Alberto José Campillo P.
Jaime Restrepo Z.
Debido a su naturaleza informal, no existe una única Vetus Latina sino más bien una serie de textos manuscritos con traducciones al latín de la Biblia griega, lo que trajo como consecuencia traducciones diferentes y de mala calidad
Normalmente, al pensar en la primera traducción de la Biblia griega (llamada Septuaginta por haber sido supuestamente traducida por 70 traductores) al latín, suele pensarse en la Vulgata, obra encargada a San Jerónimo por el Papa Dámaso I en al año 382 de nuestra era, cuyo nombre vulgata editio, implica que el lenguaje latino utilizado era corriente, en contraposición al latín clásico de Cicerón, haciéndola así más fácil de entender. Sin embargo, la Vulgata no fue ni la primera ni la única traducción de los textos bíblicos griegos a la lengua de Augusto, puesto que antes de su realización diversas comunidades y autores cristianos habían hecho traducciones de mayor o menor calidad, dando lugar a las que hoy se conocen como Veteres Latinae.

Grabado del Codex Vercellensis: “Aquí se acaba el Evangelio según Juan y empieza el Evangelio según Lucas”
Debido a su naturaleza informal, no existe una única Vetus Latina sino más bien una serie de textos manuscritos con traducciones al latín de la Biblia griega, lo que trajo como consecuencia traducciones diferentes y de mala calidad. Debido a lo anterior, las Veteres Latinae nunca fueron consideradas por la Iglesia como traducciones oficiales de la Biblia, por lo que su uso se limitó a actividades internas de comunidades específicas o como apoyo para sermones de evangelización.
Esta proliferación de textos bíblicos en latín de regular calidad llevó al surgimiento de estudios filológicos y académicos de los mismos, los cuales buscaban analizar los textos y determinar su grado de fidelidad a la Septuaginta, ya fuese mediante su comparación con la Vulgata o mediante el análisis comparado entre los mismos textos de la Vetus Latina. En el Archivo Histórico de la Universidad del Rosario, tenemos la fortuna de contar con un sesudo estudio de este tipo, en edición de 1749, titulado Evangeliarum quadruplex latinae versionis antiquae seu veteris italicae. Nunc primum in lucem editum ex Codicibus Manuscriptis (…) aliisque plusquam millenaria antiquitatis. Sub auspiciis Joannis V, Regis Fidelissimi Lustitaniae, Algarbiorum.
- Presentación de las cuatro versiones latinas antiguas de los Evangelios, (conocidas como antiguas itálicas). Se edita ahora por primera vez, a partir de los códices manuscritos y de otros antiguos documentos más que milenarios. Con el patrocinio de Juan V, fidelísimo monarca de Portugal y del Algarve.
Su autor, un sacerdote llamado José Bianchini, natural de Verona, hacía parte de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri. Esta orden, fundada en 1575 y cuyos cuarteles se encuentran ubicados en Roma, se caracteriza porque sus miembros, tanto seglares como sacerdotes, no están atados a ningún voto, lo cual la destaca como una de las congregaciones más “libres” de su época, hecho que habría permitido a José de Verona el estudio de los diferentes códices necesarios para escribir este libro. La Enciclopedia Católica lo recuerda por su sabiduría en materias históricas, bíblicas y litúrgicas, los Papas Clemente XII y Benedicto XIV le hicieron diferentes encargos especializados.
En esta edición de lujo que cuenta con cuatro volúmenes impresos en altísima calidad, se hace un análisis comparativo entre diferentes códices de la Vetus Latina como son los de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia, complementándolos con análisis de expertos en el tema, comparaciones con la Vulgata, con el Codice Vaticano y con códices griegos y de otras partes del mundo. Sin embargo, los elementos que más llaman la atención de esta edición son los grabados de fragmentos de los códices antes mencionados.
Estos grabados se encuentran hechos mediante el método calcográfico, lo que implica que para su producción fue necesaria la talla de numerosas placas de metal de gran tamaño, que contuviesen los caracteres e imágenes que se querían estampar. Dada la gran dificultad que entrañaba esta tarea, es de resaltar la presencia de grabados de fragmentos de los Evangelios Curetorianos, también conocidos como Codex Syriacus, los cuales se encuentran escritos en idioma siríaco antiguo (Esṭrangelā) y según algunos filólogos, son una traducción de los Evangelios originales en arameo, de entre los siglos II y V d.C.
Es de destacar que este códice no fue traído a la luz pública sino hasta 1858 de la mano del orientalista de Oxford William Cureton, quien obtuvo los manuscritos originales del monasterio siríaco de Wadi Natroun, ubicado en el Bajo Egipto, y es una de las dos únicas copias de ese manuscrito que se conservan en la actualidad, ambas encontradas en el Medio Oriente.
Otro grabado que vale la pena destacar está compuesto por dos fragmentos de la Biblia Hebraica, posiblemente copias del texto masorético utilizado por los hebreos, de las cuales el Códice de Leningrado de 1008 d.C. es la más antigua. Este códice fue copiado en el Cairo por Aaron ben Moses ben Asher, y contiene el texto hebreo con las marcas vocálicas Niqud (sistema de puntos que señala las vocales ) y los signos de entonación para el canto.

Grabados de la Biblia Hebraica. A la izquierda fragmento titulado “De los profetas” y a la derecha “Pentateuco”
Datos de la obra:
Título original:
Evangeliarum quadruplex latinae versionis antiquae seu veteris italicae. Nunc primum in lucem editum ex Codicibus Manuscriptis (…) aliisque plusquam millenaria antiquitatis. Sub auspiciis Joannis V, Regis Fidelissimi Lustitaniae, Algarbiorum, &.
Traducción del Título:
Presentación de las cuatro versiones latinas antiguas de los Evangelios, (conocidas como antiguas itálicas). Se edita ahora por primera vez, a partir de los códices manuscritos y de otros antiguos documentos más que milenarios. Con el patrocinio de Juan V, fidelísimo monarca de Portugal y del Algarve.
Autor:
José Bianchini (Natural de Verona) (1704-1764) (Sacerdote de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri)
Nombre del editor o editorial:
Imprenta de Antonio de Rossi (latinizado De Rubeis)“en el Panteón, calle del Seminario Romano”. Roma
Año de impresión: 1749
Número de volúmenes: 4
Contenido:
Parte I, tomo I:
Introducción (Carta de Felipe Garbelli sobre el Códice de Brescia, con los Evangelios).
Introducción (de Juan Martianay, Benedictino de San Mauro, sobre la edición antigua de la Vulgata, o Itálica).
Introducción (de Francisco Jerónimo Ruggiero sobre el Código de Vercelli, con los Evangelios).
Introducción de Juan Francisco Muselli.
Texto latino del Evangelio de San Mateo, según los códices manuscritos de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia.
Parte I, tomo II:
Texto latino del Evangelio de San Juan, según los códices manuscritos de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia.
Notas de Ángel María Quirino sobre algunas “lecturas” más importantes del Evangeliario de Brescia.
Concordancias entre el evangelio cuádruple que hemos presentado y el texto griego.
Muestra de calcografías de códices antiguos, con los textos evangélicos.
Descripción de los códices anteriores.
Anotaciones del monje Basiliano Felipe Vitali al paleógrafo José Bianchini (autor de esta obra).
Concordancias de las lecturas del evangelio de San Mateo (Códice de Verona), con las lecturas de las versiones siríaca, árabe, persa, etíope, en aquellos lugares que se apartan de la Vulgata.
Relación de los cuatro más antiguos códices siríacos, con su correspondiente descripción. Por Antonio Francisco Gori.
Parte II, tomo I (en lomo: tomo III)
Texto latino del Evangelio de San Lucas, según los códices manuscritos de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia.
Texto latino del Evangelio de San Marcos, según los códices manuscritos de Vercelli, Verona, Corbie y Brescia.
Parte II, tomo II:
Concordancias de las lecturas del Evangeliario cuádruple, con las lecturas del texto griego.
Texto (en cinco columnas) del Códice de Fréjus (textos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan).
Anotaciones de Lorenzo de la Torre sobre este Códice.
Códice de Peruggia con fragmentos de los Evangelios.
Anotaciones del P. Juan Bautista Carboni, S. J.
Testimonios (referencias, citas) del Antiguo Testamento, que Cristo, los Apóstoles y los evangelistas utilizan en los Evangelios (en tres columnas).
Descripción de los volúmenes y códices que se citan en esta obra.

Codex Vaticanus Graecus
Algunos detalles físicos:
Encuadernación de calidad, en muy buen estado de conservación. Encuadernación rígida en pergamino (a la romana). Cartón grueso y duro, forrado en pergamino de calidad. Lomo con nervaduras y tejuelo de piel roja para el título (faltante en este ejemplar) y piel negra para letras y números; adornos de calidad en dorado. Guardas delanteras (bordes de pergamino empiezan a despegarse). Anteportada. Portada impresa en rojo y negro. Modelo de organización y distribución elegante. Buena calcografía con el escudo Real de Alfonso V de Portugal, patrocinador de esta obra y a quien se le dedicó. Está firmado: “Lo grabó Petroschi”. Una especialísima dedicatoria, hermosamente impresa. Con cenefa grabada, mayúscula capital especial, de varias páginas. En la cenefa inicial, dos medallones: en el primero, la efigie del Rey, con una leyenda latina que dice: “Salud y vida para Juan V, gran Monarca”; en el otro, un escudo real de Portugal, rodeado por una inscripción latina que dice: “Honor y Cabeza de las Letras”. Entre ambas figuras, la representación simbólica de la Victoria, a cuyos pies está un libro en el que se ve el título de esta obra; también una inscripción latina que dice: “¿Cuándo se podrá encontrar otro igual?”. Esta cenefa también está firmada: “La grabó Silv. Pomarede”. También, un espectacular remate de la Dedicatoria: calcografía que representa un angelito con una azucena. También está firmado: “Lo grabó Juan Petroschi”. Licencias de impresión (Imprimatur). Hermosa mayúscula capital en la Introducción (página 2). Texto hermosa e impecablemente impreso, en una y dos columnas. El texto evangélico del Códice de Vercelli se muestra en una cara (izquierda del lector), dividido en dos columnas, separadas por una línea vertical doble. En su parte inferior, a renglón corrido (una columna), el texto de los Evangelios del Códice de Corbie. En la página de enfrente (derecha del lector), también en dos columnas, el texto evangélico del Códice de Verona. En su parte inferior, y en una sola columna, el texto evangélico del códice de Brescia. Todo ello impreso en un papel grueso, pero muy fino. En los textos inferiores (una sola columna) comentarios y apostillas en los márgenes. Al finalizar el texto de Mateo, y bajo las columnas del texto de Vercelli, hermosa calcografía que representa a San Mateo (Su nombre se lee, en griego, en la parte superior. Dice que es reproducción del que se encuentra en el Códice de Vallicella). En la página enfrentada, calcografía circular con el símbolo iconográfico de San Juan (cuyo Evangelio va a comenzar): menos buena que los otros grabados; en la parte superior dice que está tomado del mosaico de la Iglesia de San Marcos, en Roma. Decoración en cortes con jaspeados rojos y negros. Signaturas.
