PENSAMIENTO CATÓLICO: DE JUAN DE MARIANA A EVELYN WAUGH”

Lucrecio en la edición de Baskerville

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El año de 1757 cambió la vida del impresor John Baskerville, (Wolverley, Worcestershire, Inglaterra, 1706). Dio a luz una edición virgiliana en que presentaba dos elementos que habían de marcar la historia de la producción de libros: su propia familia tipográfica y un especial papel de tela que le había facilitado James Whatman. Era, pues, el gran poeta romano en una lujosa edición.

 

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Baskerville, por James Millar, 1774.
La edición virgiliana, en cuarto, sorprendió al mundo editorial de su época al punto de que, el año siguiente, lo nombran impresor de la Universidad de Cambridge.

 

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El Virgilio de Baskerville contrasta, por su sobriedad y sencillez, con las tradiciones editoriales.
Luego, en 1763, publica su obra cumbre: a pesar de su confeso ateísmo, la obra maestra de Baskerville es una Biblia, en folio, en que el papel, las tintas y los tipos son suyos. Un colega suyo de oficio y de la Royal Society of Arts, Benjamin Franklin, admirado por sus tipos, los llevó a Norteamérica, principalmente para impresos oficiales.
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Franklin en su taller de impresor.

Baskerville, antes de ser impresor

John Barskerville se inició como maestro de escritura (1723), donde no solo perfeccionó su sentido estético, sino se familiarizó con el trazado y diseño de las letras. Ello le permitiría aparecer, muy poco después, como hábil grabador de placas conmemorativas y lápidas. También se dedicó (1740) a divulgar y comercializar un sistema japonés de barnizado y lacado, con que se hizo muy rico.
Más adelante (1750) abandona esas tareas y se dedica a la imprenta, haciendo énfasis en el diseño, dibujo y fabricación de sus propios tipos. En esta tarea fue notable el aporte de su alumno John Handy, quien le acompañó durante más de veinte años. La primera serie de tipos se terminó en 1754. Pero, aunque parezca paradójico, John Baskerville llega a la imprenta no para vender libros, sino porque es un artista y ve la impresión como un placer. Admira algunos trabajos de quienes lo precedieron: especialmente a los dos William Caslon, importantes hitos de la imprenta inglesa del siglo XVIII:
“Caslon no fue un innovador en cuanto a la forma de las letras; tomó modelos holandeses y los perfeccionó dándoles más carácter, ya que incluso los mejores tipos holandeses tendían a ser monótonos. De algún modo indescriptible transformaba lo que era típicamente holandés en algo esencialmente inglés”[1].
Pero busca mejorar e innovar constantemente con el fin de lograr productos perfectos. Inventa una prensa con mejores recursos mecánicos; investiga sobre tintas diferentes (más negras); propone nuevos sistemas de encuadernación e innova la fabricación del papel, consiguiendo hojas de papel sin corondeles[2], conocido como “papel vitela” que elabora para él James Whatman. Impresa la página, la pasaba (calandrado) por unos cilindros calientes de cobre; obteniendo así un alisado que borraba las huellas que dejaban las tramas del molde y los impactos de la prensa y permitía impresiones de gran calidad y nitidez.
Destacan en él el espíritu soñador y curioso, el esfuerzo innovador. Es un “ilustrado”, en el más cabal sentido de la palabra, que dio los primeros pasos para que de la técnica tipográfica surgiera la moderna actividad editorial. Logró que el libro se valorara por su presentación y no por las adiciones que hasta entonces habían hecho valiosas las ediciones (grabados, portadas, mayúsculas capitales, cenefas y orlas decorativas, remates). Para algunos fue “el impresor total”.
Después de William Caxton, maestro de la imprenta inglesa, es el primer impresor inglés que se cita más por su nombre mismo, que por el de los autores que imprime.

Sus tipos de imprenta

Su aporte específico parte de una comprobación: a su juicio, los impresores ingleses de su tiempo muestran unos tipos de letra “de ostentosa ornamentación”. Tampoco es de su agrado la tradición representada por los Caslon, íconos intocables de la imprenta inglesa. Las letras de estos le parecen pasadas de moda y poco claras. Busca, entonces, un estilo visualmente claro, sencillo y elegante. Lo mismo debe afirmarse de la composición de sus páginas, donde prima la calidad y la importancia del texto; por lo que se descarta cualquier otro tipo de decoración o adorno.
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Industry and Genius, 1990, por David Patten. Monumento a Baskerville en Baskerville House, situada en la que fuera casa del impresor.
A pesar de la calidad y perfección de sus tipos de imprenta, el hecho de que quisiera emular y superar a Caslon, le acarreó no pocos sinsabores: los tipos de Baskerville no se ganaron el favor de los impresores ingleses y desaparecieron en un oscuro túnel por más de 150 años hasta que el diseñador americano Bruce Rogers los rescató del olvido reeditándolos para Monotype en 1924 y para Linotype en 1931. Para otros, el pretexto para relegarlo era el argumento de que ese contraste fuerte entre el papel y la tinta más negra iba a dañar la vista de los lectores ingleses. Se vio forzado a subastar –sin éxito– sus tipos entre las Imprentas Reales de Rusia y de Dinamarca; y a ofrecerla, con iguales resultados, a la Academia de Ciencias de París.
Sin embargo, sus tipos entraron a la historia de la tipografía, como la transición entre los antiguos tipos de Caslon y los que habrían de aportar un poco más tarde Didot en Francia, y Bodoni en Italia.

Baskerville y Lucrecio

Como indica el pie de imprenta del libro que comentamos (“Birminghamae: Typis Johannis Baskerville. MDCCLXXII.” Birmingham. En la imprenta de John Baskerville. 1772), este ejemplar de la Biblioteca Antigua es uno de los tantos clásicos latinos impresos y editados por John Baskerville, con sus nuevas propuestas tipográficas.
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Un formato generoso y una ejecución limpia. Hay una docena de errores, como la indicación de la ciudad: Birminghamae, comparado con Birminghamiae de la edición virgiliana.
Deben destacarse la claridad de las letras, los amplios márgenes e interlineados, la nitidez de la impresión, la sobriedad y elegancia de la composición del texto, eludiendo por completo cualquier clase de motivo decorativo.
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Inicio de la obra. Véase la combinación de mayúsculas y minúsculas: los tipos Baskerville en funcionamiento.
El ejemplar se encuentra en buen estado y revela poco uso. Encontramos una huella de un lector:
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Anotación manuscrita, a propósito del “genitivo de singular de la 1.a declinación”.

Lucrecio, Baskerville y el Rosario

A comienzos del pasado diciembre, salió a la luz otra joya del Archivo Histórico. Se trata de una edición inglesa, de 1772, del texto latino del poema de Tito Lucrecio Caro De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas).
Por diversas razones, queremos compartir el hallazgo. El autor, el contenido y la fecha ya son suficiente motivo para llamar la atención. Pero el libro se hace aún más interesante y valioso por su editor-impresor. Además, un célebre Rector de este Colegio Mayor, Monseñor José Vicente Castro Silva, escogió el final de un hexámetro de la obra de Lucrecio como lema de uno de sus sellos; concretamente el que mandó acuñar cuando fue nombrado Protonotario Apostólico.
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Manuel Benito Rebollo, 1828, donante de la joya.

 

Jaime Retrepo Z., Elkin Saboyá R.

(Archivo Histórico).

[1] CLAIR, Colin. Historia de la imprenta en Europa. Madrid. Ollero & Ramos Editores, 1998, págs. 427-430.

[2] “Rayas verticales transparentes en el papel de tina” define el DRAE Ver: FEVBRE, Lucien, MARTIN, Henri-Jean. La aparición del libro. México. Fondo de Cultura Económica, 2005, pág. 181.


Morte adiuta aliena: una frase críptica y la solución de un enigma

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Una frase críptica y solución de un enigma.

Mucho tiempo disputaron los entendidos, por los pasillos de este claustro, sobre el origen y significado de una frase latina que un ilustre Rector de este Colegio Mayor, Monseñor José Vicente Castro Silva, empleó como lema en el sello que mandó acuñar a propósito de su nombramiento como Protonotario Apostólico.

 

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Monseñor Castro Silva, por Luis Pinto Maldonado, quien vació varios de los colombianos más ilustres.

 

Al saber de la existencia de la obra de Lucrecio, en la edición de Baskerville, el Dr. Luis Enrique Nieto, tan conocedor de la historia –grande y menuda– de este Colegio Mayor, mostró su interés para que el Archivo Histórico aclarara una incógnita nunca antes debidamente resuelta. Al faltar el propietario del sello, muy buen conocedor del latín y de los clásicos, la traducción de su lema y la interpretación de esas palabras (morte adiuta aliena) sufrieron muchos percances e incertidumbres, al punto de que alguien llegó a conceptuar que no significaban nada. De todo ello, solo sobrevivió un dato correcto: esas palabras se encuentran en el poema de Lucrecio De rerum natura.
El reciente hallazgo del Lucrecio de Baskerville hizo renacer el interrogante. Ahora, en la medida de nuestras limitaciones, el Archivo Histórico quiere dar una respuesta cabal y cumplida, ofreciendo un contexto amplio sobre lo que representa esta cita.

 

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Nótese el uso de la ese larga (ɾ) y la ligadura de ct en la edición de Baskerville. En cuanto al texto, las ediciones modernas ponen quaecumque (quaecunque), alid o alit (aliud) y adiuta (adjutam).

 

Las palabras citadas se encuentran en el Libro I del poema de Lucrecio (verso 264). El Libro I, además de la invocación inicial a Venus y de las palabras dedicatorias a Memmio, desarrolla –conjuntamente con el Libro II– la teoría de los átomos, enseñando que todos los seres están compuestos de átomos: nada se hace de la nada. Nada regresa a la nada. Esta physica que explica la realidad del mundo, del hombre y de las cosas, había hecho carrera en el pensamiento de los griegos, a partir de las homeomeríasde Anaxágoras y los átomoi de Leucipo y de Demócrito de Abdera. Supuesto filosófico que el epicureísmo adoptó e hizo suyo, con las necesarias modificaciones para salvaguardar una cierta libertad.
Tenemos, pues, que la cita del sello dentro de la frase a que pertenece:
haud igitur penitus pereunt quaecumque videntur;
quando alid ex alio reficit natura, nec ullam
rem gigni patitur nisi morte adiuta aliena. (I, 262-4)[1]

 

Lo cual quiere decir:
Luego las cosas visibles no perecen completamente, / puesto que la Naturaleza renueva una cosa a partir de otra y no / permite que se genere una cosa nueva a no ser ayudada por la muerte de otra cosa.
Para que el lector pueda comparar, copiamos las versiones inglesa y francesa, existentes en nuestra biblioteca:
Therefore no visible object utterly passes away, since nature makes up again one thing from another, and does not permit anything to be born unless aided by another’s death[2].
Rien donc n’est détruit tout à fait de ce qui semble périr, puisque la nature reforme les corps les uns à l’aide des autres, et n’en laisse se créer aucun sans l’aide fournie par la mort d’un autre[3].
Ainsi donc, tout ce qui semble détruit ne l’est pas; car la nature refait un corps avec les debris d’un autre, et la mort seule lui vient en aide pour donner la vie[4].

 

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Grabado de la traducción lucreciana de Thomas Creech, Oxford y Londres,1682-3.

 

La muerte en el pasaje de Lucrecio

Las palabras empleadas en el sello de Monseñor Castro Silva se inscriben, pues, en una dialéctica muerte-vida: no puede nacer nada nuevo si no lo precede la muerte de otro. Ese es el sentido cabal de la expresión nisi morte adiuta aliena.
Muchas observaciones y reparos podrían hacerse, desde la Filosofía, a esta concepción tal como la presenta Lucrecio, sobre una especie de palingenesia eterna y universal en la que se conserva indefinidamente una energía que poco tiene que ver con ese algo personal que aspira a la supervivencia y no quiere morir definitivamente. La innegable fecundidad del agua que cae sobre la tierra, y que se pone de manifiesto en todo el ciclo biológico del agua, no es suficiente respuesta −desde una perspectiva espiritualista− para las inquietudes más profundas del ser humano.

 

Lucrecio y Monseñor

No creemos que el epicureísmo de Lucrecio haya sido el horizonte mental de Monseñor Castro Silva, a la hora de escoger un lema para su sello, aunque es bien conocido el carácter un poco en contravía y desafiante de algunas de sus actuaciones. Nos atrevemos a afirmar, sin rodeos, que tomó prestadas esas palabras, por su conocimiento de los clásicos y por la elegancia y refinamiento de su gusto. Pero no para asentir a la filosofía de Lucrecio; él quería subrayar (sin facilitar la evidencia de una referencia) otras certezas, profundamente arraigadas en su fe de cristiano: la muerte personal está indisolublemente unida a una Vida que se escribe con mayúscula.
En un contexto evangélico muy significativo, donde se cuenta que están presentes algunos griegos[5] en el auditorio (¿epicúreos, estoicos?, podemos preguntarnos), Jesús enseña (Juan 12, 20-24) taxativamente: “Sí, os lo aseguro, si el grano de trigo no cae en tierra y no muere, queda infecundo; en cambio, si muere, da fruto abundante”[6]. La lógica y la experiencia humanas de la siembra y la cosecha, incluyen la necesidad de morir: lo recoge San Pablo (1 Corintios 15, 36) cuando recuerda: “Lo que tú siembras no cobra vida si antes no muere”. Pero ambos están situando este morir en un contexto que va más allá y desborda la pura fecundidad de los ciclos biológicos naturales.
El morir del cristiano está inseparablemente unido a la potencia vivificadora de la muerte de Cristo. Mientras en la Naturaleza hay una necesaria relación entre lo que se siembra y lo que se cosecha, lo que el ser humano “siembra existencialmente” con su morir de cada día y con su morir postrero, se ve desbordado por Aquel que vivificó la muerte. Lo expresamos con las mismas palabras de Pablo: “Se siembra lo corruptible, resucita incorruptible; se siembra lo miserable, resucita glorioso; se siembra lo débil, resucita fuerte; se siembra un cuerpo animal, resucita un cuerpo espiritual” (1 Corintios 15, 42-44). Para quien hizo de este lema su sello personal, no basta una simple traducción para entenderlo.
Asimismo puede aducirse este pasaje de San Juan sobre el bautismo (III, 4-5): “Nicodemo le dijo: ¿cómo puede un hombre nacer, siendo viejo?, ¿por ventura puede volver al vientre de su madre, y nacer otra vez?. Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que no puede entrar en el reino de Dios, sino aquel que fuere renacido de agua y de espíritu Santo”. Otra fuente puede ser la Epístola de San Pablo a los Romanos (1-4): “Pues, ¿qué diremos?. ¿Perseveraremos en el pecado, para que crezca la gracia? No lo permita Dios. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?. ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Jesucristo, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados con él en muerte por el bautismo, para que como cristo resucitó de muerte a vida por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida”[7].
En este otro horizonte de comprensión es donde se debe enmarcar el verdadero significado y el alcance trascendente que, para el Rector del Rosario, tenían las palabras del poeta latino.

 ecce sigillum

 

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El famoso sello del protonotariado. La frase “morte adiuta aliena” contiene tres palabras y ocho sílabas. Lo corriente son siete, como en lema de Pío XII, “opus iustitiae pax”.
Al escribir estas notas, acude al recuerdo emocionado lo leído, en años pasados, en las Actas de Consiliatura de aquella época. Sus amigos, que lo quieren, lo admiran y lo respetan, lo reeligen una y otra vez como Rector del Colegio Mayor. Ante cada nuevo nombramiento, esgrime como argumentos su poca salud, sus años, sus dificultades para ver, el excesivo peso del cargo y de la carga… Ante las reiteradas elecciones que lo señalan, acepta, una y otra vez, ese morir, sembrando y sembrándose, para que en él y en su obra se realizara, como don, la Vida sin ocaso: nisi morte adiuta aliena…

Corrigenda

En la biografía de Monseñor que se puede leer en la red, por Julián David Giraldo y parte de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, hay dos inexactitudes:
“Por nombramiento pontificio del 9 de junio de 1937, fue hecho protonotario apostólico del arzobispo Ismael Perdomo”. El nombramiento no fue de junio, sino de julio; y como lo dice la misma fuente, el cargo es pontificio y no relativo al arzobispo Perdomo. El nombramiento apareció en las Acta apostolicae sedis, correspondientes al año de 1938  (annus XXX, series II, vol. V)[8].

 

Jaime Restrepo Z., Elkin Saboyá R.,

Archivo Histórico.

 

[1] Lucretius. De rerum natura. With an English translation by W. H. D. Rouse. Revised by Martin Ferguson Smith. Harvard University Press. Cambridge, Massachusetts. London, England. 1992. Loeb Classical Library, n.° 181, pág. 22. Allí se lee alid, no alit como en ciertas ediciones actuales.

[2] Lucretius. Op. cit, pág. 23.

[3] Lucrèce. De la Nature. Tome Premier. Texte établi et traduit par Alfred Ernout. Deuxième éd. Paris. Société d’édition Les Belles Lettres, 1924. Biblioteca Antigua del Archivo Histórico: E 38 N.° 70.

[4] Lucrèce, Virgile, Valérius Flaccus. Oeuvres complètes avec la traduction en français, publiées sous la direction de M. Nisard. Collection des auteurs latins. Paris. J. J. Dubochet, Le Chevalier et Comp., Éditeurs, 1849. Pág. 6, columna izquierda. Biblioteca Antigua del Archivo Histórico: E18N046 Ej. 1.

[5] Dice la Vulgata: “Erant autem quidam gentiles” (Juan 12, 20), traduciendo el texto griego: “ Ἦσαν δὲ Ἕλληνές τινες”.

[6] Traducción de la Nueva Biblia Española, de Schöckel – Mateos. Madrid. Ediciones Cristiandad. 1975.

[7] Debemos los dos pasajes citados a la indicación del profesor Noel Olaya Perdomo, en comunicación personal. El texto es de La Santa Biblia traducida al español de la Vulgata Latina (…) por el Ilmo. Sr. D. Felipe Scío de San Miguel (…). Tomo V, París, Librería de Garnier Hermanos, 1872. Biblioteca Antigua del Archivo Histórico: E21N060 V.5 Ej. 1.

[8] Consultado en 28-5-2014: http://www.vatican.va/archive/aas/documents/AAS%2030%20%5B1938%5D%20-%20ocr.pdf


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